Lo que hace grande a una nación es la formación de nuevas generaciones forjadas con educación, principios y valores que se engendran primariamente, en el seno del hogar, y que son orientadas a partir de la educación que reciben en instituciones educativas. Estos entornos para un pleno desarrollo deben de estar libres de todo tipo de violencia.
Por ello, las niñas, los niños y adolescentes gozan de diversos derechos tales como el derecho a la vida, a la identidad, a vivir en familia, a la igualdad sustantiva, a no ser discriminado, a vivir en condiciones de bienestar y sano desarrollo integral, entre otros. Estos derechos, consagrados en nuestra Constitución Política y en las leyes secundarias correspondientes buscan la protección, salvaguarda y las condiciones para su desarrollo y bienestar.
Bajo este contexto, resulta preocupante que existan en la sociedad entornos no propicios como el maltrato para niñas, niños y adolescentes que les generan secuelas importantes e inclusive permanentes para toda su vida que tiene un efecto contrario a su protección y, por lo mismo, se convierte en problema social que es necesario atender urgentemente.
Dentro de los diversos tipos de maltratos: emocional o psicológico, físico, por negligencia y abuso sexual, uno en particular considero importante exponer: el maltrato infantil oculto o síndrome de Munchausen por poder.
Este tipo de maltrato se presenta cuando una niña, niño o adolescente presenta alguna enfermedad que es fabricada por otro individuo que, por lo general es el padre o madre del menor, provocándole que se le apliquen diversos exámenes o incluso tratamientos que son totalmente innecesarios. Hay que advertir que algunos de estos tratamientos, por su naturaleza de aplicación pueden resultar hasta dolorosos para el menor.
El patrón que sigue esta patología se visualiza generalmente en las madres de edad media, con una inteligencia normal y, curiosamente, en algunos casos con algunos estudios relacionados con la medicina. Cuando esto es así, el padre que, por lo general está más ausente del cuidado de la niña o del niño, desconoce la situación por completo y es, de alguna forma involucrado en todo este engaño. A la inversa sucede exactamente igual.
En los casos detectados respecto de los padres o cuidadores que han sido identificados se observan patrones de personas que, en ocasiones, reportaron problemas emocionales y físicos serios en su niñez; en su adolescencia se encuentran problemas de adaptabilidad escolar, con sus compañeras o compañeras de estudio, o inclusive acciones de violencia contra amigos, amigas o conocidos. Las secuelas también se muestran en que algunos pacientes que fueron víctimas de esta patología en su niñez han continuado fabricando enfermedades. Así de grave resulta el maltrato infantil oculto.
Si bien no hay registros estadísticos exactos sobre el maltrato infantil oculto, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Niños, Niños y Mujeres en México (ENIM) seis de cada 10 niñas, niños y adolescentes en México, entre 1 y 14 años han experimentado algún método violento de disciplina infantil en sus hogares, mientras que el 63% de las niñas y niños recibe en los hogares disciplina violenta.
Esto nos lleva obligadamente a plantearnos la necesidad de emprender una serie de acciones entre las que destaco, entre otras, las siguientes:
- Que las instituciones de salud, instancias de tratamiento psicológico y otros entes públicos relacionados, registren e informen de posibles síntomas de maltrato infantil oculto.
- La obligada revisión de las normas para proteger a las niñas, niños y adolescentes que presenten este tipo de trastornos, así como el establecimiento de diversas medidas, administrativas y jurídicas, a los padres o cuidadores que comentan este tipo de violencia.
- El adecuado acompañamiento para niñas, niños y adolescentes que presenten este tipo de maltrato.
- El establecimiento de directrices para la generación de diversas políticas públicas que sean instrumentadas por las instancias al cuidado de las niñas, niños y adolescentes.
Desde el Estado de México, la fracción Parlamentaria del Partido Acción Nacional estará impulsando los proyectos de acuerdo y las iniciativas que correspondan para atender este terrible tipo de violencia que sufren nuestras futuras generaciones que, de no cuidarlas, afectamos su porvenir y el de nuestra nación.