El Día Internacional de la Mujer que comenzó a conmemorarse por la Organización de las Naciones Unidas en 1975, aunque proclamado por su Asamblea dos años más tarde, se determinó para reconocer su fortaleza, destreza y aportaciones, en diversos ámbitos y que se ven reflejadas en todas las sociedades del mundo.
No obstante, la mujer se encuentra en múltiples condiciones históricas de discriminación; con esquemas normativos que generan inequidad para su pleno desarrollo; con indicadores de violencia de género que van en sentido contrario a otorgarle condiciones de igualdad, lo que provoca grietas en cualquier sistema democrático que se funda en la equidad, en el reconocimiento de igualitario de derechos fundamentales y la participación de todas y todos los que forman una nación.
México es un claro ejemplo del tortuoso camino que ha tenido la mujer, para lograr ser visibilizada como ser con todos los derechos que tiene en la Constitución y en diversas leyes pero que, en la realidad los registros públicos manifiestan que no alcanzamos a concretar y materializar esa sociedad igualitaria que nos daría mejores condiciones de estabilidad social, justicia y equidad.
Las mujeres a pesar de que representan el 51.21% de la población nacional que equivale a 64,540,634 de personas de acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020 del INEGI, hay datos que resultan preocupantes, entre los que destacamos los siguientes:
- La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2021) refleja que las mujeres (de 15 años y más) que fueron víctimas de violencia en algún momento de su vida registró, a noviembre de 2022, entre el 68.3% y el 52.9%; en el primer caso cuando la violencia se materializó en el entorno comunitario de la mujer, y en el segundo, en su relación de pareja. No obstante, existen otro tipo de violencias contra las mujeres, por ejemplo, la laboral en donde resalta que cerca del 70% de las mujeres afectadas presentó la queja respectiva o bien, hizo la denuncia ante las autoridades de su trabajo.
Ante estos registros destaca que la impunidad en nuestro país es de las más altas en el mundo, en donde hay evidencia de que existe un aproximado del 51% de feminicidios y casi el 90% de homicidios dolosos que han quedado impunes, lo que trastoca no solo a las instituciones encargadas de la procuración de la justicia, sino también, la confianza de la población lo que trae consigo que el poder público pierda eficacia, credibilidad y, con ello, la acción social pueda desbordarse en algún momento en la búsqueda de hacer justicia por sí sola.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de enero a diciembre de 2020, más de 10, 700 casos de niñas y adolescentes entre 0 y 17 años fueron víctimas de delitos destacando el rapto, la trata de personas, feminicidios y corrupción de menores.
Por su parte, el Centro de Investigación en Política Pública (IMCO) publicó que, en 2022, la brecha de ingresos entre los géneros fue del 14%, es decir, por cada 100 pesos que recibe el hombre por su trabajo en un mes, la mujer percibe 86 pesos. Destaca del estudio que las entidades con mayor brecha salarias fueron Oaxaca, Colima e Hidalgo con 27.1%, 25.3% y 24.9%, respectivamente.
En materia de representación política, por ejemplo, existe un rezago importante a nivel municipal para el cumplimiento del principio constitucional de paridad, en donde sólo 26% de las presidencias municipales se encuentran ocupadas por mujeres, de acuerdo con registros públicos del Instituto Nacional Electoral para 2022.
Y la lista podría continuar, continuar y continuar, no por algo el Informe Global de Brecha de Género de 2022 del Foro Económico Mundial estima que para alcanzar una igualdad de género en el mundo se requerirían 132 años; 30 años más que antes de que se registrara la pandemia por covid-19.
Bajo este contexto, más que conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el mismo debe ser punta de lanza para que gobiernos, en sus tres órdenes, establezcan diversas políticas públicas que fortalezcan la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; el Poder Legislativo local y federal, la emisión y fortalecimiento de leyes que den sustento jurídico a la implementación de acciones que deriven en una igualdad sustantiva y, ante la sociedad, así como la implementación de una cultura cívica diferente, con perspectiva de género que proclame, ante las nuevas generaciones, un distintivo de igualdad en su concepción de la sociedad en la que quieren desarrollarse.
*Nily Moreno | Periodista y experta en temas de género.
**Fernando Díaz Naranjo | Analista político.