Empresarios mezquinos han usado huelgas para desatenderse de las obligaciones con sus trabajadores, con el fisco, IMSS, INFONAVIT y hasta con proveedores de servicios. Instruidos por sus abogados, dejan de pagar salarios y provocan cerrar operaciones con banderas rojinegras.
Para estos empresarios vivales, la huelga más que un elemento de presión se ha convertido en una manera de aliviar compromisos de todo tipo, hasta los laborales. En otras palabras, es una forma cínica y legal para que los trabajadores hagan toda una larga travesía para cobrar sus derechos.
En este tipo de huelgas, en cuanto estallan los patrones desaparecen y sus abogados se encargan de alargar lo más posible el conflicto. Mientras tanto los trabajadores deben incluso cuidar los bienes que el patrón dejó. Y cuidado con que estropee algunos de ellos o se los roben porque hasta responsabilidades penales tienen.
Algunos de los bienes que deben custodiar los huelguistas (a la fuerza) son fierros y maquinarias viejas, que como decían los abuelos, valen dos centavos. Los patrones modernos rentan los equipos, oficinas y todo tipo de instalaciones, nada es suyo.
Si los trabajadores quieren cobrar algo, casi siempre les dan aire envuelto en paquete de plástico transparente.
El artículo 924 de la Ley Federal del Trabajo que fue ideado para proteger al trabajador se ha convertido en protector de los patrones pillos. Esto dice el mencionado artículo:
“A partir de la notificación del pliego de peticiones con emplazamiento a huelga, deberá suspenderse toda ejecución de sentencia alguna, así como tampoco podrá practicarse embargo, aseguramiento, diligencia o desahucio, en contra de la empresa o establecimiento, ni secuestrar bienes del local en que se encuentren instalados”.
Lo que tenemos que aclarar es que no todas las huelgas son patronales, pero sí podemos afirmar que la mayoría de las que se estallan, un promedio del 70%, no son para beneficio de los trabajadores.
Los ejemplos más significativos en tiempos recientes de huelgas patronales han sido en la industria aeronáutica como en el caso de Mexicana de Aviación, la tercera con mayor antigüedad del mundo, conflicto iniciado en septiembre de 2010, con el mayor número de trabajadores afectados a la fecha: 8 mil 650.
Interjet es otro caso de una huelga provocada por la insolvencia del patrón desde enero de 2021 que afecta a más de 5 mil trabajadores y que se encuentra en un proceso de quiebra.
Taesa con 3 mil 500 trabajadores estalló su huelga en noviembre de 1999.
Aerocalifornia que desde agosto de 2008 se inició una suspensión de labores que afectó a mil 372 trabajadores también declarándose en quiebra en su perjuicio.
Líneas Aéreas Azteca estalla una huelga ante la falta de pago a sus mil 350 trabajadores en junio de 2007.
Otras más, como Aladia (2008), Alma de México (2008), Avolar (2008), Nova Air (2008), Aeropostal Cargo de México (2010), Aerolíneas Internacionales (2003), Click Mexicana (2010), Mexicana Link (2010).
La más reciente, Aeromar que suspendió labores el 15 de febrero pasado, con 600 trabajadores afectados. La Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA de México) dirigida por Ada Salazar, así como la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) encabezada por el capitán Humberto Gual, se sumaron en apoyo a los trabajadores de esa empresa.
El capitán Humberto Gual se quejó de la falta de intervención gubernamental, ya que la Agencia Federal de Aviación Civil sabía de los adeudos millonarios que se generaban día con día. Además, acusó de pillos a los dueños de Aeromar ya que se llevaron el Fondo de Ahorro, dejaron de pagar seguridad social, Infonavit y hasta impuestos, a pesar del descuento que realizaban a sus trabajadores.
Las huelgas patronales siguen existiendo y la impunidad campea en perjuicio de los trabajadores. No hay legislación que los sancione.