Nuestro hermano Samir Flores Soberanes nació en la tierra de Emiliano Zapata, en el pueblo originario de Amilcingo, Morelos, México (1). Samir era campesino, sembraba maíz, cacahuate y amaranto. Estudió la carrera de Informática, pero desde muy chico se involucró en todos los procesos comunitarios de lucha de Amilcingo, involucrando en ello a toda su familia. Nos platicaba de cuando apenas estaban empezando la Autopista “Siglo XXI” que atravesó su comunidad, sobre la historia de Vin Flores, un líder comunitario que impulsó la creación de la Normal Rural de Amilcingo y que fue asesinado.
Cuando Samir escuchó la noticia sobre la llegada del Gasoducto del Proyecto Integral Morelos (PIM), y se creó el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala, junto con otros compañeros comenzó a informar sobre sus consecuencias para los derechos colectivos de los pueblos y para el medio ambiente. En Amilcingo la gente no creía el gran peligro que se venía con la instalación del gasoducto tan cerca de la población, a unos metros de la normal rural “Emiliano Zapata”. Cada semana, en la radio comunitaria, Samir con un grupo de jóvenes de la comunidad, informaban sobre la situación del PIM y sus implicaciones, también pintaban bardas y hacían asambleas.
Cuando conocimos a Samir en el Frente de Pueblos nos sorprendió mucho porque era delgadito y flaquito, pero cuando hablaba decíamos “este cabrón es un abogado chingón porque sabe mucho”. Con ese pensamiento se quedó la gente del pueblo. Samir nos reunía. Cuando escuchábamos su voz en los altavoces salíamos a la calle para saber qué tenía que decirnos, todos los que lo queríamos bajábamos a verlo, nos convocaba con su voz, su palabra y su sentir. Nos decía a las mujeres: “ustedes van a ser las chingonas, y la asamblea la tienen que llevar ustedes, déjenos a la chingada los hombres, porque de repente nos equivocamos y las mujeres no, las mujeres son más chingonas”. Con su palabra daba ánimo y fuerza, pero también generaba heridas a los malos, los acababa.
Samir hacía muchas actividades, como ir a sembrar al río, a la barranca, atendía sus programas en la radio comunitaria, las reuniones y asambleas. Estaba siempre al pendiente de las personas y los problemas de la comunidad. Le preocupaba que la comunidad misma pudiera tener agencia para apropiarse del futuro y destino de su territorio y con ello su propia vida, siempre respetando los intereses colectivos. Nunca quitaba el dedo del renglón de la importancia de cuestionarlo todo, de organizarse colectivamente para todo.
Samir amaba a su pueblo, le gustaba todo, las barrancas, el ejido, el campo, la gente, los vecinos, la comida. Fue asesinado el 20 de febrero de 2019 a los 35 años, por defender su tierra, ¡por defender la Tierra! No fue cualquier persona, ha sido y va a seguir siendo un compañero, un carnal, un hermano, una parte de nosotros que nos han arrebatado y ¡exigimos justicia!. Él está en cada un@ de nosotr@s, en l@s niñ@s, en l@s jóvenes, en el volcán, él está en todos lados, ¡Samir es vida!
Parte del legado que nos dejó Samir es la Escuela Primaria “Samir Flores Soberanes”, que cuenta con una esencia única; con una visión a futuro de formar alumnos con reconocimiento de su identidad para sentirse orgullosos de donde son, de quiénes son; para que cuando tengan que salir de su entorno puedan transmitir el amor a su gente, a su tierra, a sus raíces y su cultura; que sean los portavoces de “cómo” se hacen las cosas en las comunidad por sus usos y costumbres; y que nunca se sientan chiquitos ante los demás y puedan levantar la voz ante las injusticias.
Estamos convencidas de que la mejor arma que se tiene es el conocimiento; por ello estamos empeñadas en que los y las niñas de Amilcingo puedan adquirir todo el conocimiento que sea útil para la vida, desde el conocimiento científico hasta el conocimiento empírico que se transmite de generación en generación. Nuestra visión en proyectarnos hacia más comunidades para formar alumnos que se puedan integrar con una perspectiva diferente del mundo.
Los sueños de Samir para su comunidad son que la gente se vaya volviendo más humana, que todavía sea una comunidad donde llegas y te reciben con humildad, con un taco o lo que tengan en su mesa para compartir; que las tierras no se pierdan, que se vayan las corporaciones que se llevan las tierras del pueblo; que la juventud sepa qué es sentir la tierra y desde la escuela las niñas y niños aprendan a cuidar lo que es de ellos en el mundo entero; que no se pierda el amor por la tierra, por el agua; poder ver a la comunidad seguir luchando, seguir siendo unida.
Los sueños de Samir son nuestros sueños colectivos. Desde el Frente buscamos generar una cohesión alrededor de nuestras comunidades y nuestras familias para defender la vida, volver a levantar el puño, el corazón, volver a levantar la dignidad, la esperanza y la voz para que podamos seguir disfrutando de la vida, para que nos liberemos de este capitalismo salvaje. Hay que aprender a ocupar la voz, las herramientas posibles, la asamblea, la información. La lucha contra los megaproyectos es una lucha por la autonomía, porque sea la que gobierne nuestros territorios y nuestras vidas. Que las comunidades vayan encontrando su propio ritmo, su forma de avanzar hacia su autonomía y su autodeterminación.
El Frente de Pueblos surgió por la defensa territorial contra la instalación del PIM, y hemos logrado que este proyecto no esté funcionando. Ahora vamos por la cancelación del megaproyecto, aunque en ello se nos vaya la vida, tenemos que seguir luchando por proyectos de vida, para que podamos seguir teniendo un futuro para las generaciones que vienen.
AGUA SÍ TERMO NO
CANCELACIÓN DEL PROYECTO INTEGRAL MORELOS
POR LA VIDA Y LA MEMORIA QUE FLORECE
SAMIR VIVE LA LUCHA SIGUE.
1. En 2017 Amilcingo fue reconocido como pueblo originario. Esta victoria concedió a la comunidad garantías para su autonomía y autodeterminación sobre el territorio tangible e intangible de Amilcingo. Con ella se reconocieron sus derechos colectivos, como su derecho a elegir a sus autoridades por usos y costumbres, regresar a la forma de elección basada en sus normas internas, a mano alzada.