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Guerra en el paraíso AMLO vs Salinas Pliego

La relación de conveniencia entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el poderoso empresario Ricardo Salinas Pliego se ha convertido en un enfrentamiento público. | Ricardo Alemán

Escrito en OPINIÓN el

Se trata de la típica historia de amor-odio.

Sí, la historia de un amorío político-empresarial por conveniencia que, al final, terminó en un escandaloso rompimiento y, sobre todo, en una pelea pública y mediática.

Amorío interesado que pasó de la empalagosa adulación mutua, a una exhibición de supuestos “trapos sucios” de los protagonistas del rompimiento.

Es la historia de la disputa pública que han protagonizado, en días recientes, Andrés Manuel López Obrador y todo el poder presidencial, contra Ricardo Salinas, uno de los empresarios más poderosos de México.

Sí, luego de años de adulaciones mutuas, Obrador y Salinas Pliego hoy protagonizan una de las más formidables “guerras en el paraíso”, una batalla desigual de todo el poder del Estado, contra el poderoso empresario.  

Y es que frente a la tragedia que viven el estado de Guerrero y millones de guerrerenses, el “pequeño” dictador de Palacio exigió sumisión absoluta de los medios de comunicación, exigencia que no fue complacida por Televisión Azteca, entre otros medios y periodistas

Sí, todos saben que, desde el primer día de la tragedia que destruyó Acapulco y buena parte de Guerrero, Andrés Manuel López Obrador manipuló la narrativa y llegó al grosero extremo de convertir a su gobierno y a su persona en las principales víctimas, por encima del sufrimiento de los guerrerenses.

En pocas palabras, a Andrés Manuel López Obrador poco o nada le importaron los damnificados y quienes lo perdieron todo; tampoco las familias de los desaparecidos y los fallecidos y, en cambio, el presidente mexicano recurrió al uso mentiroso de la tragedia, con fines político-electorales.

En el otro extremo, la tragedia que se abatió sobre Acapulco y Guerrero, también inauguró un impensable periodismo crítico por parte de los canales y las señales de Televisión Azteca; si, los otrora complacientes aplaudidores de AMLO encabezaron la crítica mediática a los horrores de huracán y a los errores de los tres órdenes de gobierno, municipal, estatal y federal.

Como pocos, los reporteros y comentaristas de Azteca dieron voz a los damnificados y dejaron ver la incapacidad oficial, lo que provocó no sólo el enojo de Palacio, sino una reacción dictatorial de Andrés Manuel López Obrador.  

Sí, despertó el dictador de Palacio, el Andrés Manuel López Obrador de siempre; el rostro que muchos se negaron a ver por mucho tiempo, entre ellos Ricardo Salinas.

Y después de satanizar el trabajo periodístico de los críticos de su gobierno –en torno a la destrucción de Acapulco–, AMLO centró sus baterías en Televisión Azteca y, el pasado jueves 2 de octubre, acusó de “ataques” y “mentiras” a la televisora del Ajusco y dijo que le ponían el micrófono a los damnificados “para que le mienten la madre al presidente”. 

Ya antes había acusado de mentir a los reporteros de Azteca, luego que exhibieron imágenes de toda una familia sepultada en el lodo, a causa del huracán; acusación que la televisora desmintió con un puntual reportaje.

Pero al incrementar el tono del reclamo de Palacio –cuando Andrés Manuel López Obrador dijo que Ricardo Salinas estaba enojado por el cobro de impuestos–, también subió el tono de la respuesta del empresario, quien hizo una extensa aclaración y un llamado al diálogo y a que el presidente mexicano reconozca sus errores y fallas ante la emergencia de Acapulco.

Así lo dijo Ricardo Salinas, en un extenso mensaje en todas sus frecuencias mediáticas y en sus redes sociales: “El presidente Andrés Manuel y yo tenemos muchas discrepancias, pero en una cosa si hemos coincidido desde hace años: en nuestro mutuo aprecio y respeto por la libertad.

