El presidente ha dedicado mucho tiempo en sus últimas conferencias mañaneras para descalificar la manifestación del próximo domingo en el Zócalo señalando que la intención es atacarlo, confrontar a su gobierno, defender privilegios y que regrese la corrupción, o también que hay molestia de la élite porque está apoyando a los pobres, además de llamar a quienes asistiremos corruptos, conservadores rancios, masoquistas, lo que es replicado por el oficialismo con el propósito de desalentar la participación ciudadana, confundir y desvirtuar los motivos reales que nos convocan. En el colmo, desde ayer circulan imágenes en redes presentándola como una narco marcha en defensa de García Luna.
Ante estas falsedades, es necesario dejar claro que, en primer lugar, vamos al Zócalo -y a las principales plazas públicas de más de 80 ciudades- porque es nuestro derecho, porque no estamos dispuestos a vivir en un país de pensamiento único donde todo aquel que disienta, o incluso que tan sólo tenga una visión distinta, sea estigmatizado. También iremos para alzar la voz en contra de una reforma que fue aprobada por las y los legisladores del grupo en el poder sin siquiera haberla leído -lo que es también una forma de corrupción-, sin contar con un diagnóstico y una evaluación seria para su análisis y discusión, negándose al muy necesario diálogo democrático. Porque se violó de principio a fin el procedimiento legislativo y tampoco les importó que tuviera múltiples vicios de inconstitucionalidad como lo reconoció el propio coordinador de Morena en el Senado. Porque es nuestro derecho exigir cuentas a quienes supuestamente nos representan.
Iremos el domingo al Zócalo porque estamos en contra de que se vulnere la autonomía del INE, se adelgace arbitrariamente su estructura y se despida a la gran mayoría de su personal que hace el trabajo de campo poniendo en riesgo su capacidad operativa y de organización y con ello la realización de elecciones libres y confiables. Porque nos preocupa que, como ha quedado claro con la integración del comité técnico de evaluación por personas cercanas al oficialismo para que a su vez armen quintetas a modo, se nombren consejeras y consejeros electorales alineados con el gobierno incluyendo a quien asuma la presidencia del INE. Porque no queremos que le pase lo mismo que a la CNDH y a la mayoría de los organismos autónomos y reguladores que hoy son controlados por el gobierno o en el mejor de los casos se han vuelto irrelevantes.
Porque no aceptamos que se haga proselitismo desde el gobierno y que las y los aspirantes del oficialismo violen impunemente las reglas electorales atentando contra la equidad en la contienda electoral, que se cancele de facto la posibilidad de la alternancia y regresemos a los tiempos del sistema de partido hegemónico. Estaremos el domingo en el Zócalo para exigir a la Suprema Corte de Justicia que cumpla con su obligación de velar por el respeto al orden constitucional y no ceda ante las presiones desde Palacio Nacional o Bucareli. Porque es indispensable que asumamos nuestra responsabilidad ciudadana, venzamos la apatía, participemos y pongamos límites claros al abuso del poder sin importar ideología u origen partidario. Porque a pesar de las diferencias naturales en una sociedad plural y diversa, coincidimos en una causa común, la defensa de nuestra democracia que ha sido producto de una larga lucha ciudadana, porque decidimos unirnos en la defensa de nuestras libertades y derechos.