Charlotte Roche (Gran Bretaña, 1978) irrumpió de lleno en la escena literaria con su afamada novela “Zonas húmedas” (Anagrama) en 2008, misma con la que en marzo de ese año alcanzó los más altos niveles de venta, obra en la que la escritora explora la intimidad femenina, el sexo, y toda la feminidad de una mujer joven, y todo ello enmarcado con un ligero sesgo autobiográfico que hace más ligera la prosa.
Roche nos presenta una novela en la continúa el periplo iniciado ya hace cinco años, en la que una “feliz pareja” deberá enfrentarse a la “bestialidad” humana, que en el fondo guarda su protagonista: Elizabeth, –y tal vez no será el único personaje en mostrar la levedad– quien deberá comprender una extraña filia que le proporcionará una intensa relación cargada de erotismo, aunque eso le signifique ir en contra de las enseñanzas que su recatada madre le enseñó.
Sin embargo, Roche nos presenta una valoración sobre lo propiamente femenino, imbuyéndonos en un escenario trágico, violento, que permite la reconciliación con la intimidad.
Examina acertadamente Charlotte Roche la percepción femenina en cuanto al sexo y sus deseos, lo que abre el abanico enigmático del placer y el horror, a través de un lenguaje que no pretende ser encasillado en ninguno de los discursos dominantes de cualquiera de nuestras sociedades, ratificando la calidad de su prosa.
Charlotte Roche es una nobel escritora que por medio de su escritura nos permite acceder al mundo íntimo de la feminidad, que muestra de manera artística el apetito contenido en una mujer que busca liberarse y seguir su propia sed y plan de vida, aunque ello conlleve darle la espalda en la oscuridad a su madre.
“Furores íntimos”, una obra que trasciende en la vida de los lectores, alcanzando a la familia, al matrimonio, e intentando rescatar del limbo existencial a Elizabeth, que en su afán por encontrar su lugar en este mundo, ahonda en los fríos abismos de la moderna coexistencia humana.
Charlotte Roche, una escritora que con humor y desfachatez ha encontrado su voz literaria para comunicar un mundo convulso fascinante.