El año que entra nuestro país tendrá elecciones locales en solo dos entidades federativas, Coahuila y el Estado de México. Sin embargo, ambos procesos electorales son de suma importancia por múltiples factores, el principal, es que son la antesala de la elección federal y local de 2024.
En Coahuila se renovará la gubernatura del estado, así como el congreso local conformado por 25 espacios legislativos; 16 electos bajo el principio de mayoría relativa y 9 por la vía de la representación proporcional. En el Estado de México, se renovaría la gubernatura del Estado. En total estarán en juego 27 cargos de elección popular.
En Coahuila la gubernatura del estado está a cargo del Partido Revolucionario Institucional (PRI); en su congreso legislativo, 16 curules son del PRI, 4 de Morena, 3 del Partido Acción Nacional (PAN), 1 del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y 1 de Unidad Democrática de Coahuila (UDC). En el Estado de México el gobernador es de filiación partidista del PRI.
Respecto al número de electores tenemos que en ambas entidades hay 14.4 millones de electoras y electores, es decir, 2.7 millones más ciudadanas y ciudadanos inscritos en la lista nominal en las 6 entidades federativas que celebraron elecciones el pasado 5 de junio (contaron con 11.7 millones de registros). Coahuila por sí solo representa poco más de 2.2 millones de registros, en tanto que en el Estado de México son más de 12.2 millones de registros.
Visto de otra forma, ambas elecciones representan casi el 16% de la fuerza electoral del país (15.6%), cuando en las elecciones de este año, las 6 entidades representaron el 12.6%. Tan sólo el Estado de México equivale a casi el 13.2% de la fuerza electoral en todo el país que está conformada por 92.5 millones de electoras y electores.
Estas cifras implicarán un esfuerzo mayúsculo tanto para autoridades electorales como para los partidos políticos, coaliciones, candidatas y candidatos que, en su oportunidad se registren para competir por los cargos de elección popular en disputa. Entre las actividades más representativas, se encuentran:
· La logística para determinar la ubicación y, eventualmente instalación de las casillas electorales que, por el tamaño de elección, seguramente podrían ser más de 24 mil.
· Este número implicara un ejército de funcionarias y funcionarios de casilla que estén plenamente capacitados por las autoridades electorales correspondientes, es decir, tanto por el Instituto Nacional Electoral (INE), como por los Organismos Electorales Locales (OPLE) de Coahuila y el Estado de México.
· El total de casillas electorales a instalar implicará para los partidos políticos, al menos, capacitar y nombrar ante las autoridades electorales a más de 24 mil representantes.
· La emisión de los lineamientos, la integración de los listados nominales de las mexicanas y mexicanos que residan en el exterior de ambas entidades, así como la logística respectiva, para recibir el voto de nuestras y nuestros connacionales para la gubernatura de las respectivas entidades federativas.
· El análisis de la paridad de género en las gubernaturas sobre todo en atención a lo que ambos congresos locales aprobaron.
· El papel que como árbitros de la contienda electoral desarrollen, es decir, el INE, los OPLE y las autoridades electorales jurisdiccionales, entre otros aspectos.
Como podemos observar, son múltiples las actividades que implican ambos procesos electorales, sobre todo, quienes obtengan el triunfo en las mismas, será fundamental para su arribo a la competencia de la elección federal y local de 2024.
Veremos el caminar de las fuerzas políticas en los meses que vienen.