La gobernanza depende de la posibilidad de establecer acuerdos en una sociedad. Empero, hoy día el gobierno nacional se limita por el hecho de que la sociedad mexicana está profundamente dividida y enfrentada. Y no lo dice sólo quien suscribe, sino que lo percibe cerca de dos tercios de la ciudadanía, conforme los resultados de la Encuesta Nacional GEA-ISA de este mes de marzo. Mantener e incrementar la gobernabilidad supone luego trabajar explícitamente en revertir la polarización existente, para lo cual será necesario contener a los sectores más radicales de ambas partes y tender puentes para recuperar el diálogo e intentar un proceso de reconciliación en el que los moderadores jueguen un papel central.
¿Qué es la polarización?
La polarización es un fenómeno político y social donde la opinión pública se divide en dos extremos opuestos con diferencias amplias y conflictivas, donde las voces moderadas pierden influencia y predomina el desacuerdo entre partes sobre cómo atender y resolver los asuntos públicos, lo que tiende a propiciar el conflicto; es por tanto un fenómeno generado con el concurso de dos partes que se sitúan a los extremos de un continuo primordial, de un eje de diferenciación fundamental.
¿Cómo se polariza?
No habría que confundir la estrategia promotora de la polarización que puede adoptar un actor político con la polarización como fenómeno que supone un estado y proceso de posicionamiento de los distintos actores en una sociedad. La polarización supone el desacuerdo entre partes. El populismo siempre utiliza la polarización más que otras estrategias de acción política, pero esta polarización supone el posicionamiento de las partes, ambas. Asumir que la polarización es un fenómeno provocado por una parte activa que lo incentiva, donde la otra parte es víctima pasiva, es una perspectiva que deja de ver que ambos polos son participes activos, al ir adoptando una posición de distanciamiento creciente de cualquier centro.
¿Cómo se conjuga?
La polarización puede reducirse con el concurso de terceros no polarizados que generen sentimientos de proximidad entre las partes predominantes que se encuentran polarizadas, mediante la búsqueda de convergencias en asuntos puntuales que vayan rompiendo la homogeneización propia de la polarización. Para evitar que la polarización se ahonde e incluso revertirla, debe irse abriendo espacio a la mediación, a una concertación entre los polos que impida que esto termine en una lucha para la aniquilación del otro, a los sectores moderados de cada lado.
Hoy día redes sociales y espacios públicos se han visto invadidos por expresiones violentas de un lado contra el otro. Cada cual se asume en una guerra justa, cuál cruzado. El camino de la confrontación se está construyendo entre todos. Aunque cada cual dirá que sólo fueron los otros y que toda mesura es concesión. Son de añorar esos años no tan lejanos en que desde la intelectualidad se alababa la moderación como vía magna. ¿De verdad gane quien gane piensa gobernar excluyendo a los otros? Lo democrático es asumir que lo pertinente será el diálogo y la negociación. Y lo pragmático es hacerlo para facilitar la gobernanza con base en acuerdos.