El presidente sabe que en la vida no hay nada escrito. Es un hombre que tiene ideas muy definidas y pocas veces cambia de opinión o rectifica sus líneas trazadas. Sin embargo, cuando algo entra en su cabeza pocas veces cambia.
La sucesión presidencial nació anticipadamente. Muchos han sido los críticos que dicen que no había necesidad de destapar a sus precandidatos a la presidencia del 2024. Argumentos que explican que este adelanto genera y prolonga fricciones, roces, rupturas y peleas entre los contendientes, pero al mismo tiempo evidencia que el control, los tiempos, las metas, los éxitos y, lo más importante, la designación, está 100% controlado por él mismo. Es más que evidente que el proceso electoral está controlado por Andrés Manuel López Obrador. No haremos juicios de valor en torno a la bondad o malicia a este acto. Las cosas son lo que son y este proceso tiene esta característica.
Pero la pregunta es ¿por qué tener tres corcholatas y por qué los perfiles de estas? Se tienen tres corcholatas porque dos son muy pocas. Tener solo dos, limita a los amores y a las posibilidades. Que fuese una carrera de dos opciones genera más odios y las confrontaciones son directas. Únicamente dos alternativas generan una polarización que a la postre le costaría mucho apaciguarlos. Por eso MORENA y el presidente quieren tres corcholatas, así se rompe la dualidad y genera la posibilidad que el tercero se sume y una posible ruptura no genere un daño mayor.
¿Por qué Claudia Sheinbaum? Fácil, es el perfil que más le gusta. La conoce, conoce su lealtad, le ha demostrado mayor confianza. La jefa de gobierno no se mueve si el presidente no se lo instruye. Valor enorme a los ojos del presidente. Claudia suma grupos; suma a la señora Beatriz Rodríguez Müller, a los hijos del presidente y a los rudos y fundadores de MORENA. Habrá que ver como sumaría a los demás grupos de MORENA que no forman parte de esa élite cercana al presidente. Sus negativos empiezan con el primitivo pensamiento de género, a menudo se escuchan comentarios donde la gente cuestiona si México está listo para ser gobernado por una mujer. Otro evidente negativo es que gobernar desgasta y habrá que ver si el desgaste de gobernar la Ciudad de México y la inmediatez de la campaña le pesarán a la doctora. Estos datos serán muy seguramente medidos, valorados y comentados en pocos meses.
Marcelo Ebrard es un hombre de experiencia y capacidad probada en muchas ocasiones para el presidente. Tuvo un buen desempeño siendo jefe de gobierno y creando la percepción que la Ciudad de México se volvió una ciudad de vanguardia. Sus negativos, el más claro es que él representa a los empresarios de México y eso no le gusta al presidente. El nombre de Marcelo Ebrard sería el mejor posicionado en las clases medias y altas, y eso rompería con lo que ha tratado de generar la 4T y esta polarización. Otro negativo es la línea 12 de metro y la poca lealtad demostrada en el 2012 para con Andrés Manuel y su segunda derrota en la candidatura presidencial. Su ventaja es su mismo negativo, es decir, si la elección se llegara a apretar en números, cosa que por el momento no veo, Marcelo sumaría más que Claudia Sheinbaum.
Por último, Adán Augusto López Hernández, tabasqueño, leal, capaz y con muchísimo oficio político. Adán tiene un oficio político que cada vez es más evidente. Está sumando gobernadores de MORENA y de oposición. Sabe para qué es la política y cada día la usa con mayor precisión. Su lealtad para con el presidente es también indiscutible. Suma a leales al movimiento y adicionales. Su gran desventaja es que sus niveles de conocimiento se encuentran muy por debajo con respecto a los otros dos contendientes.
Si el sistema de tener tres corcholatas impuesto por el presidente es eficaz lo veremos un poco más adelante, por el momento, la guerra de encuestas y la sobre exposición en medios de los tres suspirantes, no deja de crear un escenario un tanto artificial que no permite visualizar con claridad cuál será el resultado.