Ivan David y Marcel De Graaf, son los nombres de los eurodiputados que votaron contra la resolución del Parlamento Europeo, en la que se exhorta al presidente de México, detener su “retórica populista” contra la prensa. Ivan David y Marcel De Graaf son dos diputados de extrema derecha; el primero, representante de la República Checa y el segundo, de los Países Bajos.
Que la extrema derecha europea vote en contra del pronunciamiento que alcanzó 607 votos, de los 682 sufragios emitidos, perfila dos elementos preocupantes: que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene los mismos intereses que la ultraderecha mundial y que la vida y la integridad de los periodistas no son asuntos que merezcan mayor atención para el gobernante mexicano, que se presume “transformador”.
Mediante comunicado 2249, fechado el 10 de marzo de 2022, el Gobierno de México calificó a los integrantes del Parlamento Europeo como “borregos” que se suman “a la estrategia reaccionaria y golpista del grupo corrupto que se opone a la Cuarta Transformación”. Más tarde, López Obrador habría de reconocer la paternidad del libelo, escrito al alimón con su vocero Jesús Ramírez Cuevas, mientras volaban a Tapachula, Chiapas, para una gira que tuvo por objetivo el demostrar que Chiapas se encuentra en paz, cuando la violencia provocada por la delincuencia organizada comienza a alcanzar niveles alarmantes no sólo en la zona de Los Altos, sino también en el municipio de Frontera Comalapa.
Guarecido en las instalaciones de la 36 Zona Militar en Tapachula —mientras grupos de personas se manifestaban en el exterior— el que cobra como presidente pretendió minimizar la violencia contra la prensa durante su gobierno, al reducir el número de periodistas asesinados de siete a cinco —como si ya existieran sentencias condenatorias en las cuales fundara su incontinencia verbal— además de que comparó el número relativo de casos, con los 5 mil mexicanos que han sido asesinados dolosamente durante su gobierno, lo que dicho sea de paso también representa el reconocimiento de su fracaso respecto de la prevención del delito.
Andrés Manuel López Obrador nada dijo de la violencia que se vive en el municipio de Frontera Comalapa, Chiapas, en donde la delincuencia organizada se ha ido apoderando de terrenos y ranchos en las comunidades de Chamic, Rodulfo Figueroa, El Lagartero, Nuevo Villaflores, Juan Sabines, entre otros.
En esa zona de Chiapas se ha documentado la desaparición de cientos de personas, mientras el gobernador Rutilio Escandón Cadenas presume “el éxito” de su estrategia de seguridad, la cual es apuntalada con el silencio de los medios de comunicación locales y con amenazas a los comunicadores que se atreven a exhibir el deterioro de la paz en ese estado.
El periodista chiapaneco José Adriano Anaya, propietario del Diario Contrapoder, ha denunciado ante la Fiscalía General del Estado de Chiapas, los ataques de que ha sido objeto, a través de un portal que curiosamente se denomina igual que la sección desde la que se denigra a la prensa desde las mañaneras que se producen en Palacio Nacional.
La violenta respuesta de López Obrador al exhorto del Parlamento Europeo, tiene la clara intención de distraer la atención de la opinión pública respecto de varios temas que exhiben la corrupción y el deterioro del gobierno autodenominado de la “cuarta transformación”. Allí está el escándalo suscitado por los dichos del fiscal General de la República respecto del sometimiento de algunos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el caso de Alejandra Cuevas, detenida por capricho del titular de la FGR.
Está también el asesinato del presidente municipal de Aguililla, Michoacán, César Valencia Caballero y de su asesor René Cervantes Gaytán, quien previamente había sido reportado como desaparecido. Se suma a esa espiral de violencia el asesinato de nueve personas en Atlixco, Puebla y el fusilamiento de diecisiete personas en San José de Gracia, Michoacán.
El contenido del comunicado escrito por López Obrador también pretende generar un sentimiento patriotero entre sus seguidores, al plantear al exhorto del Parlamento Europeo como un asunto de intromisión extranjera.
Al mismo tiempo, López Obrador aprovecha la ocasión para enviarle un claro mensaje al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón —quien recientemente se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares Bueno— de que esa no es la política que le interesa, sino la de la confrontación, la cual le representa dividendos políticos, aunque la diplomacia mexicana se vaya por el drenaje.
En paralelo, la diputada comiteca Patricia Armendáriz Guerra, pidió a la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través de su cuenta de Twitter, que por favor desmintiera al que calificó como “burdo escrito”, en referencia a la respuesta de López Obrador contra el exhorto del Parlamento Europeo.
No tardó mucho la legisladora en cambiar diametralmente su postura, pues más tarde salió a decir: “Yo creo que nuestro presidente ya llegó al límite de no anteponer diplomacia por convicción. Mi respaldo absoluto, después de leer el ataque del parlamento europeo que infringe toda regla de diplomacia y es acusatorio desinformado e irrespetuoso”.
Así como la postura de la ultraderecha europea es consecuente con los ataques a la prensa, generados desde el Palacio Nacional mexicano, así la representante chiapaneca —que guarda sepulcral silencio respecto de la violencia que se vive en su estado— prefiere mostrar que sus convicciones están hechas de barro, antes que contradecir a quien redactó un “burdo escrito” como respuesta a la exhibición de sus ataques contra la prensa y su incompetencia en todos los ámbitos de gobierno.