Para los mexicanos no es novedad oír al presidente de la República decir mentiras de todos los grados posibles y estamos, hasta cierto punto, acostumbrados a oírlo decir cosas tan absurdas como que la corrupción ya se acabó y cuando fue encarado por un periodista por la corrupción de su hijo se puso a llorar en el podio y respondió que habían sufrido mucho sus hijos… pero no negó la corrupción. Ese tipo de escenas, entre lo políticamente genial y lo patético, han sido muy frecuentes en las conferencias presidenciales y normalmente, cada vez que López Obrador se ve frente a una pregunta difícil hace tres cosas: primero miente, después desvía la atención y termina denostando (el presidente y su séquito de bots y medios apócrifos) a quien piensa diferente. Mal que bien, aunque es francamente nocivo este actuar, ya está hasta cierto punto normalizado entre los medios y la clase política mexicana, pero eso no quiere decir que no haya mentiras que en realidad ofenden y rayan en la demencia. Algunos ejemplos de ello:
Quizás la mentira más ofensiva que ha dicho y ha repetido López Obrador es que nadie dejó de ser atendido en la pandemia por covid-19 y que nadie murió afuera de un hospital. Lo dijo a mediados de diciembre y lo repitió esta semana… sólo para dejarlo claro: López Obrador invitó a la gente a no confinarse y a salir y darse abrazos y dijo que no habría más de 60 mil muertos (junto con su “especialista”). En México hubo cerca de 700 mil muertos por la pandemia y miles de personas murieron afuera de los hospitales esperando ser atendidos. Nunca se contó con los insumos necesarios y mientras el irresponsable del presidente sacaba un escapulario para “protegerse” y el impostor de López Gatell decía que el presidente tenía “poder moral y no de contagio) los médicos y el personal de salud atendieron a la gente poniendo su vida en riesgo (y muchos la perdieron).
El AIFA también está dentro de las mentiras favoritas de López Obrador. Desde la vez que afirmó que era el mejor aeropuerto de América Latina (cosa que sólo demuestra su empeño por engañar a partir de la ignorancia), pasando por el “paseo en tren” entre la Ciudad de México y el AIFA que no existe y fue una simulación a la que además se prestaron muchos funcionarios de primer nivel, y hasta el punto de ir a recibir un vuelo de DHL que no llegó ese día, todo lo referente al AIFA ha estado cubierto de mentiras y francas estupideces. Para dejarlo claro: ni siquiera López Obrador lo usa… ya obligaron a la carga a llegar allá, y la tienen que transportar por tierra a la aduana del Benito Juárez, también ya había amenazado con abrir el cabotaje (o sea que líneas internacionales puedan hacer vuelos comerciales dentro de México) para pegarle (más) a las aerolíneas nacionales y obligarlas a usar su aeropuerto… el presidente debería de saber cuestiones básicas de mercado; por más “incentivos”, “políticas públicas para rescate” o “inyección de recursos” que le quieran poner a las “tiendas de sombreros” en la Ciudad de México no habrá forma de que subsistan… porque la gente no usa sombreros en la Ciudad de México, y es un tema de simple mercado… puede obligarlos, puede hacer área natural protegida Texcoco, puede incluso terminar los múltiples accesos para que tenga sentido ir hasta allá, pero tiene que ser útil para el mercado nacional o sin importar cuánto se haga, terminará abandonado.
La tercera mentira ofensiva es el tema de seguridad y la relación con Estados Unidos. Después de que Estados Unidos ha hecho alertas de corrupción, de colusión con el crimen organizado, de ataques tanto a la prensa como a la oposición y a defensores de derechos humanos y causas ambientales, cada vez que puede, López Obrador se lanza a insultar a los vecinos del norte y a decir estupideces como que México es más seguro o que hay más democracia aquí que en Estados Unidos. Incluso ha dicho que aquí no existe el fentanilo (cuando unos días antes dijo que se habían desmantelado laboratorios de fentanilo). En un afán de lograr simpatías, poniéndose “gallito” con el vecino del norte, lo único que provoca es risa porque acusa de “intervencionismo” por la petición de Estados Unidos de que se controle la producción y tráfico de fentanilo, y a la par dice que azuzará a que voten los de origen mexicano en contra de los Republicanos y minutos después dice que los Demócratas quieren bloquear a Trump (gran amigo republicano de López Obrador) y sale a su defensa… en fin, esquizofrénica la escena.
En fin… ya cuando las mentiras parecen más la obra una persona con demencia que la malicia de alguien que busca engañar cabe la reflexión respecto a que posiblemente López Obrador ni siquiera se da cuenta de en qué país vive y cuál es su realidad. No creo que el presidente no se dé cuenta de lo que pasa, quiero pensar que sabe perfectamente que no hay familia en este país que no haya sufrido la muerte de alguien por covid-19, quiero pensar que el presidente sabe que el AIFA es hasta el momento un fracaso y quiero pensar que el presidente sabe que en Estados Unidos tanto su opinión como sus mentiras dan risa… pero no será que realmente ya se cree sus mentiras y pasó a la demencia. Lo iremos viendo.