Después de más de dos meses de negociaciones, el pasado viernes 22 de julio, Ucrania y Rusia firmaron por separado, acuerdos con Turquía y las Naciones Unidas que permitirían reanudar la exportación de granos desde los principales puertos ucranianos.
Esto aunado a las declaraciones de las últimas semanas de las Naciones Unidas al respecto de la actual crisis alimentaria, la cual; de no ser resuelta próximamente, podría convertirse en una catástrofe mundial. De acuerdo con el último informe del área especializada en Alimentación y Agricultura de la ONU, la FAO; suman 828 millones de personas en el mundo las que padecen hambre, la pandemia por covid-19 y ahora la guerra entre Ucrania y Rusia han exacerbado la situación.
Ahora, según información del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, Ucrania se encuentra dentro de los primeros diez países exportadores de cebada, trigo y maíz del mundo, los cuales; conforman la base de la alimentación en miles de regiones alrededor del mundo.
Se calcula, que en estos momentos hay aproximadamente veinte toneladas de granos retenidos en puertos dentro de Ucrania, que debido a la pandemia no han podido salir del país para su consumo en todo el mundo.
Antonio Guterres decía que la firma de este documento representaba “un faro de esperanza” para el mundo entero ya que busca proveer de estos alimentos y también puede representar un alivio para los mercados internacionales, particularmente de los commodities a nivel global.
Sin embargo, menos de veinticuatro horas después del acuerdo alcanzado entre dichas autoridades, Rusia atacó Odesa; uno de los puertos involucrados en el documento. Dos misiles rusos fueron interceptados y derribados por la defensa de Ucrania, mientras que dos más impactaron infraestructura portuaria del lugar, desde luego; estos ataques cuestionan las verdaderas intenciones de Rusia tras esto.
Maria Zakharova, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso; señaló que el ataque en Odesa estuvo dirigido a “infraestructura militar” mientras que el gobierno ucraniano sostiene que fueron destruidas centrales de recarga de combustible.
No hay duda de que el acuerdo de exportación de granos en absoluto implica un cese al fuego, o por lo menos algo cercano a ello; está claro que el presidente ruso Vladimir Putin no tiene el menor respeto por las vidas humanas que su ego está arrebatando ya sea por medio de balas o debido a la falta de alimento en el mundo entero.