En la actualidad, ya es muy común ver un involucramiento activo de las mujeres en la literatura, periodismo, reportaje, artículos y cualquier elemento que abarque la cultura escrita. No obstante, esto no siempre fue así, las mujeres tuvieron que atravesar grandes montañas y obstáculos para llegar a un punto en el cual se les tomara enserio y su trabajo fuera valorado.
A lo largo del siglo XIX, la imprenta marcó un parteaguas en cómo se distribuían no solo las noticias, sino también temas sobre ciencia, historia, literatura, poesía, filosofía, música, etc. Asimismo, la litografía adquirió un papel protagónico en cualquier tipo de texto escrito, puesto que la imagen se convirtió en el vehículo preferido para dar a conocer un sinfín de temas; ya sea de moda, animales, personajes y artistas importantes, calendarios, partituras, entre muchos otros. Sin embargo, no fue hasta 1839 que se comenzó a publicar contenido dirigido expresamente a las mujeres (1). Si bien se escribía sobre distintos temas que concernían a las señoritas mexicanas del México decimonónico; ya fueran cosas como moda, códigos morales y conductuales, cuestiones sobre cultura, ciencia y noticias importantes; no eran escritos por ella mismas. Fue durante el periodo comprendido entre 1870 y 1907 que, por primera vez, observamos un involucramiento activo femenino en la cultura impresa (2). Surgió una versión propia de las experiencias, elementos identitarios y vivencias del género femenino, escrito y dirigido por mujeres que estaban interesadas en formar parte del panorama nacional.
Entre un mar de revistas dirigidas por hombres interesados en enriquecer la cultura mexicana durante un momento caótico y turbulento, plagado por conflictos políticos, sociales y económicos, revistas como “El Álbum de la mujer“ se unió en silencio. Estas revistas dirigidas por mujeres llegaron a marcar su propio impacto, su incorporación a la imprenta deja su huella como un antecedente de la participación femenina en la cultura escrita difundida de manera masiva. “El Álbum de la mujer”, apareció por primera vez en 1883 gracias a su fundadora Concepción Gimeno de Fláquer (3), editado en la imprenta Franscisco Díaz de León en la calle Lerdo num. 3, este periódico ilustrado contenía fragmentos de novelas, poemas, las investigaciones científicas más recientes, pequeñas biografías sobre mujeres importantes en la historia, las modas más novedosas y atractivas del momento, entre muchos otros temas.
Concepción nos deja saber su propósito al inicio del álbum, saludando y dando la bienvenida a la lectora:
“Señoras:
Aprovecho el momento solemne de la aparición del periódico para reiteraros mis amistosos ofrecimientos y para haceros presente que todo lo más provechoso que en mis estudios pueda encontrar y todo lo más delicado que mi pensamiento conciba, lo consagraré a las mexicanas. […]. El objetivo de mi vida es cantar vuestros méritos y virtudes, es hacer conocer vuestras facultades intelectuales, es referir vuestros múltiples heroísmos, es colocar vuestra hermosa figura sobre el más elevado pedestal [...] El álbum que os ofrezco está consagrado al bello sexo, en el que todo artista notable, todo ilustre viajero y todo literato eminente, deje su firma como un homenaje de respetuosa admiración.” (5)
Es un momento en el cual se está luchando por que la intelectualidad femenina sea reconocida y valorada ante los mismos estándares que la masculina. Concepción pretendió darle crédito a todas aquellas mujeres que marcaron la historia y jugaron un papel primordial para la construcción de la sociedad en la cual estaban inmersas. No solamente exponía temas que fueran únicamente del interés femenino, sino que verdaderamente quería impulsar a las mujeres mexicanas a reconocer su propia importancia, reiterarles que ellas también tenían voz y, sobre todo, que su voz era valiosa.
A pesar de que hoy en día todavía tenemos un largo camino por recorrer y como mujeres seguimos luchando por reconocimiento en distintos ámbitos, podemos agradecer que hemos llegado tan lejos gracias a aquellas que fueron valientes tantos años atrás. Gracias a las precursoras que pelearon un papel en el mundo intelectual, hoy en día puedo estar sentada escribiendo un artículo esperando que se publique en un medio masivo.
Fuentes consultadas
Diaz, Anna Ivonne, “El álbum de la mujer. Periodismo femenino: el primer paso hacia la modernidad y la ciudadanía” en Descatos, 2000, núm. 3, p. 0.
Gimeno de Flaquer, Concepción, “Saludo” en El Álbum de la mujer, 8 de setiembre de 1883, núm. 1, p. 1.
Infante Vargas, Lucrecia, “De la escritura personal a la redacción de revistas femeninas: Mujeres y cultura escrita en México durante el siglo XIX Relaciones” en Estudios de historia y sociedad, 2008, núm. 113, pp. 69-105.
1. Vargas Infante, “De la escritura personal a la redacción de revistas femeninas”, 2008, pp. 69-105.
2. Ibid
3. Díaz, “El álbum de la mujer. Periodismo femenino”, 2000, p. 0.
4. Ibid.
5. Gimeno de Flaquer, Concepción, “Saludo”, 1883, p. 1.
*Sofía Arias Ivison
Estudiante de la Licenciatura de Historia de 22 años. Actualmente, está cursando el sexto semestre en el Centro de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Está interesada en cuestiones de historia de género, vida cotidiana, historia de la locura y la psiquiatría y, en general, historia social.