En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 48/104 para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que define este tipo de violencia como " todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada". En1999 la Asamblea General proclamó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La violencia contra la mujer es un problema social multidimensional en el que una de cada tres mujeres se ve afectada por algún tipo de violencia de género y cada 11 minutos una mujer o niña muere asesinada por un familiar. Este tipo de violencia es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre las que apenas se informa debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores, y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas.
En forma general, la violencia se manifiesta de forma física, sexual y psicológica e incluye: violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, femicidio); violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético); trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual); mutilación genital, y matrimonio infantil.
La violencia de género afecta a todas las mujeres y no se restringe a una cultura, un país o una región particular. Y su origen es la falta de equidad dentro de las relaciones entre hombres y mujeres, además de que dicha violencia tiene por objeto el mantener o incrementar la subordinación de la mujer al género masculino.
En los casos extremos de esta violencia, están los feminicidios. Hemos visto la normalización de la violencia feminicida en el lenguaje a la hora de reportar estos hechos y utilizar términos como “encontrada sin vida”, este tipo de expresiones borra el crimen del asesinato y perpetúa el estereotipo de las mujeres como irresponsables que andan por ahí perdiendo la vida. Es innegable que todavía en la mayoría de los juzgados del planeta las víctima sufre un juicio paralelo, donde se culpa a las víctimas por las razones más absurdas como el tipo de ropa que usaba, la hora del día en la que caminaba o si conocía a su agresor; ante estos hechos, y para revertir esa discrecionalidad jurídica, en la cual no se considera las posiciones diferentes entre mujeres y hombres, nos demanda incluir la perspectiva de género a la hora de atender estos casos y de impartir justicia.
Según ONU Mujeres México, en nuestro país el 43.9% de las mujeres ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual, o la última a lo largo de su relación y 53.1% sufrió violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja. En México una de cada cinco mujeres entra en unión conyugal antes de cumplir los 18 de años, es alarmante el hecho que exista y se utilice el término “embarazo adolescente” cuando estamos hablando de menores de edad, que no necesariamente tiene la agencia y la autonomía para decidir sobre su maternidad de manera libre y decidida, lamentablemente muchas son víctimas de diferentes formas de violencias, incluida la sexual que sumado a otras condiciones de transversalidad como el factor pobreza que las vulnera y deja fuera de su alcance el aborto legal y seguro.
Con esos datos que mencionamos nos deja claro que es necesario continuar y profundizar la sensibilización y el impulso para poner este tipo de violencia en las agendas gubernamentales y requieren del trabajo conjunto de partidos políticos, instituciones gubernamentales, medios de comunicación y ciudadanía para enfrentar los desafíos para la erradicación de todos los tipos y modalidades de violencia contra las mujeres.