Desde lo lejos, a varios metros de distancia, o en medio de centenas de autos, puede distinguirse un vehículo pintado de muchos colores que en su interior está repleto de condones y de pruebas de VIH, hepatitis C y sífilis. Su destino es cualquier lugar donde sea posible aplicar una prueba de detección, regalar condones, dar pláticas informativas sobre el cuidado de la salud sexual y reproductiva y la prevención del VIH o algún consejo, incluso para la vida.
Por dos décadas y media, Condomóvil A.C. se ha convertido en un referente en materia de prevención del VIH debido a que ese vehículo multicolor ha sido capaz de llegar a muchos rincones donde las políticas públicas no arriban o lo hacen cuando ya es demasiado tarde. Colmado de creatividad, a veces con Las Condoneras a bordo, un grupo de drag encargado de repartir condones de todos colores y sabores, o con las propias ocurrencias de Polo. Así, llega a los puntos donde se ejerce el trabajo sexual, a los centros de rehabilitación, a los albergues de migrantes, a los espacios utilizados por las poblaciones en situación de calle, con los traileros, en los puntos de reunión de las poblaciones adolescentes, entre otros.
Un día de rutina empieza con el llamado de Polo Gómez, fundador del proyecto, a comenzar a contar los insumos con que se cuentan para llevarlos al lugar donde se llevará a cabo su jornada del día. Miles de condones, centenas de pruebas rápidas, trípticos, un condón inflable de más de 10 metros de altura, el motor para poder inflarlo, una botarga de condón, mesas, bancos, una carpa, lazos y pinzas para ropa son parte de los insumos que se revisan antes de colocarlos en la parte trasera del vehículo.
El grito de arranque es inminente y Polo o José Antonio toman el volante para iniciar el recorrido. En la mayoría de las ocasiones han estudiado la ruta previamente. Una vez llegando al lugar acordado principia el trabajo hormiga para el montaje de la carpa. En minutos quedan construidos dos cubículos para la aplicación de pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual y servicios de pre y pos consejería.
Si da tiempo, aunque casi nunca es así, las labores podrían detenerse por algunos minutos para tomar el desayuno o el almuerzo. En realidad, casi nunca hay oportunidad de poder probar alimentos porque siempre está el ansia de llegar e iniciar la jornada de detección. Después de la instalación de la carpa, Polo comienza a invitar a las y los transeúntes para que se acerquen. Su manera de trabajo es muy peculiar pues, antes que otra cosa ocurra, busca arrancarles una sonrisa. Logrado su cometido, les da información sobre el VIH e ITS. En la mayoría de las ocasiones, las personas aceptan realizarse la prueba.
Por muchos años, Polo ha sido uno de los rostros más visibles del VIH en México, por casi tres décadas ha permitido que la pandemia tenga una fisonomía a fin de erradicar aquellos prejuicios colectivos que pernean hasta el día de hoy e influyen para que las personas con VIH sean uno de los grupos sociales más discriminados en el país. Sabe que la lucha es lenta y no se desanima. Por eso, a lo largo de 25 años, se ha abocado a las labores de prevención de nuevas infecciones, pero también se ha sumado a todas aquellas causas a favor de los derechos humanos, principalmente de quienes viven con VIH, pero también de otras agendas.
Curioso, simpático, alegre, dicharachero, comprensivo, ágil, tenaz, honesto, bondadoso, feliz, entre muchos otros calificativos que podrían definirle siempre busca ayudar al prójimo, incluso, si es necesario, brindando su propio espacio vital a quien lo necesite. Con ese espíritu es que hace 25 años, el 1 de diciembre de 1998, decidió iniciar un proyecto de detección de VIH en las calles de la ciudad de México, en búsqueda de dar información a la población sobre los riesgos de tener sexo desprotegido, sobre todo los jóvenes, pero a diferencia de otros proyectos “creíamos que debíamos tratar directamente con la población para darles información sobre prevención”, menciona el propio Polo.
Bajo esa consigna, Condomóvil ha recorrido todas las entidades federativas de la República Mexicana, todos los países de Centroamérica y de América del Sur dando información sobre prevención del VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual, así como los embarazos no deseados, realizado pruebas de detección de VIH y repartiendo condones por diferentes rincones como universidades, escuelas, parques, mercados, cárceles, centros de rehabilitación y muchos otros espacios a donde esta información e insumos llegan a cuentagotas.
Su labor le ha valido obtener reconocimientos como proyecto de Mejores Prácticas Trabajo con Jóvenes del Instituto Mexicano de la Juventud en el año 2000, proyecto de Mejores Prácticas en VIH en México (Secretaría de Salud) y ser héroe comunitario de la ciudad de Los Ángeles, California en 2007 y 2009, entre otros. Además de asistir a casi todas las Conferencias Mundiales sobre VIH y eventos de relevancia para la prevención del VIH.
A 25 años de su fundación, Condomóvil tiene una gran vitalidad, en octubre pasado inauguró sus nuevas instalaciones en el corazón del barrio bravo de Tepito, dentro de un conjunto habitacional tradicional de la zona, para poder acercar toda su oferta de servicios a las personas de la zona. En conjunto con el Grupo de Estudios sobre Derechos, Géneros y Diversidades, con el auspicio de la Embajada de Francia, emprendió una gira por albergues para migrantes de Chiapas y Oaxaca. Otra por Baja California Sur, y seguramente, muchas más para 2023.
Acompañar el rodar del Condomóvil es una experiencia única, incluso para quienes llevamos muchos años dedicados a la prevención del VIH. Representa un espacio de enseñanza, de contacto con realidades agridulces, de entender el por qué aún representa un reto reducir las nuevas infecciones cuando hay contextos adversos. Ir de gira en compañía de Polo y de José Antonio significa entender el amor por el prójimo, escuchar al otro, creer en una posibilidad de cambio.