La visita del presidente de Estados Unidos Joe Biden obligará al gobierno de México revisar su política de seguridad, migración y comercio, pues en los primeros dos aspectos enfrenta muchos problemas que a Washington preocupa y desea resolver de raíz.
La reciente captura de Ovidio Guzmán (El Chapito) uno de los líderes del poderoso Cártel de Sinaloa no es providencial. Se ofrece como trofeo de guerra a Biden tras el fracaso de la política “abrazos y no balazos”, propuesta por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
Y no podía ser de otra forma. Por lo menos debía mostrar AMLO voluntad de variar su estrategia en el combate al crimen organizado, uno de los temas centrales pendientes de la agenda bilateral.
Aunque Estados Unidos ha negado que haya tenido que ver con el arresto del hijo de “El Chapo” y que esto tenga que ver con el viaje de Biden a México, la realidad es que en diplomacia y política internacional no hay casualidades y menos cuando Washington desea que se declare a los grupos mexicanos del narcotráfico como miembros del terrorismo internacional.
Estados Unidos siempre ha expresado su deseo de cooperar con México frente a la escalada violenta que vive este país, pero ha habido resistencia de parte del gobierno de AMLO por lo que la captura de Ovidio parece abrir la puerta a una cooperación mayor en esa materia.
Y tiene que ser así debido a que Estados Unidos tiene una alta cuota de “responsabilidad” en la feria debido al alto consumo de estupefacientes dentro de su territorio, gran parte de lo cual pasa por espacio mexicano.
En la reunión de este lunes se trazará un plan para el desarrollo y bienestar de los pueblos de América Latina y El Caribe y ello pasa por una mayor cooperación en materia antinarcóticos, migratoria y sobre el tráfico de personas sin soslayar el aspecto comercial.
“Hemos evitado el tráfico de personas y es lamentable, bochornoso e inhumano que se utilice el fenómeno migratorio con fines políticos o electorales”, indicó López Obrador horas antes de su encuentro con Biden.
Quizás el eje más importante del diálogo Biden-AMLO sea el relativo a la seguridad para contener el tráfico de fentanilo, producto que ya preocupa a Washington.
López Obrador aunque dará una leve explicación sobre el tema de Ovidio Guzmán, aclaró que no ahondará con su homólogo respecto a la detención “El Ratón”, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
No obstante ello, a Estados Unidos le preocupa que los cárteles se hayan involucrado en la producción y distribución ahora de fentanilo más que en otras sustancias como cocaína y metanfetamina, pero es 50 veces más potente que la heroína y causa más muertes por sobredosis, según reportes de prensa.
México tiene como una de sus prioridades tratar la importación de maíz amarillo así como el deseo de AMLO de integrar a todos los países del continente americano en un programa general de desarrollo.
El presidente Biden adelantó en Twitter que la reunión con López Obrador y el ministro de Canadá, Justin Trudeau servirá para profundizar la coordinación y promover las prioridades compartidas para América del Norte.
El tema migratorio, más que el comercial, es crucial en momentos en que miles de africanos, caribeños y centroamericanos esperan, en territorio de México, su pase hacia Estados Unidos.
Y es ahí donde Estados Unidos ha fijado una drástica posición, innegociable de no dejar entrar a nadie.
México, desde luego, deberá hacer su parte para contenerlos y, a la par, combatir al crimen organizado si desea un diálogo permanente y de alto nivel diplomático con Washington.