Parece que fue ayer cuando Alejandro Moreno Cárdenas hacia un compromiso público con las y los campechanos; fue el 16 de septiembre del 2015 cuando tomaba protesta como Gobernador Constitucional del Estado de Campeche, en esa misma ceremonia dijo: “Campeche no puede llegar tarde a su cita con el progreso”. Solo cuatro años más tarde, Moreno Cárdenas dejaba plantados a los campechanos y al progreso, abandonando el cargo para el que se había comprometido y enfocar su atención en sus aspiraciones políticas y personales, presidir al revolucionario institucional.
Lejos quedaron los compromisos, los proyectos y el juramento, una vez más el pueblo de Campeche había quedado de lado ante el hambre política de su gobernador. Poco o nada se cumplió, quedó mucho a deber y hasta el día de hoy los campechanos siguen demandando la irresponsabilidad del exgobernador. Alejandro Moreno faltó a su palabra, faltó a su compromiso y faltó a la ley.
Pero la biografía de tan miserable sujeto no termina ahí, fue el 18 de agosto de 2019 cuando Dulce María Sauri le tomó protesta como nuevo presidente del PRI, ahí se comprometió a “Cumplir y hacer cumplir la declaración de principios, el programa de acción, los estatutos y el código de ética partidaria que rigen al revolucionario institucional”, debía hacerlo “Con patriotismo, lealtad, honradez, honestidad, eficacia y eficiencia; apegado a los principios de la revolución y sujeto a que el partido y sus militantes se los demanden o se los reconozcan”.
Nuevamente Alejandro Moreno incumplió, así de fácil y sencillo, con el cinismo que lo caracteriza, ha hecho del PRI el hazmerreír de la política mexicana. Hizo del instituto político un club de amigos y cómplices incondicionales, que son su comparsa en todo momento y situación, olvidando también lo que le deben al partido y a la gente.
El 22 de diciembre de 2020, las dirigencias nacionales PRI, PAN y PRD, encabezadas por Alejandro Moreno, Marko Cortes y Jesús Zambrano, anunciaron su acuerdo de alianza electoral por medio de la coalición "Va por México". El gusto, si es que se le puede llamar así, les duró poco. La alianza pudo mantenerse para los procesos electorales de 2021 y 2022, pero hoy, se encuentra en franca crisis y al borde de la desaparición.
El que en algún momento fue conocido como “Amlito” Moreno, mantuvo y mantiene una relación perversa con el Gobierno de la República, su amorío morenista ha tenido altas y bajas, pero todo indica que cabe la reconciliación. Prefirió traicionar a sus aliados y a su mismo partido, con tal de quedar impune y seguir como meretriz de la política.
Los priistas y los mexicanos demandan de Alejandro Moreno honestidad, transparencia, rendición de cuentas, coherencia o por lo menos vergüenza. En tres ocasiones se ha comprometido con la ciudadanía y en esas mismas tres ocasiones ha incumplido.
Alejandro “Alito” Moreno le debe mucho a Campeche, le debe mucho al PRI, le debe mucho a la alianza y ahora le debe mucho a México. Lo peor del caso es que no se ve de dónde pueda pagar.