COMBATIR LA DESINFORMACIÓN

¿Cómo contrarrestar la desinformación?

La desinformación no debe abordarse desde la criminalización de las noticias falsas, sino con información objetiva y de calidad. | Blanca Lilia Ibarra

Escrito en OPINIÓN el

La lectura de recomendaciones para la alfabetización en medios digitales disminuyó en 21% las intenciones de las personas para compartir noticias falsas. Un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en asociación con los gobiernos de Canadá y Francia, analizó las intenciones para difundir información falsa relativa al covid-19 en 1,872 personas. Estos participantes recibieron dos intervenciones conductuales: a) una evaluación rápida para medir si pueden detectar noticias falsas y b) la lectura de recomendaciones de alfabetización en medios digitales. Entre las conclusiones de este análisis se destacó que obtener sugerencias sobre cómo desarrollar habilidades y hábitos para el uso crítico e inteligente de los medios de comunicación digitales tuvo mayor impacto en la reducción de las intenciones de compartir titulares falsos en línea. 

En ese sentido, los resultados de este análisis conductual de la OCDE sugieren que fomentar el conocimiento en la alfabetización podría tener efectos positivos en la capacidad de consumo de información de las personas. A partir de las conclusiones de este estudio, se formularon una serie de consideraciones e implicaciones para la formulación de políticas para contrarrestar la desinformación, entre las que se pueden citar: 1) la integración de políticas cuyo enfoque esté centrado en el usuario y el desarrollo de sus habilidades y hábitos para el uso crítico e inteligente de los medios digitales y que, 2) las intervenciones conductuales, como las utilizadas en este caso de estudio, son útiles  para brindar soluciones intermedias mientras se implementan medidas regulatorias integrales. Por último, se destacó la importancia de las alianzas para una respuesta más efectiva y sostenible. Es decir, se advirtió necesario conformar un enfoque colectivo que incluya al sector público, personas expertas, de la academia y otros actores no gubernamentales a fin de integrar una respuesta coordinada e inmediata a este desafío de la política global.  

La desinformación es uno de los retos más importantes que enfrentan los sistemas políticos en democracia. Ello debido a que este fenómeno tiene múltiples impactos tanto en los individuos, como en lo colectivo. Por ejemplo: la desinformación vulnera el derecho humano de acceso a la información de las personas, desafía el ejercicio periodístico de calidad y restringe la libertad de expresión, reduce la confianza de la sociedad en las fuentes de información y en las instituciones, y en el plano colectivo, podría debilitar la participación de la sociedad en los procesos electorales. 

Este fenómeno en el que se realizan intentos deliberados para confundir, manipular o engañar a las personas a través de información y datos imprecisos o falsos, favorece la confusión e incertidumbre, lo que consecuentemente podría erosionar la capacidad de las personas para tomar decisiones. Además, la desinformación en los espacios digitales representa una de las tendencias más preocupantes del ejercicio periodístico, como lo advirtió la organización independiente Artículo 19

En esta coyuntura, en la que reconocemos a la desinformación como un desafío que tiene incidencia en el ejercicio de los derechos y libertades de las personas, y la sociedad en su conjunto, especialmente en el ejercicio del derecho a la información y la libertad de expresión. Este Instituto reitera su voluntad para sumarnos y hacer sinergia con diversos proveedores y multiplicadores de la información, tanto del ámbito público como del privado, a fin de garantizar que los usuarios de la información obtengan contenido veraz, oportuno y de calidad. 

La desinformación no debe abordarse desde la criminalización de las noticias falsas, o imponiendo mecanismos de censura, sino con información objetiva y de calidad, garantizando plenamente la libertad informativa y de expresión a la sociedad en su conjunto.