"No vamos a perder la fe, siempre vamos a estar con ustedes", AMLO.
El domingo siete de agosto, sorpresivamente nos enteramos que el C. presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador decidió de repente ir a Sabinas, Coahuila a revisar el proceso de rescate de los 10 trabajadores que se encuentran atrapados desde las 13:35 horas del miércoles 3 de agosto en una mina de carbón en la comunidad de Las Conchas, en el paraje de Agujita.
Confieso que me dio gusto ver al presidente que tuviera ese gesto humanitario. Considero que lo debió de haber hecho antes, es lo que primero debe hacer un gobernante estar con los familiares de las víctimas.
No lo había hecho en otras tragedias, como cuándo se le cuestionó por no visitar la zona del derrumbe del Metro de la Ciudad de México en mayo de 2021, dijo que ese era "estilo demagógico e hipócrita", y que no le gustaba ir a tomarse la foto.
Y de inmediato se subió a un avión militar, llegó a las 15 horas en punto en compañía del gobernador Miguel Riquelme, donde tuvo un recorrido de tan sólo 30 minutos, y aprovechó para saludar a un grupo de familiares e intentó charlar con ellos, y les dijo que contaron con todo la ayuda y protección, pero que ahora lo que más nos importa son los mineros “es lo más importante de todo, que sea lo más pronto posible, es lo que más me importa”.
“No vamos a perder la fe, siempre vamos a estar con ustedes”, respondió el presidente a una mujer.
Mismo posicionamiento han hecho los obispos de México desde el 4 de agosto, que se han dedicado a rezar: “Rogamos por la vida de cada uno de los mineros atrapados y los ponemos bajo la intercesión de nuestra Madre, la Virgen María de Guadalupe”, se lee en la misiva de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Qué bueno que hay fe, esperanza; pero no basta rezar, como dice la canción de Rafael Primera.
Hay que decir que, a pesar de la gran movilización de especialistas, técnicos, equipos de rescate han fracasado en el tiempo, son siete días desde que diez personas se encuentran incomunicadas y atrapadas en un túnel a 60 metros bajo tierra, claro, hay otros casos como el de Chile, donde estuvieron 69 días y pudieron salir vivos…
Celebramos que en el lugar hay siete perforadoras, drones submarinos y se haya desplegado mucha gente como oficiales y tropa de la Defensa Nacional, Marina, Guardia Nacional, técnicos de protección civil, de la Conagua, de la CFE, y qué decir de la presencia de voluntarios de organizaciones civiles; hay hasta sacerdotes para dar consuelo.
Además, nos dicen que hay 37 vehículos, cinco ambulancias, tres transformadores y un comedor comunitario, pero el quid es que no ha habido contacto directo con los mineros.
¿Cómo está la situación una semana después?
En la mañanera de este miércoles 10 de agosto, la señora Laura Velázquez, comentó que hay esperanza:
“Estamos muy cerca de ellos para que, cualquier acción que realicemos, les informemos y esto los mantenga con la esperanza, con la fe de que estamos trabajando. Nos ven trabajar todo el día y eso es algo muy importante, dijo.
Le dijo al Presidente que están a horas para que ingresen los buzos en el rescate: “Aquí vamos a continuar, señor presidente, trabajando siempre muy de la mano con los familiares, atendiéndolos, cuidándolos y, por supuesto, con la meta de rescatar lo más pronto que se pueda a los mineros”.
Pero no sabemos qué esté ocurriendo abajo, es cosa de horas para saber, quizá cuando se publique este texto haya información...
La visita de AMLO fue nota (negativa)
En la visita relámpago que hizo AMLO pareció generar expectativa, pero no hubo nada, sólo gritos y jaloneos. Creemos que le fue mal, sobre todo con el trato con los familiares de las víctimas.
Ese domingo siete, AMLO desafortunadamente no escuchó a los familiares de los mineros; y no porque sólo les dedicó tres minutos. Nada que ver con el tiempo que usa para cada pregunta que le hacen en las conferencias mañaneras, y es que el presidente se sentía incómodo, preocupado, desgastado ojeroso y hasta de mal humor; quizá asistió a pesar de que no había expectativas.
Basta ver el video que se difundió arriba de un vehículo a la salida del hospital del municipio de Villa de Álvarez, Colima.
“Sí, sí voy, ya voy para allá”, respondió.
-¿Va a quedarse en Coahuila, presidente, o va a regresar?, se le cuestionó.
“Voy para allá, voy para allá, voy para allá, allá hablamos, (luego corrigió) digo, no quiero hablar, voy a ver cómo está el rescate”.
Al llegar en medio de un aparatoso operativo, los técnicos no le dieron buenas noticias, y en ese momento ya habían pasado más de tres días sin ningún contacto con los mineros.
