Durante muchos años el periodismo se nutría básicamente de filtraciones cuando de revelar alguna trapacería o corruptela de políticos. Parte del juego era justo ese: soltar datos o reportes, algunas veces hasta falsos, si le traían ganas a algún personaje o para bajarle los humos, o simplemente para que devolviera al gobierno lo robado. Hoy la ley de transparencia ha llevado a construir piezas periodísticas ejemplares, algunas con mucha polémica, pero hay cientos de ellas en muchos medios de comunicación.
Cuando Vicente Fox llegó a la presidencia de México en el 2000 alguien se preguntó cómo se podía hacer, desde el periodismo, que la primera transición en México empujara con vientos democráticos las velas de ese traspaso de una dictadura perfecta (Mario Vargas Llosa dixit) a un modelo que trajese beneficios para todas y todos.
La pregunta así de amplia implicaba todo un reto. A inicios de 2001 se logró una reunión con directivos de medios en la Ciudad de México para tratar de responder a esa pregunta. El periodista Alejandro Jiménez en El Sol de México (Grupo Oaxaca | El largo camino a la transparencia inai amlo - El Sol de México | Noticias, Deportes, Gossip, Columnas (elsoldemexico.com.mx) publicó hace un par de años la historia sobre el largo camino de la transparencia en México.
Las deliberaciones arropadas por el periódico El Universal, la Sociedad Interamericana de Prensa y otros actores llevaron a un encuentro en Oaxaca, paralelo a otra reunión que se estaba desarrollando en esa entidad. La periodista Ginger Thompson cubrió el encuentro y de su texto en The New York Times surgió el nombre de Grupo Oaxaca, de donde emergió lo que hoy conocemos como ley de transparencia y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Los nombres de aquella odisea, reunidos en Oaxaca, fueron: (citado en estricto orden alfabético) Juan Francisco Escobedo Delgado (Universidad Iberoamericana); Jorge Islas López (UNAM); Issa Luna Pla (del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM); Salvador Nava Gomar (Universidad Anáhuac México Sur); Roberto Rock Lechón (entonces director editorial de El Universal y hoy director general de La Silla Rota); Luis Ernesto Salomón (El Informador, de Guadalajara), Miguel Treviño de Hoyos (de El Norte, de Monterrey, y el periódico Reforma), Jenaro Villamil (entonces representante de La Jornada y actual titular de sistema público de radio y TV del gobierno de López Obrador), y el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Ernesto Villanueva.
Luis Javier Solana, un hombre apacible, pero sabio, empujó la iniciativa como parte de la directiva de El Universal. Salvador Nava Gomar y Ernesto Villanueva arrastraron el lápiz para integrar un borrador de iniciativa, que después fueron cabildeando casi diputado por diputado. Beatriz Paredes, del PRI, José Manuel del Río Virgen, de Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano), y Felipe Calderón, coordinador de la bancada del PAN, respaldaron. El panista ponía muchos “asegunes”, pero la ley salió finalmente.
¿Alguien sabe cuál fue la aportación del entonces poderoso jefe de gobierno de la Ciudad de México Andrés Manuel López Obrador? ¿Apoyó la creación del IFAI, hoy INAI? ¿Aportó ideas para la ley de transparencia?
Jiménez recordó que, con el tiempo, el alcance de los sujetos obligados trascendió al Gobierno federal para incorporar a otros órganos del Estado, como el Congreso, la Suprema Corte, los sindicatos, los partidos políticos, los fideicomisos. Y todo ello ocurrió con reformas en los años 2013 y 2014, curiosamente con un priista en la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto. El periodista refirió que la custodia de los datos personales de la ciudadanía se añadió en 2015, lo que provocó que aumentara significativamente de dimensiones y presupuesto.
El miércoles 12 de abril, pasado el mediodía y tras confirmar la veracidad de la información, en La Silla Rota (Adán Augusto propone freno al INAI y convulsiona a la bancada de Morena en el Senado | La Silla Rota) publicamos una nota en la que se informó que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ordenó a la bancada de Morena en el Senado, y a sus aliados del PVEM y PT, para dejar en un impasse al INAI, es decir, que no eligieran a los tres comisionados que le faltan al organismo autónomo.
Al día siguiente, en su columna en El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola precisó que tenía en su poder un audio con esa afirmación de Adán Augusto, misma que difundió por la noche en su sitio de noticias Latinus. Y se confirmó, como se publicó en las Lenguas viperinas, que fue por instrucción del presidente López Obrador. El senador Félix Salgado Macedonio remachó desde la tribuna: “¿Saben cuándo se van a nombrar? Cuando nosotros digamos”.
¿La estrategia era oculta? Para nada. A finales de 2021 el Senado acumulaba un listado de 89 nombramientos pendientes que incluían al INAI, al IFT, Cofece, magistrados, entre otros. En el programa de radio Mesa de Opinión de El Heraldo de México del 19 de enero de 2022 (Ofrecen fuerzas políticas en Senado destrabar 89 nombramientos pendientes | La Silla Rota) se abordó a profundidad el problema con las y los senadores Xóchitl Gálvez (PAN), Damián Zepeda (PAN), Juan Zepeda (MC) y Cristóbal Árias (Morena), quienes ofrecieron ayudar a destrabar el atorón.
Pero fue Xóchitl Gálvez quien puso el cascabel al gato: “Se trata de un plan del gobierno federal para hacer morir a los organismos autónomos por inanición al no designar a los responsables”.
El golpe presidencial al INAI es inédito porque obligó a sus comisionados a no sesionar en pleno para resolver quejas de solicitantes de información que pueden terminar en obligar a las instituciones públicas a entregar lo que se les requiere. Y la voz del secretario de Gobernación es clara: El presidente afirmó que “lo que más nos conviene es que haya un período de un impasse".
Hace más de 20 años López Obrador no creía en la utilidad de la transparencia para la democracia. Es el mismo López Obrador que hoy, de acuerdo con el audio de Adán Augusto, considera que un INAI trunco es “el mundo ideal”. Andrés Manuel López Obrador es el “transparente”. Así que no hay sorpresas, hay sorprendidos.
Punto y aparte. La sucesión en la Ciudad de México comenzó a calentarse desde febrero pasado, con el banderazo en el partido oficial, Morena. El juego de espejos está llevando a aupar a un personaje, considerando que resultaría la/el rival más débil. Las maquinarias ya están a todo vapor… pero en modo silencio.
Punto final. Desde Morena ven con preocupación que el órgano de inteligencia civil del Estado mexicano, el Centro Nacional de Inteligencia, que dirige el general y amigo de AMLO Audomaro Martínez Zapata, opera con opacidad.