El grave desabasto de medicamentos, que llega a más de 40% a nivel nacional, empezó a alarmar al personal hospitalario, así como al sector farmacéutico de todo el país. Se prevé que hay cerca de 3,000 centros de salud que enfrentan la falta de fármacos para todo tipo de padecimientos.
Desde 2019 que se separó la cadena de valor entre licitación y distribución, se agravaron los problemas, y a partir de 2020 se hizo evidente una carencia planeación, licitaciones tardías, así como un retraso importante en el pago a las farmacéuticas.
Nos cuentan que la inexperiencia y el desconocimiento de las autoridades mexicanas llevó al sector salud a la crisis que enfrenta en la actualidad; por lo general se lleva alrededor de cuatro meses la producción de los fármacos a partir de que se solicitan, por lo que la estrategia del gobierno de “salir a comprar” de un día para otro, fue lo que falló.
Una de las preocupaciones del ramo farmacéutico es que el año pasado, 82% de las adquisiciones fue por licitación directa, por lo que nadie sabe qué se compró y a quién.
De acuerdo con información que se entregó al Senado, la administración del presidente López Obrador reconoció que entregó sólo 46% de los medicamentos y material de curación que solicitaron los 32 estados, es decir, las entidades pidieron 449 millones 716 mil 799 piezas y solo canalizaron 207 millones 342 mil 573.
Y si bien hay voluntad de las partes por resolver el desabasto, es difícil que prospere la propuesta del gobierno de que sea Birmex quien lleve a cabo la distribución con el apoyo del ejército, ya que esta empresa paraestatal no cuenta la capacidad suficiente para abastecer a todo el país. Antes eran diez las distribuidoras de medicamentos y concentraban el 70% del mercado; ahora en el mejor de los casos serán dos empresas.
La escasez de medicinas provocó que cerca de 20 mil derechohabientes del sector salud interpusieran amparos para exigir el acceso a los fármacos. La mayoría fueron de pacientes con cáncer y diabetes.
Los que más saben aseguran que las compañías que llevaban a cabo la distribución llevaban años con una logística y procesos computarizados que seleccionaban los medicamentos de 150 fabricantes para todo el país, por lo que “no se ve viable” que el ejército tenga la capacidad suficiente de almacenamiento, control de inventarios y selección para satisfacer la demanda nacional.
Por ejemplo, en Estados Unidos hay cuatro distribuidores de medicamentos, Francia cuenta con 7, Alemania con 6 y España tiene 8 y así funciona la industria farmacéutica en la mayoría de los países del mundo.
Nos adelantan que faltarán varios meses para que se normalice la entrega de los fármacos, ya que para ello se requeriría un mecanismo de licitaciones consolidadas que tendrían que iniciar entre marzo y abril de 2022, a fin de que diera el suficiente tiempo para la entrega oportuna en enero de 2023.
Así las cosas…