Con frecuencia escuchamos o leemos que los medios “tradicionales” de comunicación (entiéndase diarios, radio y televisión) atraviesan por una situación difícil; y no son pocos los que consideran que la automatización y la transformación digital han llevado al periodismo en general –y a los diarios en particular– a una de las peores crisis.
No seré quien se sume a los agoreros del desastre. Por el contrario, soy un convencido de que los medios atraviesan por una evolución tecnológica, al igual que otros sectores, que está cambiando paradigmas.
Son varios los retos que enfrenta el periodismo hoy en día, a partir de los nuevos hábitos de las audiencias y los lectores. Por ejemplo, ya no esperan al día siguiente para estar informados, buscan contenidos noticiosos fácilmente digeribles y respaldados en audiovisuales, además están expuestos a noticias falsas que en pocas ocasiones verifican su autenticidad.
La forma en que cada medio se adapta a estos cambios tiene, desde luego, un impacto en la competencia y en su viabilidad. De modo que, frente a este escenario, los periodistas y los medios de comunicación tienen la enorme oportunidad de satisfacer las demandas de una sociedad que busca estar informada. En esa empresa el internet y las Tecnologías de la Información y la Comunicación, conocidas como TIC, deben verse no como enemigos sino como grandes aliados.
Pensemos tan solo en la cantidad de personas que se conectan a internet y que son consumidores de noticias por ese medio. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) realizada por el INEGI, se estima que 88.6 millones de personas fueron usuarias de internet, durante 2021. Lo que representó 75.6% de la población de seis años o más, y de este universo, casi 97% se conecta a la red de redes a través de un teléfono inteligente.
Lo curioso es que los porcentajes de población que usan internet para buscar información o para leer periódicos o revistas, según el INEGI, han disminuido del 97 al 90 por ciento y de 49 al 42 por ciento respectivamente, en los últimos cuatro años.
¿A qué se debe esta disminución? ¿Son los avances tecnológicos los que han frenado el crecimiento de los medios? No lo creo.
Los medios nativos digitales tienen más de una década de existencia y han pasado seis años desde que el periódico británico The Independent anunció que dejarían de publicarse en papel y solo estaría disponible una edición digital. La misma decisión ha sido adoptada por otros influyentes diarios en todo el mundo.
El uso de tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial (IA) o la Realidad Aumentada en los medios de comunicación tampoco es nuevo. En 2015 un robot chino redactó la primera nota sobre el Índice de Precios al Consumidor y tres años más tarde, la Agencia Xinhua dio a conocer al primer presentador de noticias desarrollado a partir de IA. Sin embargo, medios estadounidenses experimentaron con estos sistemas desde 2010.
Hoy en día, en redacciones como las de: The New York Times, The Washington Post, Reuters, Le Monde, las agencia AP, EFE, Bloomberg, entre otras, ya utilizan la Inteligencia Artificial para múltiples tareas: extraer datos, verificarlos, redactar notas, clasificar notas, enviar actualizaciones, y desde luego utilizan los algoritmos para conocer las preferencias de sus lectores y enviar contenidos personalizados.
USA Today Sports aprovechó el mundial de Qatar para lanzar la aplicación de Realidad Aumentada, Make the Save, que permite a los usuarios experimentar cómo se puede parar un balón a la velocidad promedio en la que se lanza un penalti.
Mientras que los equipos de investigación de The New York Times trabajan en el desarrollo de un hardware para tomar notas (texto, fotos, video, audio), y así recrear un entorno real. Esta herramienta podría ser una buena opción para las noticias de última hora o para acelerar el proceso de envío de información, fundamental en la actividad cotidiana de las y los reporteros.
¿Estos casos suponen que el trabajo periodístico y las redacciones, como hoy los conocemos van a desaparecer? Lo dudo mucho.
Un robot, aún con la capacidad que tiene para recopilar, almacenar y procesar gran cantidad de datos, sin olvidar la precisión y nulo margen de error en la elaboración de contenidos, jamás podrá igualar acciones tan inherentes al periodismo como el ángulo, contextualización, tendencia y por qué no decirlo, la pasión que se imprime a cada nota o artículo que escribe o se comenta ¿Imaginan ustedes robots de izquierdas, derechas o centros?
Quizá por ello, las nuevas tecnologías son utilizadas básicamente para redactar notas del clima, los mercados financieros o resultados de eventos deportivos. Es decir, información lisa y llana que no requiere mayor interpretación.
Una encuesta realizada por Journalism AI a 71 redacciones de 32 países revela que casi cuatro de cada diez redacciones ya aplican estrategias de Inteligencia Artificial. Entre los mayores desafíos para la adopción de estos sistemas, citados por los encuestados, se encuentran: recursos financieros (27%); conocimientos o habilidades (24%); resistencia cultural (24%), incluido el miedo a perder el empleo, a cambiar los hábitos de trabajo y una hostilidad general hacia las nuevas tecnologías; falta de conocimientos sobre la IA (19%), entre otros.
Comparto la preocupación de que las empresas con mayores recursos sean las que, por ahora, pueden adquirir los últimos avances tecnológicos. Empero, es necesario explorar nuevas formas de acceder a ellos y que pasan por la compartición, uso de la nube, alianzas precisamente con socios tecnológicos y, sobre todo, trabajar en la resistencia al cambio digital para enfrentar el futuro que ya nos alcanzó.
Soy un convencido, de que esta transformación digital servirá también para evaluar y rediseñar el quehacer del periodista, la organización en las redacciones y replantear el papel del reportero y los editores, piedras angulares en la cadena informativa.
La capacitación de los periodistas (y de todos los ciudadanos) se vuelve fundamental para la transformación digital. Sin descuidar otros asuntos, no menos importantes, como la ética en la implementación de los sistemas basados en Inteligencia Artificial no solo para evitar la competencia desleal sino para garantizar la privacidad y la protección de datos que se recolecten de nuestros lectores o audiencias; así como transparentar el uso de los algoritmos; y contribuir a generar una cultura de la ciberseguridad.
La realización de estas tareas dependerá también de la adopción de un marco legal para las nuevas plataformas y tecnologías con las que ya convivimos.
Por lo anterior, lejos de extinguirse como algunos pronostican, los medios tienen la enorme oportunidad asirse de nuevas herramientas tecnológicas para informar de manera más oportuna y acercarse más a los lectores y las audiencias.
Aprovecho este espacio para agradecer a los lectores y desearles felices fiestas.