AFGANISTÁN, LOS TALIBANES Y LOS DERECHOS DE LAS MUJERES

Afganistán: un año de los talibanes en el poder y menos derechos para las mujeres

Hace un año, el 15 de agosto de 2021, los talibanes tomaron el control del país y el efecto en la vida de las mujeres afganas ha sido terrible. | Norma de la Cruz

Escrito en OPINIÓN el

Hace un año, el 15 de agosto de 2021, los talibanes entraron en la capital afgana de Kabul y tomaron el control del país, unos días después las tropas estadounidenses se retiraron después de dos décadas de estancia en Afganistán. El efecto en la vida de las mujeres afganas ha sido terrible, pues a pesar de las promesas iniciales de que se “permitiría” a las mujeres ejercer sus derechos dentro de la ley Coránica, incluido el derecho a trabajar y a estudiar, los talibanes han excluido sistemáticamente a las mujeres y niñas de la vida pública.

Afganistán, se encuentra en el sur de Asia, tiene frontera con Pakistán e Irán. En 1919 se independizó del imperio británico. Tras vivir una serie de momentos de estabilidad y progreso, se ve sacudido por un golpe de estado en 1973, a los cinco años se da  un contragolpe. En 1979 la entonces Unión Soviética acudió al llamado del gobierno afgano para ayudar a contener un contragolpe; se convirtió en el escenario de batalla de los bloques comunista y capitalista, fue una larga y dolorosa guerra que vivió el pueblo afgano, y por supuesto, afectó más a las mujeres pues fueron sus libertades las primeras que se suspendieron.

¿Cómo olvidar a Ronald Reegan cuando recibió en la Casa Blanca a los mujahidines afganos que luchaban contra la amenaza comunista? La URSS se retiró en 1989, el apoyo internacional  de armamento, municiones, y entrenamiento fue fundamental para el “triunfo” los mujahidines. El que partieran los soviéticos no resultó en  paz alguna, a partir de ese momento se desataron una serie de guerras civiles posteriores, vieron caer a Kabul finalmente en 1996 con los talibanes, un movimiento de fundamentalists con una interpretación dura la ley Coránica, que entre sus primeras acciones sobre el cuerpo de las mujeres fue instaurar el uso de la burqa (prenda que cubre de pies a cabeza).

Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, una acción militar de la Alianza Norte de EU resultó en la presencia de tropas estadounidenses por 20 años. Tampoco la salida de las fuerzas estadounidenses de Afganistán condujo a una paz negociada. Las fuerzas de seguridad del gobierno afgano se derrumbaron ante los ataques talibanes que tomaron control de todo, resultando en menos derechos para las mujeres.

De acuerdo al reporte publicado por ONU Mujeres sobre Afganistán, en los últimos 12 meses las violaciones de los derechos humanos contra las mujeres, niñas y adolescentes han aumentado constantemente. No hay mujeres ocupando puestos de gabinete en la administración de facto.

Entre las acciones que ha tomado el gobierno de los talibanes fue la desaparición  del Ministerio de Asuntos de la Mujer, eliminando efectivamente el derecho de las mujeres a la participación política, negando así sus derechos políticos-electorales que también son derechos humanos.

Los talibanes también han prohibido a las niñas asistir a la escuela más allá del sexto grado y han prohibido a las mujeres trabajar la mayoría de los trabajos fuera del hogar. 

Se han incrementado las restricciones a la circulación, es decir que las mujeres requieren de un acompañante masculino para salir a la calle, e incluso para acceder a servicios esenciales. Una mujer viuda no puede ir sola al médico o hacer las compras. Ni hablar de viajar largas distancias o salir de la ciudad sin compañía.

Esa constante necesidad de mandar sobre el cuerpo de las mujeres parece no tener fin, en mayo pasado los talibanes decretaron que las mujeres debían cubrirse la cara en público y las ordenaron que permanecieran en sus hogares, excepto en casos de necesidad, siempre y cuando tengan un hombre que las pueda escoltar para salir de la casa.

A un año de estos acontecimientos, pareciera que los talibanes en el poder se han enfocado en el principal problema del país: los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes.