¡Nada de zigzaguear!, exclamó el aspirante a jefe del maximato morenista, en el homenaje a Lázaro Cárdenas por la expropiación petrolera, sin reparar que fue el propio General michoacano el que acabó con ese intento imperial de Plutarco Elías Calles de permanecer en el poder con sus peleles. Sin embargo, el obradorismo que dice “no vacilar”, “ni dudar” del rumbo, en la relación bilateral con Estados Unidos de Norteamérica se tambalea, se arrodilla y se humilla. Su zigzagueo es simplemente descarado, y después de las muertes de los migrantes en Ciudad Juárez, ese zigzagueo es criminal.
Un tono moderado y unas palabras bajo la bandera de las barras y estrellas, y otras distintas en México. “Modosito” en la Casa Blanca -sobretodo con Trump- mientras que, con la bandera tricolor canta nuestro Himno nacional. “¡Guerra, guerra sin tregua al que intente, de la patria manchar los blasones!”.
¿Ya resolvió el gobierno de México el conflicto en energía con Norteamérica?, ¿maíz?, ¿el nuevo diferendo por la militarización del cemento a la empresa Vulcan Materials? ¿Se está honrando cabalmente, sin zigzagueos, el T-MEC? Ese mercado significa casi una quinta parte del PIB mundial, Estados Unidos tiene en México más del 15% de sus exportaciones, México invierte, allá, más de 40 mil millones de dólares y, las remesas que ingresan a nuestro país, superaron el último año los 50 mil millones. ¿Al diablo con su mercado mundial? ¿Basta con incentivar el consumo nacional? La política económica con Estados Unidos es zigzagueo puro, entre el proteccionismo del coro mañanero y el liberalismo cuando cruza los empresarios y el embajador Ken Salazar las puertas de Palacio Nacional. ¿Acaso, mirándolo bien, no es palabrería zigzagueante decir que “la mejor política exterior es la interior”?
Que Antony Blinken, Secretario de Estado, y Alejandro Mayorkas, Secretario de Seguridad Interior de los Estados Unidos en audiencias ante congresistas norteamericanos, diga que los criminales mexicanos tienen tomadas partes del territorio nacional, para el Presidente mexicano es un bodrio, calumnia, intromisión. ¡Ah! Pero el zigzagueo se impone: que un jurado, también norteamericano, en Nueva York diga que Genaro García Luna es culpable, eso merece aplausos y regocijo del mandatario y sus fieles.
Apapachar a John Kerry, el candidato presidencial demócrata en 2004, al mismo tiempo que abrazar la candidatura republicana de Donald Trump para 2024, no es otra cosa que zigzaguear. Equilibrismo político. Al margen de la intromisión en asuntos judiciales de nuestro país vecino la acusación criminal a Trump, tiene como uno de sus soportes las sentencias (no dichos) contra su abogado, Michael Cohen, y por las que Donald Trump puede acabar en el banquillo de los acusados. Además, un juez federal estadounidense ya ordenó al Vicepresidente de Trump, Mike Pence, comparecer ante un jurado que examina la conducta antidemocrática de Donald Trump, en 2020, cuando no reconoció el triunfo del candidato demócrata. Zigzagueo ridículo de quedar bien con Biden, y decir que a Trump no lo quieren en las próximas boletas electorales.
Lázaro Cárdenas no se equivocó. El michoacano no zigzagueo, ni andaba “quedando bien” al mismo tiempo con Herbert Hoover el adversario de Roosevelt. AMLO quiere que le aplaudan allá, al mismo tiempo, los seguidores del elefante republicano de Trump, y los del burro demócrata de Obama y Biden. ¿Y la nieve, la quiere de limón?
Trump (acusado de temas sexuales y corrupción) llamó a los mexicanos “violadores” y “criminales”; y en su genuflexión zigzagueante, el 8 de julio de 2020, en Washington, en la Casa Blanca, López Obrador le agradeció en su cara, la “comprensión y respeto” al país; pero en Zócalo capitalino sacó el pecho para gritarles que no somos colonia, ni protectorado estadounidense. Zigzag cómico por donde se le vea.
La operación para traer al General Salvador Cienfuegos de Estados Unidos, sea o no responsable de los hechos que le señalaron, debilitó nuestra diplomacia. ¿Qué zigzagueo se ofreció a cambio? ¿Cuál soberanía mexicana mientras los agentes de FBI, trabajan en tierras tamaulipecas?
Pero el zigzagueo criminal ya cobró vidas en los hechos recientes de Ciudad Juárez. Se creen un gobierno “humanista” y se alquilaron para levantar un muro policiaco y militar en toda la frontera norte, a pedido de Donal Trump. El “Quédate en México” se convirtió para 40 latinoamericanos, en un “Muérete en México”. Se les condenó en México a una pena de muerte en una cárcel migratoria, por el delito de querer una vida mejor. Migrar no es un delito, migrar es un derecho, y en México migrar equivale a arriesgar la vida en cada paso.
El gobierno de México tiene un líder funambulesco que camina en la línea fronteriza con Estados Unidos, con un pie allá y otro acá, y cuando pasa por Ciudad Juárez, Chihuahua, camina entre cadáveres. Todos responsabilidad del Estado. Del Secretario de Gobernación que tiene a su cargo conducir la política migratoria, y del Secretario de Relaciones Exteriores, que coordina y preside la llamada pomposamente Comisión Intersecretarial de Atención Integral en Materia Migratoria. Sólo palabrerías, para evadir la responsabilidad de proteger la seguridad y dignidad del migrante. ¿Nacionalismo con acrobacia diplomática? ¡No! Simple circo patriotero zigzagueante.