En medio de la discusión acerca de la pertinencia o no, en el tiempo y condiciones, de una reforma político-electoral y particularmente en el contexto de la intentona del gobierno federal, Morena y sus aliados, de modificar el marco jurídico para cooptar a los órganos electorales, la Comisión Nacional de Derechos Humanos sale, de repente, con una intervención metaconstitucional y un pronunciamiento claramente faccioso.
La Comisión de Derechos Humanos, sí. La misma que se ha hecho de la vista gorda a los abusos y omisiones del gobierno federal y del gobierno de la Ciudad de México, la misma que abandonó a las víctimas de la Línea 12 del Metro, esa que no ha emitido una letra para evitar la militarización del país.
Esa CNDH, o mejor dicho, su presidenta Rosario Piedra Ibarra, emitió una recomendación general, la 46/2022, relativa “a las violaciones graves a derechos humanos, así como violaciones al derecho a la democracia y al derecho a la protesta social, al derecho de reunión y al derecho de asociación, entre otras, cometidas por el Estado entre 1951-1965”.
En dicho documento, la instancia “autónoma” concluye que para cumplir con “la demanda de las víctimas de represión y violencia política por parte del Estado en el período 1951-1965”, es necesario que se reforme la institución electoral, es decir el INE.
En su pronunciamiento, la CNDH estima que el INE y sus antecesores IFE y CNE, han sido “órganos autónomos únicamente de nombre, instrumentos parciales, de sabotaje de la voluntad del pueblo, que sólo han servido para el mantenimiento de vicios que por años, si no es que por siglos, han manchado nuestros procesos electorales”.
De inmediato pasa a “recomendar” “respetuosamente” a legisladoras y legisladores federales a realizar las reformas legales que cambien la forma de elegir a consejeras y consejeros del INE, su integración, sus reglas de funcionamiento, en fin, casualmente todo lo que quiere el presidente y su partido para apoderarse de las elecciones en nuestro país.
Ya el Consejo Consultivo de la CNDH ha desconocido este manifiesto de su presidenta, que a cada rato demuestra ser no apta para el cargo que ocupa, pues toma manifiesto partido por los deseos del presidente y Morena, y sus aliados. No defiende los derechos humanos, defiende los derechos de sus partidarios.
Con su intentona golpista institucional, la CNDH se convirtió en Comisión Nacional de…¿Elecciones? de su partido, o por lo menos en su ariete electorero.
No creo que la presidenta de la CNDH desconozca que el INE es precisamente fruto de décadas de lucha social, de personas que con esfuerzo y sus vidas fueron perfeccionando por generaciones una institución sólida en la que el gobierno no interviene, sino que se conforma de ciudadanas y ciudadanos.
El sueño de Morena y sus aliados es tener en sus manos las elecciones, su organización, el recuento de votos, quizá para armarlas como sus consultas patito, quizá para implementar la misma técnica que sus encuestas amañadas, quizá para darles la opacidad que le dan a todos sus procesos internos.
Y ese mismo sueño es compartido por la presidenta de la CNDH. Otra instancia pública dedicada a la campaña presidencial anticipada, que se presta como ariete de la Presidencia de la República para golpear a la institución electoral.
Porque disfrazada de “recomendación general”, la agresión contra el INE se ha saltado la Constitución y las leyes al meter a la CNDH en temas electorales cuando nuestra Carta Magna lo prohíbe explícitamente. ¿De cuándo acá es oficialía de partes para los deseos del presidente?
Esta intentona es otro botón de muestra de lo que el régimen, Morena y sus aliados, se traen entre manos. Van por el INE, van por las elecciones, van por la democracia mexicana para perpetuarse en el poder.
Pero aquí estamos las ciudadanas y los ciudadanos dispuestos a defender a México, al INE y al libre ejercicio de los derechos. Iremos desenmascarando cada intentona, cada agresión, cada asalto disfrazado de “recomendación”.