Transcurrió una semana desde los ataques de Hamás a Israel. Como se vaticinaba, el conflicto está apunto de escalar y la posibilidad de que Irán se involucre crece cada día. Al momento de escribir estas líneas, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hossein Amirabdollahian, habló sobre “la posibilidad de que el frente de resistencia a Israel realice acciones preventivas en las próximas horas”.
La entrada de Irán llevaría al conflicto a otro nivel. La estabilidad de toda la región y del planeta están en peligro. En ese marco, el ejército israelí bombardeo los aeropuertos de Damasco y Alepo en Siria, la franja de Cisjornadia y la frontera con el Líbano.
Los ataques de ambas partes se suceden todos los días, pero en mayor número e intensidad del lado judío. En este escenario, Hezbolá anunció estar listo para entrar en el conflicto una vez que Israel incursione en el territorio de Gaza, mientras que Irak, Yemen y Pakistán también se aprestan a mandar tropas al momento que inicie la invasión.
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El problema es que, ante la asimetría de fuerzas, se presagia la continuidad de las masacres contra el pueblo palestino de las cuales ha sido víctima desde hace más de 70 años. De darse la incursión en Gaza, el conflicto pasará de una escaramuza como las muchas ocurridas desde hace 100 años a una guerra prolongada que, como mencionó Netanyahu, modificará definitivamente la fisonomía de la región, el asunto es: ¿quiénes serán los vencedores y quiénes los vencidos?
Por su puesto que, para occidente, el poder del ejército israelí es superior al de todos los países de la zona. Sin embargo, dicha apreciación podría equivocarse debido al poder nuclear de Irán y Pakistán, así que las palabras de Netanyahu, más que una sentencia, bien podrían convertirse en una condena.
Luego de las múltiples “luchas” de occidente por evitar la creación de gobiernos de corte nacionalista que pusieran en peligro sus intereses en los países que consideran bajo su influencia, la liebre saltó en donde menos lo esperaban. En este momento, la posibilidad de una conflagración mundial podría estallar precisamente en una de las regiones más nacionalistas y peligrosas del mundo.
Si queremos encontrar las causas del conflicto habrá que voltear hacia Inglaterra y Estados Unidos quienes impulsaron y apoyaron la creación de un Estado Judío en el corazón de Palestina hace cien años. Estos países son responsables de sembrar la semilla del conflicto y las masacres que a lo largo de ese tiempo ha vivido el pueblo palestino.
A manera de un nuevo colonialismo, después de la segunda guerra Mundial, las potencias vencedoras tuvieron claro que el petróleo sería el motor estratégico del mundo. Hoy, pese a lo que se dice sobre la descarbonización de la economía global, el petróleo y especialmente el Gas Natural, seguirán siendo fundamentales para lo que desde occidente se impulsa como la era de las energías limpias.
Oriente Medio ostenta el 50% de la producción mundial de petróleo y de gas natural y sumando a Rusia y China el combo representa poco más del 55%. Los Estados Unidos representan el 50% de la producción de Gas Natural y Europa y América del Norte son los principales consumidores de este hidrocarburo, entre ambos demandan poco más del 40% de la producción mundial.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), para el año 2030 la demanda de este hidrocarburo habrá crecido cuando menos 30% y los Estados Unidos no podrán cubrir toda la demanda así que mantener el dominio de la producción de Gas Natural será vital para evitar la incursión de Rusia nuevamente en Europa.
Mientras tanto, el petróleo, aunque existen voces que disminuirá su producción, la AIE pronóstica que aumentará 10% mientras que la demanda lo hará en 8%. La industria petroquímica seguirá demandando petróleo para satisfacer industrias como la automotriz, de la construcción, alimentos procesados, farmacéutica y textil. Lo cierto es que dicha industria está presente en todas las actividades de la vida actual.
La expansión de la ocupación de Palestina por los asentamientos judíos, aceleraron el paso en 1947 con lo que aumentaron las matanzas y desplazamientos de palestinos hasta llevarlos al asentamiento que hoy es Gaza. Un territorio no mayor al municipio de Ecatepec con poco más de 2 millones de habitantes.
La matanza y el colonialismo que sufre el pueblo palestino, no parece tener límite, pues no hay quien detenga la limpieza étnica orquestada por el Estado de Israel, las Naciones Unidas, se han convertido en una especie de lobbie protocolario que no tiene la menor injerencia, ni la menor facultad para contener no sólo los atropellos en palestina, sino todos aquellos que se están perpetrando en diferentes partes del planeta.
Antes que eso, los Estados Unidos y Europa azuzan el conflicto con discursos intimidatorios y amenazantes, amén del apoyo armamentístico y de inteligencia que le prestan a Israel.
Por lo pronto, en una semana de conflicto, el petróleo elevo su precio a 90 dólares por barril, mientras que el Gas Natural cuesta 3 dólares más que antes del 7 de octubre. Las estimaciones iniciales apuntan a que el precio del petróleo en un escenario inmediato llegará a 125 dólares, pero hay voces que señalan que podría llegar a 200 dólares. Escenario en el que la política de tasas de la FED, perdería todo efecto lo que vaticina una crisis más aguda de la que ya se vive.
La estabilidad global pende ahora de un hilo y sería iluso suponer que detrás de la guerra declarada por Netanyahu, nombrándolo casualmente como su “11 de septiembre” el cual por cierto está envuelto en un mar de suspicacias y dudas sobre lo que está detrás de este nuevo capítulo del conflicto, no existe un plan de colonialismo y de exterminio étnico sobre el pueblo palestino.
Por lo pronto, parece que Ucrania comienza a quedarse sola, pero de esto, hablaremos en la próxima entrega.