Quien ha leído a Karl Marx en español, ha leído a Wenceslao Roces, traductor de “El Capital” para editorial Cenit en su edición de 1934. En marzo de 2022, se cumplieron tres décadas de la partida de Roces, una figura insigne y apasionante del comunismo cuyo legado es motivo de investigación y reflexión en la búsqueda por aprehender toda su riqueza.
Nacido el 03 de febrero de 1897 en Soto de Sobrescobia de Asturias en España, Roces llegó a formarse en Derecho en las aulas de las universidades de Oviedo y Madrid durante el decenio de 1920. Concluidos sus estudios, Roces se afilió al Partido Comunista de España y fue un activo militante en la Insurrección de Asturias de 1934. Su actividad política lo llevó a vivir momentos de encarcelamiento y destierro hasta el triunfo del Frente Popular en 1936, cuando ocupó el cargo de subsecretario de Instrucción Pública. La caída de la República en 1939 obligó nuevamente su salida. Comenzó su exilio en Francia para trasladarse posteriormente a Chile y Cuba. Arribó a México en el año de 1942, en el marco de las políticas de apoyo que el presidente Lázaro Cárdenas inició en 1939 para brindar asilo a las fuerzas republicanas y antifascistas de Europa. Roces se consolidó como un destacado orador y representante de la comunidad española en México, llegando a ser el corazón de la sección del movimiento por la paz.
Roces es reconocido por su labor como traductor en el mundo hispanohablante. La lista de obras que abrió a nuestro idioma es larga y selecta, pues además de Marx y Georg W. F. Hegel tradujo a otros autores de la filosofía clásica alemana y a historiadores críticos del positivismo. En el ámbito mexicano, también se recuerda a Roces como un dedicado y esmerado profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, espacio que le permitió convertirse en maestro de incontables generaciones, con las cuales leyó, estudió y discutió obras como el “Manifiesto Comunista”. Asimismo, profundizó en la enseñanza de la historia de Grecia y Roma desde la perspectiva del materialismo histórico.
La labor de Roces no se limitó a la traducción y docencia, pues sus escritos recorrieron el ensayo y el género periodístico. Sobre este último sobresalen sus artículos en impresos militantes como “España Popular”, “Nuestra Bandera “y “Tiempo Nuevo,” llegando a convertirse en columnista de “El Día”. Además de ello, su intervención política y cultural fue de un calado distinto al de otros intelectuales de su generación, gracias a su versatilidad y presencia en el debate público junto a personalidades como Narciso Bassols, Nicolás Guillén, Jesús Silva Herzog, Juan Rejano y Pablo Neruda, sin olvidar a Cárdenas.
El año de 1983 fue testigo de importantes homenajes con motivo del centenario de muerte de Marx. Uno de los primeros y más concurridos se llevó a cabo el 14 de marzo en el Palacio de Bellas Artes, el cual contó con la participación de los más connotados líderes de la izquierda —como Valentín Campa y Arnoldo Martínez Verdugo— y de numerosos universitarios, entre los que se contó a Adolfo Sánchez Vázquez, Gabriel Vargas Lozano y al mismo Roces. Algunos meses después, el recién fundado Instituto Mora tomó parte del debate público organizando una mesa redonda que llevó por título “Actualidad del pensamiento de Carlos Marx” y reunió a tres destacados oradores. Roces disertó sobre las etapas históricas del marxismo, Rubén Salazar Mallén expresó su crítica al pensamiento marxista y Carlos Pereyra enunció la vigencia del materialismo histórico. Con la conducción de Abelardo Villegas, el debate asumió temáticas de fondo, por ejemplo, si el marxismo había servido a políticos para escalar el poder y si en el pensamiento de Marx existen incongruencias.
Foto: Cortesía Archivo CEMOS
En la sede principal del Instituto, Roces contrastó las versiones dogmáticas y cerradas que prevalecían entre los seguidores de Marx con aquellas que buscaban renovar el paradigma comprendiendo los cambios en la sociedad. Insistió, así, en que el marxismo como ideología revolucionaria otorgaba a los pueblos la conciencia de su cometido histórico, el espíritu y el empuje para marchar hacia adelante. Con estos planteamientos, Roces se corroboró como un defensor de Marx en el tono de un intelectual que era, ante todo, un militante político.
Este evento, convocado el 10 de junio, mostró la vitalidad y pasión con las que se discutían las ideas de Marx en su centenario. Cuatro décadas después, en el mundo intelectual se vive de nuevo un creciente interés y debate sobre sus perspectivas para la transformación social. De este encuentro se mantienen abiertas algunas de sus conclusiones, tales como la necesidad de una educación política para los sectores sociales desfavorecidos y el reconocimiento de que los cambios en la sociedad ocurren debido a sus contradicciones. La permanencia de ambas ideas sostienen la vigencia y actualidad de Marx.
El 28 de marzo de 1992, Roces falleció en México a los 95 años, en compañía de su familia que lo recuerda con gran cariño. Con intención de incentivar la indagación en torno a su legado, su archivo personal fue donado al Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista (CEMOS). Además de iniciar la catalogación de esta nueva colección, el centro ha impulsado un conjunto de publicaciones en torno a la trayectoria profesional y política de Roces, contando con la activa colaboración de la investigadora Fernanda González Carbajal. Con estas acciones el CEMOS confirma su compromiso con el estudio del legado de las izquierdas en México, así como con el fomento del conocimiento sobre la acumulación teórica alrededor de los combates por sociedades más justas e igualitarias. Fundado en 1983 el CEMOS también celebra su 40 aniversario.
* Diana Alejandra Méndez Rojas
Investigadora asociada del Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista. Maestra y Doctora en Historia Moderna y Contemporánea por el Instituto Mora. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores con el nivel 1. Adherente de la Asociación Gramsci México.