Según SPIN, firma de Luis Estrada, en 4 años en las “mañaneras” de López Obrador se han dicho 101,155 mentiras. Más de 100 mentiras por día contando que en diciembre del año pasado se alcanzaron las 1,000 conferencia. Muchas de esas mentiras son afirmaciones inciertas o imprecisas que devienen de que una persona con poca preparación esté expuesta a casi dos horas diarias a preguntas, pero muchas otras mentiras son parte de una estrategia de desinformación deliberada que busca generar una percepción falsa de la realidad y no es ni inocente, ni nueva, ni única la estrategia. Algunos comentarios al respecto:
El origen de la posverdad como un arma política se remonta a los orígenes de la Unión Soviética, cuando en 1923 Stalin creó la “Oficina Especial de Desinformación” con el objetivo cínico y abierto de difundir mentiras y difamaciones. Es probable que la estrategia existiera desde antes, pero no hay duda de que se institucionalizó en aquél entonces y estuvo presente durante toda la duración de la Unión Soviética. De hecho, muchas ideas que siguen rondando por el inconsciente colectivo y en las teorías de la conspiración provienen del trabajo organizado y sistemático de los soviéticos de consolidar una posverdad, ejemplo de ello son la idea de que el hombre nunca llegó a la Luna, que el VIH se creó por los Estados Unidos como arma biológica o que la CIA fue la autora del asesinado de Kennedy. No está de más decir que actualmente Rusia sigue teniendo instancias con el mismo fin dentro y fuera de sus fronteras y en los terrenos físicos y virtuales, y que su líder, Putin, se formó como político y se consolidó en el poder por estrategias de este tipo, como bien retrata Moisés Naím en su último libro.
Bajo el lema de que “no hay una verdad sólo opiniones”, bajo la frase “yo tengo otros datos” y en un contexto de polarización radical, en nuestro país se ha logrado que la verdad pase a ser irrelevante y desde medios falsos (como la mayoría de los que preguntan en las “mañaneras”), pasando por los voceros oficiales del gobierno que sólo repiten lo que dice López Obrador y hasta los ejércitos de cuentas falsas de redes sociales (bots), la desinformación se ha propagado al punto de defender cosas francamente absurdas como que Estados Unidos es más peligroso y menos democrático que México, como que el gobierno de López Obrador no ha endeudado al país o como que “nacionalizaron” plantas de Iberdrola y ahora somos “soberanos” energéticamente.
Esto no sólo es en la coyuntura. También en el afán de generar una “verdad” (que en realidad es mentira) en la historia, hace unos días el secretario de Turismo (tan irrelevante que ni el nombre recuerdo) aseguró que la violencia en Cancún era fruto del gobierno de Calderón (¡¡sí Calderón!! Ese que dejó de ser presidente hace más de 10 años de algún modo es responsable por una matanza en Cancún la semana pasada) y eso que no he mencionado la mentira más cínica que más ha repetido López Obrador: “me robaron las elecciones de 2006, 2012 y de Tabasco”… tres tristes mentiras que no lo hacen ver como un “campeón sin corona” como él cree, sino como antidemócrata y mal perdedor.
Además, la actitud permea en toda la institución de Morena y cada vez dicen mentiras con más cinismo. Por ejemplo, el lunes que entrevistaron a Mario Delgado dijo: estamos en el gobierno con mayor inversión extranjera, con mayor estabilidad económica y sin un peso de endeudamiento… Sólo por no dejarla correr: el crecimiento económico promedio con López Obrador es del 0%, el más bajo en 41 años, los inversionistas extranjeros han vendido 421 mil millones de pesos de valores gubernamentales y es la salida de capitales más alta de la historia reciente, la deuda pública alcanzó 14 billones de pesos, lo que significa 108 mil pesos por cada mexicano, la cifra más alta desde que se tienen registros, esto implica que de 2019 a 2023 se pagaran 3 billones de pesos del costo financiero de la deuda, y además se alcanzó una tasa de inflación del 8%, este incremento de precios es el más alto en casi 20 años, vulnerando el 73.5% del incremento del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores inscritos al IMSS y de las pensiones…
En fin, para poder mejorar, lo primero que se tiene que conocer es la realidad y mientras tengamos un gobierno que elige el engaño a los mexicanos como estrategia, será imposible hacer algo porque ni siquiera ven lo que está mal. Amlolandia no existe y mientras siguen soñando con un país boyante y desarrollado la realidad es aplastante, cada vez son más los muertos, los pobres y los olvidados.