Jesús Hernández Alcocer, el feminicida del Suntory fue vinculado a proceso el pasado jueves 30 de junio; ahora iniciará la carrera por la construcción de un caso sólido en su contra para que el homicida de la tercera edad sea sentenciado por su crimen.
11 mujeres son asesinadas a diario en México de acuerdo con cifras oficiales, once vidas apagadas, familias destrozadas, hijos que se convierten en huérfanos y a pesar de que la lucha feminista cada vez es más fuerte, el sistema de justicia en México es deficiente y está totalmente rebasado, no hay suficientes elementos capacitados en feminicidios, no están homologados las clasificaciones de este delito en los códigos penales estatales y peor aún; parece que no hay la suficiente voluntad política para acabar con la IMPUNIDAD.
Hernández Alcocer, un hombre próximo a cumplir 80 años y que alegando edad avanzada, enfermedad y utilizando todo su dinero mal habido, sus contactos y artimañas, buscará en algún momento llevar su proceso en libertad.
Una espontánea campaña articulada en redes sociales tratando de limpiar su imagen con tuits como “El abogado tiene una trayectoria intachable”, “Jesús sería incapaz de dañar a alguien”; han levantado sospechas sobre el alcance de los recursos de Hernández Alcocer para burlar la justicia.
Una prueba de radizonato de sodio, peritaje en la trayectoria de los impactos, el lugar en donde se encontraban los casquillos y lo escrito en el mantel por Yrma Lydya mientras cenaba con su asesino; deberían de construir un caso sólido en contra de esta persona.
¿Habrán los peritos que arribaron al restaurante hecho su trabajo?
¿Tendrá el juez la voluntad de darle justicia a esta joven?
¿O simplemente Hernández Alcocer esperará que la presión mediática disminuya para salir de la cárcel?
Corrupción, influyentismo, amenazas, chantaje, machismo, impunidad… Este abogado, representa todo lo que está podrido en el sistema, una vida de muertes violentadas sin aparente explicación que lo rodean, dos ex esposas muertas, clientes ampliamente conocidos por sus fraudes y la lista continua.
Duele saber que a pesar de que cometió este crimen frente a más de una decena de personas, en un restaurante con cámaras; podría quedar impune.
Que nos toca a nosotros, observar y exigir justicia; a la Fiscalía de la CDMX, al juez, y a todas las autoridades implicadas, les toca HACER SU TRABAJO.
A Yrma Lydya le arrebataron la posibilidad de ser una mujer libre, de cantar en muchos escenarios… así… la mataron.