El próximo tres de abril termina la gestión de una consejera ciudadana y tres consejeros ciudadanos integrantes del Consejo General del INE, incluyendo a su presidente Lorenzo Córdova Vianello, y la Cámara de Diputados ha dado inicio al proceso para designar a las personas que ocuparán esos lugares en la llamada Herradura de la Democracia.
Se trata de un procedimiento de varias etapas que no debe escapar de la atención de la sociedad mexicana porque se trata de decisiones que, querámoslo o no, marcarán el futuro de nuestra joven democracia, al dar forma al árbitro que conducirá hasta tres procesos electorales federales, empezando con el 2024.
En el contexto mexicano, en que el gobierno en turno y su partido literalmente desprecian las leyes y echan mano de prácticas antidemocráticas que se creían extintas, es de suma importancia la vigilancia de la ciudadanía en cada parte del proceso de elección de las nuevas consejeras y consejeros del INE.
Solo para tener una referencia de tiempos: primero se integra un Comité Técnico de Evaluación que hará el proceso de selección, de entre todas las personas que se inscriban como aspirantes a los cargos, siguiendo criterios como conocimiento del tema electoral y profesionalismo, así como imparcialidad.
Este Comité se compone por dos personas designadas por el INAI, dos por la CNDH y tres por la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.
Pero después de que el INAI designó a dos perfiles profesionales e intachables, las cosas empezaron a descomponerse.
Primero, la titular de la CNDH designó a dos personas identificadas con Morena; incluso tuvo que sustituir a una porque resultó que había sido candidata.
Después, en la Cámara de Diputados, Morena impuso a tres personas también identificadas con Morena: un ideólogo del presidente López Obrador, una ex funcionaria de la Guardia Nacional y hasta un ex representante de Morena en la reciente elección de Tamaulipas.
A pesar de esta situación, los representantes del PRI-PAN-PRD se abstuvieron de votar, dejándole el camino libre a Morena. Solo Movimiento Ciudadano votó en contra de este ataque a la democracia.
Incluso, solo Movimiento Ciudadano presentó propuestas de personas con el perfil técnico y objetivo para ser parte del Comité. PRI-PAN-PRD no presentaron ninguna propuesta. Sencillamente se cruzaron de brazos.
Después empezaron a decir que esa decisión fue “para dar un voto de confianza” a los nuevos integrantes del Comité. Pero ¿cómo es posible que se acepte poner en manos de evidentes militantes y simpatizantes de Morena la selección de quienes serán candidatos a consejeros del INE?
¿Acaso no recuerdan lo que ocurrió cuando con “un voto de confianza” en el Senado le permitieron a Morena y a López Obrador aprobar la prisión preventiva oficiosa que hoy es una auténtica arma del régimen contra todos los mexicanos?
Las batallas por la democracia se deben dar en todos los frentes, especialmente los que implican una responsabilidad representativa, legal, como es en la Cámara de Diputados en el proceso para renovar asientos del INE. Si no, solamente es una simulación de esos partidos que gritan y presumen su participación en marchas pero a la hora de la verdad, cuando tienen que defender al INE y a la democracia, los abandonan.
Con todas estas malas características, el Comité ya se instaló, y deberá revisar las listas de aspirantes para que a más tardar el 3 de marzo entregue a la Cámara de Diputados la relación definitiva de quienes cumplan con los requisitos.
Después se les aplicará un examen y nuevamente el Comité valorará a los mejores promedios para integrar cuatro listas de cinco personas, las famosas quintetas, para cada puesto vacante en el Consejo, observando principios de paridad. De una de esas quintetas en específico, la Cámara elegirá al nuevo presidente del INE, en votación que requiere mayoría calificada de las dos terceras partes de las diputadas y los diputados. De no alcanzar esa mayoría, la Constitución prevé que se proceda a la insaculación entre cada una de las quintetas. Este proceso debe concluir el 31 de marzo, dentro de poco más de un mes.
Nuevamente, la vigilancia de la ciudadanía, la presión social incluso, es fundamental para vencer las mañas de Morena y que las personas designadas sean verdaderamente ciudadanas y ciudadanos profesionales, objetivos y de la estatura moral que el INE, nuestra democracia y México necesita.