MEDIOS INCLUYENTES

Por unos medios incluyentes

Un gran reto de los medios de comunicación, perpetradores de estereotipos y prejuicios, es dejar de promover el odio y la discriminación. | Leonardo Bastida

Escrito en OPINIÓN el

Al observar los personajes de las principales producciones televisivas de la señal abierta mexicana, menos de 10 por ciento de quienes aparecían a cuadro se identificaban como personas indígenas o afromexicanas o tenían alguna descendencia de ese tipo. La mayoría aparecían en los programas de entretenimiento y su participación está más relacionada con temas de humor y de música. En el caso de las mujeres, el papel que más representaban aquellas con piel morena era el de trabajadora del hogar. 

Las ideas anteriores son parte de las conclusiones del artículo de Juris Tipa sobre discriminación y racismo en los medios de comunicación en México, en el que muestra que cuando se abordan los temas indígenas hay una etnización de los mismos, recayendo en el uso de los trajes tradicionales, la música regional, las coreografías de bailes regionales y la asociación con zonas arqueológicas. 

Hace algunos años, en el marco del Foro de Medios Digitales, integrantes del CIDE presentaron el “Estudio sobre discriminación de los pueblos indígenas en los medios de comunicación mexicanos”, en el que concluyeron que lo indígena sólo se relaciona con el pasado, la temática no suele ocupar lugares privilegiados en la estructura mediática, sólo reciben cobertura en algunas épocas del año y hay una predilección por abordar la temática de forma negativa: “desde la miseria, la pobreza, el conflicto; nunca de la vida cotidiana en los pueblos o comunidades, o de las costumbres indígenas”, advirtieron las y los investigadores. 

Otros datos indican que de acuerdo con el Anuario Estadístico de Cine Mexicano que realiza el Instituto Mexicano de Cinematográfica, de las 259 películas producidas en nuestro país en 2021, sólo 17 por ciento fueron dirigidas por mujeres, 39 por ciento tuvieron a una mujer a cargo de la producción y sólo 20 ciento fueron indígena o afrodescendiente.

En un reciente ejercicio llevado a cabo por la organización Racismo MX, al colocar la frase “mujer exitosa” en buscadores de página de internet, los resultados arrojados fueron imágenes de mujeres blancas, rubias y delgadas, mientras que al buscar la palabra “pobreza”, el buscador devuelve imágenes de personas morenas o migrantes.

Lo anterior dio pie a que, retomando las conclusiones del foro “Poder Moreno”, celebrado en noviembre del año pasado en la Cámara de Diputados, y en el marco del Día Internacional contra la Discriminación Racial, un grupo de personas creadoras, guionistas, escritoras, productoras, casting, plataformas, actores, actrices, directores, directoras, y activistas se comprometieron a impulsar acciones para que en los roles protagónicos esté representada el 80 por ciento de la población mexicana.  

Además de incentivar la creación de historias que deben dejar de reproducir estereotipos y dejar de promover el odio y la discriminación y buscar que en la construcción de las historias –tanto detrás de las pantallas como enfrente de ellas–, cese el odio y la discriminación. Así como mecanismos de distribución y promoción justos y equitativos paralelos a los ya existentes.

El esfuerzo, no sólo debe de provenir de quienes producen contenidos sino también de quienes los consumen por lo que se hace un llamado a todas las personas a la apelación de los derechos de las audiencias y a los derechos de las y los consumidores para que haya contenidos de entretenimiento libres de estereotipos y reflejantes de  la diversidad del país.

Sin duda, un gran reto, debido a que la industria de los medios de comunicación ha sido una de las perpetradoras de estereotipos y prejuicios en las colectividades por lo que el camino hacia la construcción de la igualdad no sólo consiste en el diseño de políticas públicas, sino que, también, debe contemplar la incorporación y la transformación de los principales soportes de las conductas y los mensajes discriminatorios. Y en ese desafío, debemos colaborar todas las personas.