Así que, tras el intercambio de palabras con los familiares de las víctimas, el presidente se alejó en medio de reclamos, no supo -o no quiso- contestar cuándo terminarían las labores de rescate, así como el apoyo para niños y mujeres de los mineros atrapados.
Es evidente que los familiares esperaban tener más información o por lo menos consuelo del jefe del Estado, pero al contrario se generó un gran malestar, hubo gritos y jaloneos.
En síntesis, le fue mal presidente.
Pensamos que iba a dar información, detalles como lo hace siempre. Pero no había nada positivo qué informar, y sólo le quedaba dar consuelo a las víctimas, y tampoco lo hizo, no se dio tiempo, sólo estuvo con ellos 180 segundos.
¡Error del presidente y de sus asesores!, con todo respeto.
Además, no quiso hablar con la prensa como lo había dicho antes y lo reiteró un día después en la mañanera:
-¿Cuál es el balance que hace de la visita, presidente? ¿Fue buena, mala? ¿Y qué fue lo que le llevo a decidir hacer la visita ayer?, por qué decía que esperaba una llamada? -, le preguntan un día después.
-“Porque quería yo ir a constatar cómo va el avance del trabajo, este básicamente a eso, por eso eh… no quise hablar con la prensa, que estaban todos ahí esperándome, y unos de buena fe y otros ya sabemos que para todo quieren sacar raja”, comento textual.
O sea, el presidente en esas visitas se cuida de la prensa, es evidente que prefiere ventilar ese caso en esos espacios mañaneros, ahí lo tiene casi todo bajo control.
Por lo pronto la #FGR inicia investigación por posibles delitos de carácter federal vinculados al accidente, esa es otra historia, hay visos de corrupción y de que las autoridades laborales no han hecho su trabajo...
Vino a tomarse la foto con nuestra desgracia.
Pero, la nota negativa para López Obrador la dio la señora Lucía Rodríguez, madre de Ramiro Torres, trabajador atrapado en el socavón.
Sus familiares grabaron con su teléfono un breve video que llegó a manos de la periodista Monserrat Ortiz, presente en el lugar y lo difundió a las 18:41 horas y se volvió viral, le dio la vuelta al mundo y fue nota en primeras planas:
Le dijo con voz de tristeza e ironía en 30 segundos:
“Señor presidente: le agradezco su visita que vino a hacer a esta área donde está ahorita el dolor. Le agradezco que haiga (sic) venido a tomarse la foto con mi dolor, de mi familia, y el dolor de cada uno de los que estamos aquí, gracias y espero que mis fotografías le sirvan para su política. Gracias, muchas gracias por el grandísimo visita que nos vino a hacer, se lo agradezco”.
Durísimo mensaje, le caló duro a López Obrador y seguramente no lo dejo dormir, y el presidente tomó nota, le pegó la crítica de la señora Rodríguez...
Un día después en la mañanera siguiente dio datos de la situación en la mina y al final comentó que pagaba la “cuota de humillación”.
-¿Qué les dijeron a las familias?-, preguntan.
-“Las familias lo que están… Pues ya ustedes imaginan, muy dolidas, estos tristes, preocupadas y también pues llenas de sentimiento; eh, hay que comprenderlas, abrazarlas, quererlas...”, dijo AMLO y confesó que aceptó la humillación:
“Una señora me dijo algo, sí, yo no lo tomo a mal. Cuando uno es servidor público éste hace las cosas pensando en los demás, cuando no se tiene problema de consciencia, eh se puede y además se eh, debe pensar siempre..., en pagar una cuota de humillación”, fue su respuesta.
¡Pagó la cuota AMLO para la historia!
Dijo más cosas, por ejemplo, comentó que en su gobierno no ha dado concesiones para la explotación minera, pero reconoció que hay muchas minas que son clandestinas, y los sindicatos no hacen su trabajo, pero reiteró: “la prioridad es rescatar a los 10 mineros”, y la investigación de responsables es tarea de la FGR.
-Pero, ¿sí hay posibilidades de que estén con vida?-, le preguntan...
-Todos tienen mucha fe (....) Nos explicaban que cuando se trabaja en esas minas los mismos mineros hacen como, huecos o refugios, y este, eso lo que se está pensando. Hacer lo más rápido posible la extracción, el desagüe y para poder entrar, ya es todo”, y prácticamente cerró la conferencia.
¿Final feliz?
Ojalá -quiera Alá-, tengamos un final feliz como el que se tuvo en Chile en 2010, cuando 33 mineros quedaron atrapados el 5 de agosto a más de 600 metros de profundidad durante 69 días y pudieron salir vivos. Aquel rescate fue visto en vivo por millones de personas e incluso se hizo un filme hollywoodense “Los 33”, protagonizada por Antonio Banderas y Juliette Binoche, y además se escribió un libro.
Espero un final feliz en Coahuila, la esperanza muere al último...