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La sequía perfecta

La crisis por desabasto de agua en la capital potosina ya se ve venir. | Adriana Ochoa

Escrito en OPINIÓN el

El decreto de creación del organismo Intermunicipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento y servicios conexos de los municipios de San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez y Cerro de San Pedro (Interapas) incluye su propio mecanismo de autodestrucción.

Jurídicamente, nació con los tres municipios integrantes. El decreto así lo establece. Si uno de los integrantes decide no continuar en el organismo, no es sólo que pinte su raya y se retire, hay que generar otro decreto que soporte legalmente la existencia de lo que sea que quede, con dos, con uno o con tres o más de la zona conurbada distintos a los que de origen formaron Interapas.

El decreto para crear el Interapas fue una voluntad estatal, en el gobierno de Horacio Sánchez Unzueta, luego de una crisis de abasto, reclamos extendidos de ineficiencia y hallazgos administrativos de escándalo, a saber: gastos indebidos, sueldazos autoasignados, “aviadores” y una dejadez de diseño a la hora de hacer cumplir las obligaciones para fraccionamientos y grandes consumidores. El Interapas sustituyó así al escandaloso y demeritado Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Siapas) del municipio capitalino; a la precaria Comisión de Agua Potable del municipio de Soledad y a lo que fuera que tuviera por organismo operador el pequeño municipio de Cerro de San Pedro.

Desde hace algunos años, los del dominio monolítico del gallardismo en el ayuntamiento, la alcaldía de Soledad ha externado intenciones de salirse del Interapas, con mayor insistencia y recurrencia en la presente administración. La actual alcaldesa gallardista (la cuarta de la saga política) alega mal servicio, trato diferenciado con respecto de la capital y que no le toca una gota de agua de la presa interestatal El Realito, ubicada en Guanajuato sólo para abastecer a los municipios de Celaya y San Luis Potosí. Llama la atención que amague y amague, pero no se le conozca un solo anuncio, ni grande ni chico, de inversión para infraestructura hidráulica en su municipio, mucho menos un camino alternativo. A lo mejor porque la instrucción no le ha llegado por el control remoto oficial.

Por orden de importancia, la capital ha llevado mano en la directiva del Interapas: el alcalde pone al director. De alguna manera es un espacio más de poder de la municipalidad potosina. Y para los gobernadores, la mayoría, ha sido más cómodo que la alcaldía lidie con las inconformidades por escasez en cada estiaje, las angustias para conseguir pipas y, del otro extremo, las inundaciones por drenajes eternamente colapsados.

La Comisión Estatal del Agua es el organismo operador de Gobierno del Estado y responsable del acueducto El Realito. La presa estará fuera de servicio por filtraciones que hacen urgente su reparación y la crisis por desabasto de agua en la capital potosina ya se ve venir. El alcalde capitalino, el priísta Enrique Galindo Ceballos, llevó al Congreso del Estado un plan de rehabilitación de pozos para solventar la situación. Conseguir trece fuentes de agua subterránea para la ciudad y, se entiende, un gran esfuerzo para conectarlas a donde se necesitan, aunque el alcalde no le contestó eso al diputado que lo preguntó. El gobernador ha dicho que el tema no es dinero, pero su administración está dispuesta a ponerlo siempre y cuando “no hagan experimentos”.

El alcalde también anunció que ahora sí Interapas va tras los grandes deudores. Y sucede que hay una concesión a privados, Aguas del Poniente, operadora del servicio de agua potable a un gran polígono residencial. El presidente municipal lo hizo notar, que la va a obligar a pagar deudas millonarias, que va a “recuperar” el agua del pueblo potosino y otras mamandurrias de corte muy vestidor para “héroes del pueblo” instantáneos y la siempre rentable práctica política de azuzar resentimientos sociales.

Desde hace décadas se señala como grandes deudores de agua a constructores que no cumplen con las factibilidades de ley, a empresas que consumen y descargan, pero no pagan, a hoteles conectados “por la libre” a las redes y a baños públicos.

En el caso de Aguas del Poniente, que no pudo operar sino hasta tres años después de aprobada su concesión en el Cabildo, merced a un dictamen de la Suprema Corte que la avaló, hay un adeudo técnicamente mutuo: desde el panista Octavio Pedroza al propio Galindo, se han negado a entregarle la concesión, no obstante, el fallo de la Corte. Hay unos episodios notariados incluso de ese largo solicitar de la empresa que le entreguen su concesión, y del correspondiente hacerse el sueco de los alcaldes, por el “costo político” de reconocer documentalmente la existencia de esa concesión, aprobada in extremis por el Cabildo del panista Jorge Lozano.

Con todo y la resistencia de la Alcaldía a reconocerle su calidad legal de concesionario, Aguas del Poniente invirtió en infraestructura de abasto y de descargas y reciclaje para una zona de terrenos.

En la hormigonera de broncas, quejas, escenarios e imprevistos que plantea la crisis del agua para la ciudad, al Interapas se le ocurrió mostrar músculo y cerrar un supermercado de una firma foránea y un club deportivo en el poniente por deudas millonarias. Gran propaganda y luego nada más, no más “sanciones ejemplares”. El Club y la tienda están en el polígono de concesión de Aguas del Poniente; la deuda de “consumo indebido” que el Interapas y el alcalde reclaman en todo caso es de la concesionaria, no de las empresas que castigó. Como si un día algún proveedor de Interapas decidiera “cobrarse” cortándoles agua y drenaje a los usuarios del organismo operador. Con tan atinado enfoque en la solución a los problemas, parece que no sólo veremos los “experimentos” que pidió el gobernador no hacer, sino también escopetazos y cacerías de brujas.

Pero con una intensiva promoción, el Plan Emergente pretende servir como ansiolítico, falta ver si se realiza en tiempo y si funciona. Llevará de menos un par de años recuperar el caudal de la presa El Realito, y quizá hasta entonces sepamos si la reparación del acueducto pone fin a las frecuentes fugas por colapso, más de 56 desde su puesta en operación en 2015, 22 tan solo el año pasado.

El vaciado de la presa se completa en mayo, justo con el estiaje en su cuota más alta. Ojalá y ya haya una primera etapa de pozos rescatados, y/o perforados, al quite. Para Soledad, el inquieto socio en el Interapas, no se anunció nada en ese Plan Emergente, quizá porque al cálculo de los asesores de Galindo Ceballlos, Soledad no tendrá escasez.

Y ahí va, el alcalde, haciendo a un lado a la quejica vecina Soledad, aporreando a diestro y siniestro y pidiendo a la vez apoyo de todos los sectores, empresarios incluidos. Quizá recupere la infraestructura de Aguas del Poniente, tuberías y equipos, no así las concesiones de agua que tiene, que son del empresario y son federales.

El decreto, en su artículo 12, faculta al Congreso para decretar la desaparición del organismo intermunicipal por violaciones y faltas graves a las constituciones (federal y local), a la Ley Orgánica del Municipio Libre, a la Ley Estatal de Aguas y al propio decreto. De dónde armar un motivo para deshacerlo hay mucho, más si se tiene mayoría en el Congreso, como la tiene el gobernador Gallardo. Quizá Soledad no requiera “salirse” para presionar la desconfiguración legal del Interapas. Basta con que nos llegue la crisis del estiaje, con reclamos y un mal humor social por el desabasto como escenario ideal para un golpe de mano.

De pronóstico reservado en año preelectoral. Como ir de funámbulo con un vaso de agua en la cabeza, metros arriba de un cocodrilario.