Cuando al presidente municipal de Ensenada, en Baja California, Armando Ayala Robles, no le gustó que la regidora Brenda Valenzuela lo cuestionara, recurrió a la violencia política de género, que una vez más demuestra que Morena encubre y lleva agresores al poder.
Recomendar “hacer el amor lo más que se pueda” en una sesión donde se discutía el proyecto de Ley de Ingresos, específicamente los aumentos en el impuesto predial para el próximo año, es violencia.
La regidora del PAN, una vez más, fue víctima de la violencia política a la que se enfrentan las mujeres que llegan a un cargo público y que no sólo deben luchar por que se respete la paridad de género, sino para que sus voces no sean silenciadas por un hombre en el poder.
“Me parece totalmente desafortunado y remata con la recomendación de que hay que hacer el amor el mayor número de veces posibles en la semana para ser felices, nada que ver con los argumentos que se estaban analizando, discutiendo, con el orden del día, y como no es la primera vez decidí romper el silencio”, me dijo en entrevista.
Territorio de feminicidios
Al alcalde le pareció un chiste hacer recomendaciones de carácter machista y sexual desde su posición, cuando su municipio ocupa el puesto número 13 de los 100 municipios donde han ocurrido más feminicidios de enero a octubre de 2022.
Ante ello, Brenda presentó una denuncia en contra de Ayala Robles ante el Instituto Estatal Electoral de Baja California por el delito de violencia política de género; “no es posible que la paridad nos esté costando violencia a las mujeres y el desconocimiento por parte de la autoridad y además que Ensenada está dentro de los 100 municipios feminicidas del país”.
Pacto patriarcal
Durante aquella sesión extraordinaria de cabildo del 9 de noviembre, ninguno de los seis regidores ni las otras cinco regidoras que estaban presentes dijo algo contra los dichos machistas del presidente municipal.
Por el contrario, y por increíble que parezca, en un comunicado lo defendieron e incluso lo calificaron como un “aliado de las causas de género”, cuando un verdadero aliado no saldría a decir que una mujer necesita tener sexo para “estar de buenas” y no debatir un proyecto de reforma. ¡Ver para creer!
“Se le olvida que como autoridad debe de cuidar lo que dice, porque muchos de estos feminicidios tienen que ver con relaciones de pareja. ¿Cómo se le ocurre decir que hay que hacer el amor el mayor número de veces posibles en la semana?, ¿en qué condición pone a las mujeres?”.
Este mismo pacto patriarcal y el guardar silencio ante la violencia contra las mujeres ha permitido que Morena coloque agresores en cargos públicos y les da más poder para que sus víctimas no denuncien.
“Sacan el desplegado y luego sacan una serie de publicaciones diciendo que él nunca mencionó mi nombre, pero era la única voz de la oposición que estaba cuestionando”.
Lo cierto es que las palabras del edil, aunque no mencionara el nombre de la regidora, tenían como fin ofender y menospreciar su postura a través de estereotipos de carácter sexual. ¡Qué tal, tiran la piedra y luego esconden la mano!
Poner un alto
Pero, además, déjenme contarles que ésta no es la primera vez que Ayala Robles recurre a la violencia verbal contra la regidora, ya que, durante la primera sesión del actual cabildo, al no apoyar los modos (que no eran legales ni transparentes) para la donación de 90 millones de pesos en terrenos y una maquinaria para reparación de vialidades para Ensenada, se encendió la primera alerta de violencia política de género. Con impotencia, con la voz quebrada, y no era para menos, me relata: “En respuesta, el presidente municipal me dice que soy una víbora tepocata prieta, amarranavajas, y me quedé callada, lo dejé pasar, me pareció terrible, pero dije, ‘es la primera sesión, vamos empezando la administración’, y me quedé callada y no denuncié”.
Un año después de este primer incidente, la violencia escaló, en un mes donde se lucha a nivel internacional para erradicar la violencia contra las mujeres.
“Yo no quiero que la violencia siga escalando, yo no quiero que esto se siga saliendo de control y no tenemos que sufrir violencia por llegar a estos espacios, la paridad no puede costarnos así de caro a las mujeres”.
Mario Delgado, ¿algo qué decir? Perdón, me ofusqué, sería como pedirle peras al olmo, o cómo olvidar cuando, junto con el presunto violador Félix Salgado Macedonio, acampó afuera del INE y jamás lo bajó como candidato a la gubernatura de Guerrero por las acusaciones de al menos seis mujeres.
La columna de Lourdes Mendoza Peñaloza se publicó originalmente en El Financiero, reproducida aquí con autorización de la autora.
* Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.