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OPINIÓN

Muerte no es vanguardia

¿Decidiremos si alguien tiene la oportunidad de vivir basándonos en estadísticas? | Paola Becerra

Escrito en OPINIÓN el

Hablemos de ciencia… Para la semana veinticuatro de gestación, el feto ya tiene un desarrollo maduro de los sentidos (tacto, olfato, oído y gusto), es capaz de interactuar con los estímulos del exterior e incluso el bebé es capaz de moverse varias veces durante el día.

El pasado 21 de febrero la Corte Constitucional de Colombia dio un fallo que muchos denominaron “histórico” incluso “vanguardista”; la Corte aprobó con cinco votos a favor y cuatro en contra la despenalización del aborto hasta semana veinticuatro de gestación, esto después de la demanda interpuesta por el colectivo feminista

Lo más importante… durante esta semana el bebé tiene la capacidad de vivir si el parto se produjera con anticipación. Y es verdad, las posibilidades de que sobreviva si esto sucediera no son tan alentadoras, sin embargo; tampoco lo es cuando nos enfrentamos a una persona con cáncer o alguien que ha experimentado un choque y su vida pende de un hilo, ¿Decidiremos si alguien tiene la oportunidad de vivir basándonos en estadísticas? Terrible.

Y no, absolutamente no se trata de criminalizar a ninguna mujer o persona que se haya practicado o bien haya llevado a cabo un aborto, tampoco se trata de ignorar las crecientes y alarmantes cifras al respecto de embarazos no deseados, violaciones, violencia obstétrica, nulo acceso a planificación familiar y la lista podría continuar.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ubica a México en el primer lugar dentro de sus países miembros con incidencia de embarazos adolescentes, rango de entre quince y diecinueve años, tenemos una tasa de aproximadamente trece nacimientos por cada mil mujeres dentro de este rango de edad.

No podemos ignorar que estas cifras no son solo números, se trata de historias de vida que se encuentran estrechamente condicionados a factores tan complejos con educación, ingresos, historia familiar, entre muchos otros.  

Eso no es todo, de acuerdo con la ultima Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, el 19.1% de las parejas no utilizaron ningún método anticonceptivo a pesar de que el 92.8% de ellos sí había escuchado sobre ellos, es decir; a plena conciencia mantuvieron relaciones sexuales sin protección corriendo el riesgo de embarazarse o contraer alguna enfermedad de transmisión sexual.

Es decir, el aborto es solamente la consecuencia de algo más complejo… embarazos no deseados o bien, no planificados; no podemos reducir un tema tan complejo en una decisión atemorizante. No hay duda en que los derechos de cualquier mujer, en cualquier parte del mundo son fundamentales; pero ¿dónde quedan el interés superior de la niñez? ¿dónde queda los derechos de los más indefensos? No se trata de elegir entre proteger alguno de los dos involucrados, se trata de salvar las dos vidas.

Insisto, para la semana veinticuatro, es decir; para los seis meses de gestación, se conoce el sexo del bebé, podría tener un nombre y claro…un futuro.

Lo que sucedió en Colombia claro que nos invita a la reflexión, a una reflexión integral, nos obliga a pensar en las mujeres que son obligadas a ser madres jóvenes, a pensar en todas aquellas que han muerto a causa de una aborto clandestino, a quienes se encuentran presas por haber tomado esta decisión, pensemos en los hombres, padres de estos bebés y su papel en una paternidad responsable, pensemos en todos aquellos bebés y niños abandonados o en las calles… sobre todas las cosas… pensemos en ¿hasta dónde hemos llegado como sociedad para decidir quién vive y quién no?