“La libertad es la herramienta más poderosa que tenemos para salir adelante ante cualquier reto que se nos presente y, entre las libertades, la más preciada es la libertad de expresión, pues de ella partimos para construir una mejor sociedad.

“Yo siempre he sido respetuoso con la investidura presidencial. Pero lo que hoy dijo el presidente amerita precisión y corrección. Como bien dijo Andrés Manuel López Obrador, los temas fiscales que menciona son añejos y no son asuntos surgidos durante este gobierno. Con la libertad que contamos y ejercemos, recurrimos al poder judicial porque consideramos que estos pretendidos cobros son actos de injusticia y abuso del Estado.

“Nuestro México, el de todos, necesita de un Poder Judicial independiente, con jueces que puedan hacer su trabajo sin presiones; un Poder Judicial que ponga límite a los excesos de los otros poderes y un Poder Judicial que nos defienda a todos.

“Los ataques a los ministros de la Suprema Corte y al Poder Judicial en general, en nada contribuyen a la construcción de libertades. La violencia verbal y los señalamientos de corrupción sin pruebas, en contra del ministro José María Aguilar –el encargado de revisar nuestro caso–, son una presión indebida, en contra del ministro y en contra de nuestro derecho a contar con un Proceso de justicia imparcial.

“Por mi parte usaré todos los medios legales para defenderme; es un derecho de todos frente al abuso del poder. Estos litigios nada tienen que ver con la tragedia de Acapulco y la responsabilidad de todos los medios –entre ellos TV azteca–, es documentar lo que está pasando en el país y en Acapulco.

“Yo se que la verdad incómoda, se que mostrar la realidad no le gusta al poder y no es la primera vez que se ofende el poder cuando los medios exhibimos sus fallas. Hay una larga lista de reclamos en voz de la gente que se han mostrado en nuestras pantallas y ésta no será la última vez...

Acapulco y su gente están sufriendo y nos toca a nosotros mostrar una situación muy dolorosa y sí, también el mal manejo que han tenido los distintos gobiernos municipales, estatal y federal, tras el paso del huracán y esa es la realidad y no la podemos ocultar.

“El presidente y su gobierno no son las víctimas, las víctimas reales de Otis están en Guerrero; el presidente se dice víctima y utiliza una herramienta política para desviar la atención del verdadero problema

“Es él quien utiliza nuestra cobertura informativa con propósitos electoreros. Por el bien de Acapulco y de México ojalá que el presidente reflexione, recapacite y redirija los esfuerzos de su gobierno para atender la emergencia. Ojalá que se de cuenta que la polarización que promueve a diario, la promoción del resentimiento y la falta de respeto al trabajo y el reparto de culpas abonan muy poco a la reconstrucción de la esperanza y del futuro. 

“Pensando en la gente espero que, de verdad, el presidente y su equipo tengan la serenidad de revisar y aceptar sus errores y la estatura necesaria para retomar el camino del diálogo de la concordia y de la imparcialidad en todos los sentidos. Los contrapesos, el equilibrio de poderes y, sobre todo, las plenas libertades nos abren el camino para construir un México mejor para todos. Como mexicano mi compromiso es con la libertad”. 

Sin duda, la de Ricardo Salinas, una respuesta valiente y comprometida con las libertades. La pregunta es: ¿Hasta cuándo?

Lo peor de todo es que la respuesta de Andrés Manuel López Obrador fue todo lo contrario. Ordenó sacar del Presupuesto de Egresos 2024 toda partida para la reconstrucción de Guerrero y canceló la declaratoria de zona de desastre en más del 90 por ciento de los municipios de Guerrero.

Es decir, Andrés Manuel López Obrador cobró venganza contra los guerrerenses que, en los medios, le mientan la madre.

Y sin duda que el rencoroso Andrés Manuel López Obrador lo pagará caro.

Al tiempo.

Ricardo Alemán

@RicardoAlemanMx