El confinamiento por covid-19 nos llevó a todas las personas a continuar nuestras actividades conectándonos, a través de la red, desde nuestros hogares.
El home office se volvió la regla general para desarrollar nuestros empleos, cuando previo a esta crisis sanitaria este formato se aprovechaba poco, sobre todo en instituciones acostumbradas a la asistencia presencial, sujeta a horarios fijos.
Con la reducción de contagios y las vacunas aplicadas a la población, prácticamente todos los centros de trabajo retomaron sus tareas de distintas maneras.
Los que ya las hacían desde lo virtual, las optimizaron; otros regresaron a sus sedes físicas como antes; pero un sector importante comenzó a adoptar nuevos esquemas laborales, de tipo híbrido, considerando las ventajas que brinda lo digital, pero manteniendo el contacto personal; combinando flexibilidad, eficiencia y productividad.
De acuerdo con el estudio de 2022 “Redefiniendo los modelos de trabajo en Latinoamérica”, de la empresa WeWork, en México 85% de personas encuestadas señaló que prefiere la modalidad mixta; el 10% la vía remota; y solo el 5% la presencial.
Lo anterior, porque 95% califica como la mayor desventaja de acudir a las oficinas, la pérdida de tiempo por los desplazamientos. Por eso 80% prefiere acudir dos o tres días semanales para mantener la riqueza que da la integración social.
Las tecnologías rompen límites espaciales y temporales, lo que ha llevado a las sociedades modernas a potenciar su uso. Gracias a su aplicación, las personas han transformado sus dinámicas cotidianas, pudiendo elegir dónde vivir y trabajar e, incluso, cambiar de lugar cuando lo decidan.
Quienes se vuelven “nómadas digitales” tienen la posibilidad de desempeñar sus labores desde cualquier parte y horario que determinen, porque pueden realizarlas de forma virtual, como el caso de las áreas de comercio electrónico, programación, diseño gráfico, redacción y traducción de textos, impartición de cursos, entre otros campos.
Para quienes trabajan bajo este formato es indispensable contar con una conexión estable y rápida a Internet; así como tener un sitio equipado para llevar a cabo sus proyectos y reuniones, sin tener una instalación permanente, características que encuentran en los llamados “coworking”.
Estos espacios que les convienen tanto a los profesionales independientes como a aquellas personas que tienen que atender algún asunto fuera de su despacho, se han vuelto muy visitados. Incluso se ha establecido un día internacional de ellos, que se conmemora cada 9 de agosto.
Como dijera Albert Einstein “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Si algo aprendimos de la pandemia es que todas las personas valoramos, cada vez más, disfrutar de nuestro tiempo.
Para cuidar tan preciado recurso no renovable, es necesario repensar nuevas formas laborales que equilibren los distintos roles que tenemos, para que trabajemos para vivir y no vivamos para trabajar.