Nuevamente es necesario decirlo: la necedad nunca será un buen asesor. La historia ya ha dado muestra de muchos ejemplos en diversas batallas y donde el honor también hace gala para quienes son verdaderos patriotas. Nuestro ejército ha sido mancillado a mansalva por políticos perversos que sólo han buscado desprestigiar al instituto armado con propaganda negra.
Nuestros soldados nos necesitan, ya que se han quedado huérfanos. Se han convertido en un producto contra el gobierno, porque el funcionario responsable de crear los mecanismos, solo se ha limitado a juzgarlos y crear odio en contra del ejército, simplemente porque desde la parte trasera de su escritorio desconoce la naturaleza de vivir una agresión y luchar por la vida; por lo que la raja política es su mejor arma, en vez de aportar soluciones para las víctimas y los derechos humanos en igualdad de circunstancias. Hoy las familias de nuestros soldados están en peligro, se han convertido en carne de cañón.
Cuántos más tendrán que caer para que se comprenda que la delincuencia vive y subsiste por culpa de aquellos funcionarios que son altamente omisos en su persecución y la administración de justicia. Estamos viviendo una falta de valor civil para aceptar que los cárteles y bandas locales tienen el control de las zonas rurales y áreas urbanas.
Este juego de la ruleta rusa para el ejército ha sido desgastante, es necesario imponer el orden. ¡Ya basta de politiquerías de aquellos que solo buscan intereses particulares! El proyecto de Nación es para dar libertad al oprimido y el ejército está siendo atacado por los traidores a la patria, porque los verdaderos inocentes están en espera de la justicia.
En los años noventa, el entonces General Secretario de la Defensa Nacional Antonio Riviello Bazán defendió a sus tropas de aquellos caníbales políticos que alzaban la voz por la masacre de estudiantes de 1968, a quienes les dijo: “…los soldados de hoy no habían nacido cuando fueron estos hechos, sin embargo, los que participaron algunos ya hasta fallecieron…” esto quiere decir, que hoy vivimos una demagogia de quienes creen tener la verdad y lucran con la ignorancia del ciudadano que desconoce los orígenes y hechos, lo cual no debe confundirse con impunidad. Al militar que viola la ley inmediatamente se le inicia un proceso para imponerle una sentencia debido a la ejecución y despliegue de una conducta que derive en un delito. Esto, en cambio, no sucede con muchos políticos debido a que se protegen con el fuero, sin él ya estarían en la cárcel, solo a los ilusos les dirán lo contrario de esa doble moral y careta.
Hoy toda la familia militar debe externar y denunciar los hechos deshonrosos de quienes tienen la obligación de velar por sus tropas, deben clamar justicia por sus militares fallecidos en actos del servicio, que fueron secuestrados o están desaparecidos, para que los miembros de la delincuencia organizada sean castigados.
Toda esta impunidad es la que lacera el corazón del soldado mexicano, porque ¿de qué sirve luchar por la justicia si es opacada por la alta corrupción de funcionarios de los gobiernos estatales y municipales? ¿De qué sirven todos esos despliegues, días sin comer y sin dormir, si la torpeza, omisión y corrupción de los ministerios públicos permiten la sustracción de la justicia, por no realizar una buena investigación y quedan en ridículo ante un juez de control, quien al impartir justicia no puede dar veredictos justos, si no existe un buen trabajo de la fiscalía?
Hoy los actos del servicio han cobrado la vida de muchos héroes anónimos, quienes nos han demostrado su vocación para abrazar la carrera de las armas. Al final, si les va bien, podrán retirarse para dedicarse a ser escoltas o directores de seguridad pública, ya que nuevamente, no existe una compensación garantizada para el personal militar retirado con menos de 30 años de servicio que no cuenta con un oficio o un programa de separación para integrarse a la vida civil. Por desgracia, cuando se dan cuenta de la realidad se arrepienten de no haber hecho nada. No se trata solo de cobrar señores, se trata de que un comandante nunca abandona a sus tropas y el día que lo haga, deja de serlo, porque los militares bien nacidos nunca dejan de ser comandantes para convertirse en políticos.
Por último, vienen campañas políticas y parte de las estrategias de los partidos será atacar la estrategia de seguridad del gobierno federal, por lo que los elementos militares estarán atados de manos para poder cumplir con su trabajo lo que significa que los grupos criminales aprovecharán todas estas situaciones para tratar de exhibir al personal militar cada que se estén realizando operaciones tácticas. Se sabe que estos grupos criminales utilizan a pseudo periodistas locales para grabar supuestas agresiones de los elementos militares, navales y de la Guardia Nacional, mismos que serán utilizados por los diferentes políticos, especialistas y población en general para atacar a los elementos militares. Por eso, hay que tener cuidado, no caer en el juego, y que los comandantes prevengan este tipo de acciones, que para eso son comandantes.