Los sistemas democráticos en el mundo guardan ciertos componentes similares que se han constituido como referentes obligados, que son elementos que garantizan la celebración de elecciones limpias y confiables. Nuestra democracia considera en sus normas tanto constitucionales como legales diversas disposiciones para que los procesos electorales que se desarrollan a lo largo y ancho del país se desenvuelvan con certeza, equidad, justicia e igualdad.
No obstante, hay elementos que pueden afectar las elecciones, para ello, resulta conveniente destacar algunos aspectos que el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) revela al respecto.
IDEA Internacional es una organización intergubernamental que tiene por objetivo fundamental promover e impulsar la democracia en el mundo para lo que centra su atención en el desarrollo de los procesos electorales. En este sentido, es importante destacar el informe de esta organización denominado “Análisis global de la desinformación dirigida a procesos electorales 2016-2022”, en donde se destaca la influencia que ha adquirido desinformar y difundir diversas narrativas preponderantemente falsas que tienen como consecuencia la afectación de los procesos electorales.
Bajo este contexto, la desinformación, información parcialmente cierta y las noticias falsas son elementos que afectan la confianza del principal activo de un sistema democrático: la ciudadanía. Cuando se difunden declaraciones sobre el “robo de urnas”, de “boletas electorales falsas”, “fraude electoral”, entre otros aspectos, se genera un impacto negativo en las y los ciudadanos que, aunque la autoridad competente -principalmente la electoral-, después de analizar y verificar los hechos emita desmentidos con información puntual y comprobable, éstos en ocasiones no alcanzan el mismo impacto de las noticias falsas (fake news).
Algunos analistas han considerado que este tipo de acciones constituyen, en algunos casos, una estrategia premeditada cuyo objetivo es desacreditar a competidores electorales, perturbar el desarrollo del ejercicio del voto, distraer la atención de la ciudadanía, erosionar la labor de autoridades electorales administrativas e incluso jurisdiccionales, entre otras que, de una forma y otra pueden provocar aspectos negativos para un sistema democrático tales como: abstencionismo, malestar de la población, reclamos de los partidos políticos, coaliciones, candidatas y candidatos, medios de comunicación y otros.
Otra problemática que se observa de este fenómeno de la desinformación o fake news es la difusión de algunos medios, los menos por fortuna, que sin verificar la información la replican ocasionando que el daño causado crezca de manera exponencial.
De igual manera, el mayor daño se observa en lo que se difunde en redes sociales en donde es cada vez más frecuente que la gente tenga una cuenta en alguna o algunas redes sociales e interactúe en las mismas, en ocasiones, con elementos falsos, información manipulada y no contrastada.
Para contrarrestar esta problemática, el Instituto Nacional Electoral (INE) busca mantener permanentemente informada a la población de diversos asuntos de las labores que tiene encomendadas constitucional y legalmente, las que van desde los aspectos que están referidos en la planeación estratégica de las elecciones, hasta los pasos y decisiones que se van adoptando en cada una de las etapas de los procesos electorales tanto federales como locales. El resultado de este esfuerzo se ha traducido en que el INE sea una institución en la que la ciudadanía guarda un alto nivel de confianza.
No obstante, el documento de IDEA Internacional en su apartado de conclusiones refiere que es importante la coordinación de diversas instancias que neutralicen las afectaciones que la desinformación o noticias falsas llegan a tener en las elecciones, generando un enfoque interindisciplinario que permita contar con mejores elementos que salvaguarden el mayor valuarte sobre la renovación del poder público: nuestra democracia.