PAQUETE ECONÓMICO 2023

¿Qué esperar del paquete económico 2023?

Lo que me gustaría ver sería una respuesta contundente para atender los retos que nos ha traído la crisis económica y social post-pandemia. | Alejandra Macías Sánchez

Escrito en OPINIÓN el

El 8 de septiembre de cada año, el Ejecutivo Federal presenta a la Cámara de Diputados el paquete económico que representa la planeación y programación de los ingresos y gastos del gobierno con base en un marco macroeconómico para el siguiente año, en este caso para 2023.

Ante un panorama con elevada incertidumbre ocasionada por diversas razones, empezando por la guerra entre Rusia y Ucrania, pero también por efectos que no han terminado de suceder a partir de la pandemia, y una posible crisis en Estados Unidos; en México, la situación se ha caracterizado por enfrentar altos precios internacionales del petróleo, alta inflación, bajo crecimiento y aumento en tasas de interés, principalmente.

Estos aspectos inciden directamente en el sistema fiscal de diferentes maneras. Del lado del ingreso, los altos precios del petróleo han generado mayores recursos, pero también ha provocado que el gobierno federal otorgue estímulos a las gasolinas, con la finalidad de evitar que sus precios aumenten demasiado. La justificación es que, sin estos estímulos, la inflación sería aún más alta. Sin embargo, el boquete fiscal que se está produciendo es considerable, perdiendo así la oportunidad de utilizarlos en otros rubros con rezagos importantes.

Es cierto que los ingresos petroleros han aumentado por el alto precio del petróleo, así como los ingresos tributarios por una mejora en la eficiencia recaudatoria, pero estos dos aumentos no compensan lo que se está dirigiendo a estímulos para gasolinas, ni las necesidades de gasto que cada año se presentan para proveer servicios educativos y de salud con calidad, por ejemplo.

México es de los países que menos recauda, comparado con países similares. Además, el gasto sigue creciendo año con año, sin contar con las fuentes de financiamiento necesarias. En 2022 se planeó gastar el 25.2% del PIB, mientras que los ingresos públicos son del 21.9% del PIB. Por tanto, los requerimientos financieros rondan el 3.3% del PIB. En este sentido, año con año, la deuda en términos absolutos crece, así como su costo financiero, el cual va a aumentar para 2023 por el incremento de las tasas de interés que está realizando el Banco de México con la finalidad de contener la inflación.

Asimismo, cada año, el espacio fiscal se contrae, es decir, los recursos disponibles al restar de los ingresos, los gastos comprometidos como pensiones, pago de deuda, transferencias a entidades federativas, Empresas Productivas del Estado (EPE’s) y Entidades de control directo, se han reducido de 5.4% del PIB a 2.1% del PIB entre 2017 y 2022.

Dado lo anterior, una reforma fiscal integral sigue siendo muy necesaria, tanto para expandir ingresos, como para revisar gastos y aumentar el espacio fiscal con miras a mejorar e innovar la política pública. Sin embargo, la discusión de esta reforma fiscal se ha quedado corta y no se prevé que en los próximos dos años suceda. Dado el apretado espacio fiscal, se esperan recortes en sectores como salud, educación e infraestructura, para poder asignar recursos a programas prioritarios y mega obras de la administración.

¿Qué me gustaría ver en el paquete económico 2023? Una respuesta contundente para atender los retos que nos ha traído la crisis económica y social post-pandemia. Es decir, presupuesto suficiente para finalmente implementar el sistema de salud; estrategias y acciones directas a reducir la falta de aprendizaje; creación de un sistema de cuidados; un presupuesto con perspectiva de género y que atienda a poblaciones históricamente vulneradas. De igual forma, un incremento en inversión que se refleje en mayor crecimiento y desarrollo para el país.

* Alejandra Macías Sánchez

Directora ejecutiva

Es economista por la UDLAP y doctora en Políticas Públicas por la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del ITESM. Ha trabajado en el gobierno federal y en organismos internacionales. Tiene experiencia en temas de evaluación, finanzas públicas, seguridad social y desarrollo social, sobre los cuales ha publicado. Actualmente es directora ejecutiva en el CIEP y se especializa en cambio demográfico y finanzas públicas. Le interesa mejorar las finanzas públicas con base en evidencia y perspectiva de género.