El gobierno de López Obrador ha sido presentado y juzgado más desde la pasión que desde la observación técnica y las cifras frías. Con fuertes esfuerzos comunicativos han logrado que buena parte de la población piense que las cosas van bien y que lo que va mal es por culpa del pasado o de los Estados Unidos o de Calderón o de cualquier enemigo que se le ocurra al presidente en su largas conferencias de prensa, sin embargo, más allá de las pasiones y las opiniones hay una realidad objetiva que se mide y se manifiesta allende la interpretación que se le quiera dar y cuando esa realidad alcanza los bolsillos poco queda que argumentar. Lo que está pasando:
- Estamos ante la tasa de inflación promedio anual más alta de todo el siglo con 8.15%
- El gas natural ha subido más del 23.67% en lo que va del año.
- La electricidad ha subido 8.7% en el 2022, más 4.7% el año pasado.
- La tortilla ha aumentado por kilo 7 pesos en lo que va del sexenio; para ponerlo en proporción el sexenio pasado aumentó 1.9 y en el de Calderón, en 6 años, subió 3.7 pesos.
- El kilo de pollo aumentó 17% en 2021 y 13% en lo que va de 2022, es el mayor aumento desde 1999.
- El bistec de res aumentó, en lo que va del año, 16%, la chuleta y la costilla 15.5%, y el kilo de retaso 18%.
- El pescado ha aumentado en lo que va del año 14%.
- La leche ha aumentado en lo que va del año 11%; los derivados de la leche han aumentado 13%
- El kilo de huevo 18% más caro en lo que va del año.
- Los aceites comestibles han aumentado 36% en lo que va del año.
- El aguacate ha aumentado 73%, el limón 74% y la cebolla 90%
- Además, el Banco de México ha elevado a 8.5% la tasa de interés; es la más alta desde que hay registros. Habrá personas que vean en este aumento algo positivo y sin duda hay algo positivo; es el tipo de medidas que han controlado un mayor desajuste, sin embargo, para quienes deben dinero no es una buena noticia.
La inflación es el impuesto silencioso que se le cobra a todos por igual; es una especie de “IVA generalizado” porque no hace distingos y su significado práctico es que se puede ganar lo mismo o incluso un poco más, pero nos alcanza para menos. Según datos de la Fundación Rafael Preciado, si un trabajador gana $10 mil 545 pesos en junio de 2022, y si su hogar cuenta con 3.5 integrantes, lo que necesitaría sólo para comer son $14,228 pesos; lejos, muy lejos del crecimiento económico ofrecido por López Obrador, cada vez hay menos recursos a los cuales asirse y ya se acabaron los fideicomisos, ahorros y hasta préstamos posibles… cada vez es más claro el mal manejo de la economía y las consecuencias se viven a diario.