La brecha salarial entre hombres y mujeres es uno de los tres aspectos más importantes de la desigualdad de género. Cuando hablamos de esta brecha salarial en los deportes, en general y en el futbol en particular, exhibe la histórica exclusión y la desventaja entre el salario de mujeres y hombres deportistas a nivel mundial. La falta de igualdad salarial está asociada a la exclusión histórica y visión estereotipada de las mujeres en el deporte, bajos patrocinios, la mercancías deportivas y la venta de entradas, la visión androcéntrica de los deportes utiliza estos argumentos para legitimar la brecha salarial. Para ilustrar la brecha basta ver como en el 2022 en la Eurocopa, se distribuyeron 371 millones de euros entre los varones que contrasta con los apenas 16 millones de euros distribuidos en la Eurocopa Femenina.
Hace unas semanas la Asociación de Futbol de Gales (FAW) llegó a un acuerdo con las selecciones nacionales masculina y femenina dando un giro a favor de la igualdad, al llegar un acuerdo con sus equipos nacionales masculino y femenino para avanzar hacia la igualdad salarial. Este acuerdo cubre los períodos del 2026 y 2027, que incluyen la Copa Mundial y la Copa Mundial femenina. Este acuerdo implica la reducción salarial del 25% del salario de los varones para permitir que las mujeres futbolistas reciban el mismo sueldo que sus pares. Esta medida es de celebrarse más allá en la comunidad deportiva, pues con este acuerdo, Gales se une a los países que han tomado medidas para igualar salarios. La primera federación de futbol en igualar los sueldos fue Noruega en 2017, otros países como Estados Unidos, Inglaterra, Brasil, Dinamarca, Países Bajos, Irlanda, Finlandia o Australia han tomado algunas medidas para revertir la brecha de salarios en sus confederaciones.
Los intentos para alcanzar la igualdad salarial en el pasado se dieron cuando algunos equipos varoniles conscientes de la brecha han renunciado a una parte de su salario para reducir la enorme diferencia de sueldos, premios, reconocimientos en organizaciones como la FIFA o la UEFA , donde de manera sistemática los hombres ganan mucho, pero mucho más que las mujeres. Como muestra tenemos a las “Leonas” de Inglaterra ganadoras de la Eurocopa en el 2021 y que puso de manifiesto la enorme brecha salarial entre mujeres y hombres futbolistas: ¡la capitana del equipo inglés ganaba 200 mil libras al año, mientras que el capitán del equipo nacional ganaba 400 mil libras a la semana!
Entre otra de las acciones que la FWA tomó para el avance de las mujeres fue la nominación de la profesora Laura McAllister, vicepresidenta del Comité de Fútbol Femenino de la UEFA, integrante del Grupo de Trabajo de Igualdad de Género de la UEFA, fue jugadora de la selección nacional de Gales, para que se convierta en la primera representante de Gales en el Comité Ejecutivo de la UEFA. La elección del Comité Ejecutivo de la UEFA está prevista para el 5 de abril próximo en Lisboa, donde las 55 federaciones miembro de la UEFA emitirán sus votos.
Esta acción de la FWA deja de manifiesto que el camino para cerrar la brecha salarial requiere no solo acciones concretas y definitivas, también requiere de un compromiso en la práctica para crear las condiciones que permitan garantizar un salario equivalente al trabajo realizado por las mujeres. Nos deja claro que es con el compromiso de las organizaciones, y los varones que las integran, que se refleja en acciones contundentes para reducir la desigualdad histórica que han sufrido las mujeres. La FWA nos muestra que acciones coordinadas y comprometidas son indispensables para reducir la brecha y hacer frente a la desigualdad y la participación activa de los varones que cuestionan la tradición.