Durante las medidas de confinamiento para contener los contagios por covid-19, el aprovechamiento de los servicios digitales fue clave para que las personas realizaran sus labores a distancia. En la educación, el trabajo, la socialización, el comercio y el entretenimiento, las plataformas fueron el medio que aseguró que las actividades se realizarán de manera más segura para la salud pública. Y si bien, en algunos ámbitos hemos vuelto a la “normalidad”, en otros se identificaron canales de oportunidad para esquemas de trabajo híbrido o remoto, jornadas laborales más flexibles, servicios financieros por aplicación y el acceso a servicios médicos y educativos a distancia. Asimismo, esta aceleración en la digitalización tuvo efectos en el modelo económico, en el ecosistema informativo, en uso de datos y en la garantía de los derechos y libertades. Por ello, a poco más de tres años del comienzo de las medidas de confinamiento por la pandemia es importante reflexionar sobre las prácticas en el ámbito digital que podrían expandirse en el periodo post pandemia, así como en los efectos que esto tendría para la población.
Según datos de “Digital 2023: Informe del panorama mundial”, hay 5 mil 160 millones de usuarios de Internet, lo que significaría el 64.4% de la población total del mundo. Se estima que, estos usuarios destinan aproximadamente 6 horas y media al día a la navegación en Internet. En este informe publicado en Data Reportal se resalta que, una de las tendencias de comportamiento digital identificadas a comienzos de este año 2023, es que las personas están pasando menos tiempo en Internet; un efecto interesante que podría indicar que las personas han regresado a los hábitos de conexión que se asemejan al periodo pre-pandemia. No obstante, en México esta tendencia parece no replicarse, pues se coloca como el séptimo país del mundo en donde se destina más tiempo a las actividades en línea con 8 horas y 7 minutos.
Por otro lado, otros comportamientos digitales que se potenciaron durante la pandemia fueron el auge de los servicios de transmisión de contenido audiovisual (películas, series, podcast y música), el consumo de información y desinformación por mensajería y plataformas sociales, la integración de un mayor número de usuarios a redes sociales, el crecimiento de la publicidad digital y de las compras en línea. En el caso del comercio digital, el análisis en el informe Digital 2023 encontró que, durante el año pasado las compras en línea representaron el 17.1% de las compras totales de consumo en todos los canales minoristas, con más de 4.11 billones de clientes: lo que significaría que 1 de cada 6 dólares del gasto minorista de los compradores es para el comercio electrónico. En América Latina, Brasil y México se posicionan como los dos principales mercados de comercio electrónico. Y en nuestro país, datos de Statista dieron cuenta que, 5 de cada 10 realizan compras en línea y se estima que para 2023 el 64% de la población de México se una al comercio digital.
¿Estos comportamientos digitales continuarán en el periodo postpademia? Las estadísticas sobre el comportamiento digital nos muestran una directriz importante: las personas han aprovechado la digitalización para sus necesidades, pero también comienza un periodo de mayor conciencia de la sociedad sobre el uso responsable, seguro y crítico de estas tecnologías. Además, el análisis de las tendencias advierte áreas de oportunidad y los desafíos que debemos solventar en el entorno digital.
Asimismo, las tendencias en los comportamientos digitales también dan cuenta de las tareas pendientes que como autoridades y responsables tenemos en la agenda para asegurar la seguridad, la privacidad y los derechos de las y los internautas. En ese sentido, en 2023 veremos mayores esfuerzos por parte de los gobiernos para consolidar regulaciones para Internet a nivel internacional, así como la implementación de medidas más concretas para impulsar la alfabetización mediática e informacional que asegure un uso más crítico y responsable de lo digital.