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El buen fin en tiempos de crisis

El ya famoso “Buen Fin” llegó a su 11ª edición bajo un panorama de crisis económica que debió hacernos pensar dos veces en cuánto y cómo gastar nuestro dinero. | Guillermo Sesma

Escrito en OPINIÓN el

El ya famoso “Buen Fin” tocó a la puerta de los hogares mexicanos. Este conocido evento comercial, que en el 2022 llegó a su 11ª edición, se dió bajo un panorama de crisis económica que debió hacernos pensar dos veces en cuánto y cómo gastar nuestro dinero.

Después que la pandemia provocada por el covid-19 azotara el mundo y nuestro país en el 2020, este fue el primer “Buen Fin” que regresó a su formato original, ya no hubo restricción de aforo en las tiendas y la promoción duró tan solo cuatro días a diferencia de 2020 en el que se extendió 12 y el 2021 en que duró siete. 

Las compras por internet también han tomado otra dimensión, hoy en día no existen fronteras ni horarios que detengan la adquisición de productos útiles e inútiles que, si además están aderezados con vistosos letreros de oferta, hacen la delicia de compradores compulsivos y navegantes noctámbulos de las redes sociales o las tiendas en línea.  

Si bien es cierto que el “Buen Fin” es una estrategia para incentivar el mercado interno y reactivar la economía, también es cierto que no necesariamente es una “ola” de grandes ofertas que las y los mexicanos “no deberíamos dejar pasar”. De hecho, para muchos expertos no es realmente un momento de grandes ofertas, sino el mecanismo para alcanzar mejores condiciones de compra

Del 18 al 21 de noviembre muchos fueron los comercios que nos atiborráron de publicidad y ofertones para que todos aquellos que recibieron adelanto de aguinaldo o pensión, hicieran sus compras para aprovechar las ofertas, y por fin se hicieran de la mega pantalla 4k que es indispensable en sus vidas.

En un momento en el que la canasta básica ha subido y en el que todos sentimos que el dinero cada día alcanza para menos, será todo un reto para que las tiendas y comercios nos logren convencer de gastar ese “extra” que llegó hasta nuestros bolsillos.

Los mexicanos somos buenos para gastar, pareciera que empeñar el patrimonio con tal de salir de fiesta o comprar lo que no necesitamos se ha convertido en una traición que es casi imposible abandonar. 

Aunque políticos y gobiernos insisten en que la economía va por el camino correcto, la realidad es que la gran mayoría de los hogares mexicanos han sentido un golpe certero en sus ingresos, no es casualidad que una de las preocupaciones principales de los mexicanos sea la economía.  

Alcanzar el objetivo de que el “Buen Fin” genere 195 mil millones de pesos no lucía fácil, sin embargo, confiaban en que la mentalidad consumista de la sociedad saliera a relucir y de esa manera se gaste lo que no tiene o peor aún, lo que ya debe.

Desde este espacio espero que hayan tenido éxito los comercios y prudencia los compradores, pero sobre todo, les deseo que este “Buen Fin” no haya sido el inicio de una crisis que después los ponga a tronarse los dedos cuando llegue el estado de cuenta de las tarjetas.  

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