Con motivo del Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo publicamos un artículo en el que se hacían algunas reflexiones sobre el tema de género y las condiciones laborales al interior de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El artículo propone que uno de los retos para la implementación de una eficaz política de género es la dificultad para identificar contextos y definir conceptos y, por lo tanto, los objetivos adecuados.
En ese sentido, así como no debiera tomarse como referencia a los titulares de las representaciones, con sus salarios y prestaciones, para analizar las condiciones laborales del personal del Servicio Exterior Mexicano (SEM), tampoco debe tomarse como referencia de las condiciones generales de la mujer en la SRE, a partir del número de mujeres en posición de autoridad, sino conociendo las condiciones laborales de las mujeres en la SRE que carecen de una posición de poder o de toma de decisiones. Las excepciones no son la regla.
Cancillería ha tenido algunas iniciativas en el tema de género, como la creación la Unidad para ello en el 2008, y la realización de un diagnóstico sobre equidad de género al interior de la SRE; el diseño de la figura de funcionarios con el carácter de “enlaces de género” en cada representación en el exterior; el lanzamiento de los cursos de “sensibilización en materia de género”; el otorgamiento de una licencia de paternidad; el diseño del Código de Conducta de la SRE; el lanzamiento del Comité de Ética de la Secretaría de Relaciones Exteriores; la figura de Persona Consejera y la modificación de la Ley del Servicio Exterior y su Reglamento para homogeneizar el uso del lenguaje inclusivo en el texto.
Si bien son avances claros en el tema de género, los todavía imperfectos mecanismos, el uso de conceptos anacrónicos en la materia y la falta de legislación que permita la ejecución de esas políticas, han impedido la materialización de los fines perseguidos en esas iniciativas, y revelan un contraste con los éxitos significativos en materia de género de la SRE en foros internacionales y en las acciones de protección a la mujer en materia de protección consular.
Como ejemplo de la distancia existente entre lo perseguido y la realidad, es que existen casos de abusos en contra de mujeres cometidos por hombres en posición de poder que no han podido ser sancionados; que no ha resultado prioritario facultar a las instancias mencionadas de la SRE para abordar los casos de abuso y acoso cometidos por hombres contra hombres, cuando queda claro que encasillar a las personas únicamente por el sexo impide detectar elementos relacionados con la diversidad y la discriminación y, lo que es más grave, se ha obstaculizado el análisis de los casos de abuso cometidos en contra de mujeres, relacionados sus condiciones propias de sexo y/o género, cuando son cometidos por mujeres en posición de autoridad. Pareciera que la dignidad de una mujer no nace con ella, sino que depende de la identidad de quien la agrede.
Nuestra propuesta es la realización al interior de la SRE de un diálogo vertical y horizontal sobre los retos existentes, incluyendo a los hombres y mujeres con y sin posición de autoridad tomadora de decisiones, que culmine en la generación de condiciones que permitan el desarrollo pleno de la mujer funcionaria y trabajadora de la SRE, en sus distintas facetas y en todo nivel de la estructura de nuestra Cancillería, a tal punto, en que la percepción sobre las condiciones de género sea similar desde cualquier nivel jerárquico de la Secretaría.
El artículo generó distintas reacciones en el universo de la Cancillería. Desde el apoyo por lo comentado hasta inconformidad por razones distintas.
Efectivamente hubo personas que se vieron reflejadas en la narrativa, hasta personas que sintieron que esta aportación no alcanzaba a describir su experiencia personal.
De los comentarios recibidos, se destacan los casos de personas con hijos e hijas con discapacidades quienes son comisionados al extranjero sin recibir ningún tipo de apoyo institucional para procurar, no solamente al funcionario o la funcionaria con ese reto personal, sino el bienestar de esas hijas e hijos con necesidades especiales.
Por otro lado, hubo sensación de desacuerdo en algunas personas quienes interpretan que no existe la misma necesidad de comentar los casos en los que una persona en posición de poder realiza abusos, o que dichos incidentes no deben verse como tales, si no fueron cometidos por hombres.
Por supuesto, era imposible evitar que el tema fuera abordado por personajes con agenda política citando el artículo en el contexto de un debate ajeno a la discusión interna.
Lo interesante es que se generó un momento de diálogo. Ojalá abone de alguna manera en el tema.
Se reitera que lo que debe existir son condiciones favorables en materia de género al interior de la SRE, que estén al nivel de los logros alcanzados en la materia tanto en los foros internacionales, la protección consular y la aportación a la sociedad mexicana.
El texto del artículo se puede consultar aquí.
*Integrantes del Servicio Exterior Mexicano