Inicia el 2023 y aunque alguna noticia hace pensar que las cosas irán mejor, son muchos más tropiezos que logros y en la suma lo que parece venir es un año más violento y más desordenado que los anteriores (y es una meta difícil de alcanzar).
Para empezar, es de reconocerse el logro de la captura de Ovidio Guzmán. No es tan relevante como muchos piensan pero sin duda es un buen mensaje y un logro que le sirve a López Obrador para tres cosas: primero como ofrenda a los Estados Unidos (y funcionó rápido si es cierto que fue lo que hizo cambiar a Biden de opinión para aterrizar en el AIFA), en segundo lugar para matizar las evidencias del pacto que existe entre AMLO y el Cartel de Sinaloa (aquí habría que ver si el arresto rompe el pacto o es más bien parte del pacto, la extradición y sus formas nos dirán más) y la tercera es para sacarse la espina de haberlo liberado hace un tiempo. La violencia y la pérdida total de la gobernabilidad en Sinaloa, junto con los contabilizados 28 muertos (aunque podrían ser muchos más) y las pérdidas materiales hablan de que fue un operativo muy preciso y una victoria pírrica, pero ahí está la victoria.
El resultado de la elección de presidenta de la Suprema Corte. Aquí ganó el sentido común y la independencia del Poder Judicial. Más allá de que el plagio no quita los logros y resultados de la magistrada, en un lugar como la Suprema Corte (junto con el magisterio y la vida académica) debe de ser motivo de renuncia un plagio. No estamos hablando de un abogado que divorció a una pareja o que defendió a un criminal, estamos hablando de lo que se podría definir como un tribunal constitucional… si en algún lugar importa (o debería importar) la probidad y la trayectoria académica es en la Suprema Corte. Ojalá no se termine con que no resultó electa, sino que se lleve hasta las últimas consecuencias… gran ironía que López Obrador crea que el 90% es honestidad y el 10% experiencia y que sea precisamente la falta de honestidad (y de técnica) lo que está acabando con su gobierno.
El choque del Metro que costó una vida y dejó muchos lesionados. Aquí se están juntando muchos factores: 1) el Metro había tenido un accidente en los 70, uno en la época de Mancera y los demás en el presente sexenio con Claudia Sheinbaum; esto es resultado de que desde el 97 hay jefes de gobierno electos y para el 2000 el jefe de gobierno de entonces (López Obrador) quitó los fondos de mantenimiento del Metro para regalar pensiones y aunque las pensiones pasaron a ser federales y Marcelo intentó otros esquemas de financiamiento, en realidad nunca se le volvió a dar mantenimiento… cuando se ve la tecnología del Metro es como ver el tablero de la planta de Chernobyl. 2) Claudia Sheinbaum estaba haciendo campaña en Michoacán cuando pasó. 3) Claudia Sheinbaum aumentó en 39% el presupuesto para promoverse y 0.1% al mantenimiento del Metro para 2023… y luego se preguntan por qué está molesta la gente…
La famosa cumbre con Estados Unidos y Canadá. Esta es triste en todos los aspectos, desde la súplica de AMLO para que aterrizaran en el AIFA y hasta ver que los presidentes de Estados Unidos y Canadá hablan de medio ambiente, inversión, energía y tecnología, y el nuestro de proteger a los populismos autoritarios de la región. Aquí habría mucho que decir, pero bastan los gestos: Biden aceptó llegar al AIFA, pero el informe de su seguridad describió el camino a la CDMX como “lleno de baches” y se regresa por el AICM porque evidentemente no tiene sentido ir de nuevo al AIFA… y todos sabemos eso… ¿y el panel? ¿y lo importante?... para AMLO lo importante era el AIFA y aunque le concedieron el capricho, su necedad acabó haciendo más evidente que es un aeropuerto con muchas deficiencias.
En fin, el año no empieza bien para el gobierno y marca la pauta de lo pasará de aquí a que acabe el sexenio: seremos víctimas dos años de la falta de preparación, la falta de técnica y la corrupción de cuatro años que llevan gobernando.