#SANNAMARIN

#SannaMarin: doble racero para ellas

La respuesta internacional en las redes sociales ha impulsado una tendencia que pone de relieve un debate sobre lo que muchos esperan de sus líderes. | Norma de la Cruz Magaña

Escrito en OPINIÓN el

No hay nada nuevo en que líderes nacionales o internacionales tengan inclinación por la fiesta. Lo que llama la atención es el sesgo de género que tiene la cobertura de esas “noticias”. Basta, mirar, por ejemplo, en el Reino Unido con las fiestas en pandemia, mientras la población estaba en confinamiento obligatorio, las imágenes del primer ministro en plena fiesta. En Australia, Anthony Albanese, primer ministro, fue aplaudido por tomar cervezas en un concierto público. La cobertura de noticias, sin perspectiva de género, de las mujeres que ocupan cargos públicos tiene consecuencias desproporcionales, que las afecta mayormente por ser mujer; como #SannaMarin, donde la prensa local transmitiera un video con imágenes de la primer ministra en una fiesta, donde se le ve cantando y bailando.

Estamos hablando de Finlandia, que tiene un sólido historial de paridad de género en la política y se encuentra constantemente entre los más altos del índice de igualdad de género de la Unión Europea. De hecho, Marin encabeza una coalición gobernante de cinco partidos, todos ellos dirigidos por mujeres. Hablamos del país que siempre es nombrado "el país más feliz del mundo" en el Informe Mundial de Felicidad patrocinado por las Naciones Unidas. Las mujeres comenzaron a votar en 1906, su primera mujer jefa de estado ocupó el cargo en 2003, hoy Finlandia se encuentra en segundo lugar en el Índice Global de Brecha de Género 2022.

A las pocas horas que se publicaron los primeros videos, filtrados, de la fiesta en la que ve a la primera ministra, los diarios conservadores no tardaron en cuestionar la capacidad para mantener la seguridad del país de #SannaMarin, que llevo a Finlandia a integrarse a la Organización del Tratado Atlántico del Norte (OTAN), es una de las acciones que la han llevado a ganarse el reconocimiento global. Ese tipo de cuestionamientos no los escuchamos en la cobertura del primer ministro Australiano, al él se le celebraba que tomara cerveza con el pueblo.

La respuesta desproporcionada de la prensa nacional no se hizo esperar, mientras algunos medios como El Helsinki Times la llamó "Ministra del Baile de graduación" y desestimó la música con la que bailaba como "plebeya". Otro, se preguntaba si estaba en condiciones de tomar decisiones. Los mismos hombres de su partido el Socialdemócrata (SDP) se sumaron a las descalificaciones, Mikael Jungner, ex secretario, declaró que las recientes filtraciones de video y fotos la han hecho parecer "ridícula" y que ahora hay pocas posibilidades de que sobreviva como primera ministra en las elecciones del próximo año.

#SannaMarin tomo una actitud muy diferente que otros líderes, que se han visto en una fiesta, la primera ministra salió a dar una conferencia de prensa para dar respuesta a los cuestionamientos, entre los intentos de descalificarla hubo insinuaciones de que utilizó drogas, para desmentirlo se realizo una prueba antidopaje.

La respuesta internacional en las redes sociales ha impulsado una tendencia que pone de relieve un debate sobre lo que muchos esperan de sus líderes, especialmente cuando se trata de mujeres, y como respuesta miles de mujeres publicaron videos en las redes sociales de sí mismas bailando con la etiqueta #solidaritywithsanna, pero resonaron con muchos en Finlandia y más allá.

#SannaMarin es una mujer joven que ha roto brechas en el espacio de la decisión política una mandataría que va construyendo nuevos referentes para las mujeres con el mote de "trabajar duro, jugar duro".