Genaro García Luna, ex secretario de seguridad y mano derecha de Felipe Calderón tendrá que rendir cuentas a la justicia desde el banquillo de los acusados.
Junto con otros altos mandos, se le acusa de proteger al cártel de Sinaloa al detener solamente a miembros de cárteles rivales y acordar no interferir en envíos de toneladas de droga del Cártel de Sinaloa, la mayoría con destino a Estados Unidos.
Además de proporcionar acceso a información sensible sobre operaciones policiales contra el cártel, colocar funcionarios corruptos en puestos de poder en zonas controladas por el cártel en México, y el quinto cargo es por emitir declaraciones falsas a las autoridades estadounidenses.
La importancia del juicio radica no solo en que se trata del primer enjuiciamiento por narcotráfico que prospera en Estados Unidos contra un secretario de Estado del gobierno mexicano; sino además porque por primera vez, toda una administración federal –la de Felipe Calderón– es ampliamente cuestionada por su relación con los cárteles de las Drogas, como explica J.Jesus Lemus, del Los Ángeles Times.
“Quedarán exhibidas las relaciones de colusión que se han establecido históricamente entre funcionarios del gobierno federal con dirigentes del crimen organizado trasfronterizo”, escribió.
En este contexto, el proceso que inició ayer lunes atravesó por una selección al inicio de 400 candidatos, que se convirtieron en 40 y finalmente serán 18. Siete mujeres y cinco hombres, con tres mujeres y tres hombres como suplentes.
Bajo las órdenes del juez, las identidades de los 18 integrantes deberá mantenerse en anonimato, incluyendo sus nombres, lugares de trabajo, y otros datos personales, y su traslado al Tribunal Federal del Distrito del Este de Nueva York, será bajo protección de los alguaciles federales.
Durante el debate entre los fiscales y la defensa deberán evitarse ciertos temas, algunos alarmantes como actos de canibalismo, violencia sexual contra las mujeres, conspiración en asesinatos y creencias sobre extraterrestres.
El jurado ahora se prepara para escuchar las declaraciones de decenas de testigos, estudiar parte de las más de un millón de páginas de documentos y material gráfico, así como grabaciones de comunicaciones intervenidas, entre otras pruebas que presentarán los fiscales para convercerlos de que el acusado es “culpable más allá de la duda razonable” de los cinco cargos en su contra, como ha explicado David Brooks, corresponsal de La Jornada en Nueva York, (20, enero, 2023).
El jurado también escuchará los argumentos de la defensa, la cual apelará ante esas “dudas razonables” del caso presentado por los fiscales.
Entre los testigos, habrá, según indicaron los fiscales encargados del caso, varios ex narcotraficantes en su mayoría mexicanos que deberán comparecer ante el juez Brian Cogan, el mismo que llevó el juicio de Joaquín Guzmán Loera sentenciado a cadena perpetua en 2019. Fue precisamente en este juicio que se inició la investigación contra García Luna.
El juicio ha comenzado y se destapará la cloaca de los corruptos de los dos últimos sexenios más nefastos de la historia contemporánea de nuestro país. ¿Cuántos funcionarios del gobierno mexicano saldrán implicados?
¿Cuántos serán expuestos en el juicio contra quien fuera el subdirector del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en el gobierno de Ernesto Zedillo; director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) en el gobierno de Vicente Fox, y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa; todos, cargos con la encomienda de frenar precisamente el narcotráfico?
Mientras tanto, España ha concedido el permiso de residencia y trabajo como “personal altamente cualificado” a Felipe Calderón, apadrinado por el expresidente del Gobierno José María Aznar.
Antes de Calderón, Enrique Peña Nieto (2012-2018) y Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) garantizaron su residencia legal en el país.
Esta vez Calderón verá los toros desde la barrera, atrás de la valla, a cierta distancia, incluso geográfica, pero no dejará de correr peligro, o salir salpicado.