Proyecciones para 2023 hacen prever que los países de América Latina y el Caribe crecerán solamente 1.3 por ciento en medio de un clima de incertidumbre y restricciones internas profundizando la desaceleración del crecimiento económico.
El panorama es incierto y complejo, en un contexto de desaceleración en el crecimiento del comercio mundial en el año que concluye y en el venidero.
La reducción de la inflación tenderá a moderar los incrementos de las tasas de política monetaria de los principales bancos centrales en 2023 y se registrará aumentos en la volatilidad financiera y mayor aversión al riesgo así como menores flujos de capital hacia economías emergentes.
Un balance de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe indica que la región crecerá en el 2022 3.7%, y en el 2023 se espera continúe la desaceleración del crecimiento en un contexto macroeconómico complejo.
La reducción de la inflación tenderá a moderar los incrementos de las tasas de política monetaria y la volatilidad financiera internacional aumenta los riesgos de depreciación cambiaria, lo que podría afectar la trayectoria de la inflación.
En esa línea es necesario expandir el espacio fiscal para dar sostenibilidad a mayores demandas de gasto social y de inversión pública y evitar ajustes fiscales prematuros.
Al mismo tiempo hay que equilibrar los desafíos que imponen en el corto plazo las restricciones macroeconómicas al avanzar en dinamizar el crecimiento sostenible, generar empleo de calidad, reducir la pobreza y desigualdad, elevar la inversión y hacer frente al cambio climático.
La coyuntura impone desafíos al manejo macroeconómico, y en el campo fiscal hay que evitar ajustes prematuros del gasto, ampliar el espacio fiscal a través de la reducción de la evasión y elusión, así como revisar que los gastos tributarios y las reformas tributarias aumenten su recaudación y progresividad, indica un informe de la CEPAL.
El organismo internacional recomienda avanzar en mejoras para la eficiencia y eficacia del gasto, porque son centrales para potenciar la política fiscal y, en lo monetario-financiero, es importante diversificar la caja de herramientas. Junto con la tasa de política monetaria deben usarse instrumentos macro-prudenciales y de regulación que ayuden a manejar la demanda minimizando los efectos sobre el crecimiento.
Para ello se requieren reformas a la arquitectura financiera internacional que avancen en mecanismos para facilitar eventuales renegociaciones de la deuda soberana.
Al mismo tiempo se debe realizar una movilización de la liquidez global, y fortalecer el papel de las instituciones de crédito multilaterales y regionales.
En ese contexto adverso del 2023, es fundamental atender las demandas sociales, la creación de empleo decente y reducir la informalidad, la desigualdad, la pobreza, y avanzar en la mitigación y adaptación del cambio climático
Se debe trabajar en acelerar el crecimiento, combatir la desigualdad, y enfrentar el cambio climático, todo esto requiere dinamizar la inversión y productividad a través de políticas públicas innovadoras en lo productivo, comercial, social, y la economía del cuidado para evitar una nueva década perdida.
El informe destaca que el proceso de recuperación de los mercados laborales que se ha experimentado en el primer semestre de 2022 no ha permitido eliminar las tradicionales brechas entre hombres y mujeres que exhiben indicadores como la tasa de participación laboral y la tasa de desocupación.
Durante 2022 se han observado tanto un aumento de la informalidad como una caída en los salarios reales. En el ámbito fiscal, si bien se observa una reducción del déficit primario, los niveles de endeudamiento continúan siendo altos, por lo que cabe esperar que el espacio fiscal siga condicionando la trayectoria del gasto público, indica el reporte.
El riesgo de aumento de las tasas de interés, de depreciaciones de las monedas y el mayor riesgo soberano dificultarán el financiamiento de las operaciones de los gobiernos en 2023.
Un elemento que destaca el informe es que los cambios registrados en la trayectoria de la inflación regional en el segundo semestre de 2022, aunados a la desaceleración de la actividad económica que se espera, se prolongue para el próximo año, reduciendo las presiones de las autoridades monetarias de América Latina y el Caribe para continuar aumentando las tasas de política monetaria.
La CEPAL planteó como punto fundamental dinamizar la inversión y la productividad para atender las demandas sociales, la creación de empleo decente y reducir la informalidad, la desigualdad, la pobreza, y avanzar en la adaptación y mitigación del cambio climático.
Para ello, indicó, que son necesarias políticas públicas innovadoras en lo productivo, financiero, comercial, social y en la economía del cuidado, para evitar una nueva década perdida como la observada en 2014.