El domingo pasado se realizó uno de los ejercicios ciudadanos más exitosos de la historia de México, al reunir a cientos de miles de personas en una sola causa: defender la democracia y las instituciones. Algunos comentarios al respecto:
La participación fue libre y pacífica. No había acarreados, no había bolsas con tortas o despensas y aunque en ciertos momentos que hubo grupos que intentaron gritar consignas en contra del gobierno o de López Obrador, nadie les siguió el pregón. En alguna de las glorietas menores de Reforma, vi a un grupo como de 10 personas con dos lonas atacando al INE, pero era tanta la participación que parecía que estaban apoyando.
No fue una marcha de “ricos” ni de “pobres”, no fue una marcha de “políticos” ni de “empresarios” y ni siquiera vale mencionar la retahíla de insultos que ha mencionado López Obrador… había ricos y pobres, había jóvenes y adultos mayores, había políticos y había empresarios. La causa se impuso a las diferencias.
Me tocó ver grupos grandes del PRD y el PRI uniformados, en lo particular me dio gusto que estuviera ahí Alejandro Moreno (Alito) porque después de la traición en el voto de la militarización y la ambigüedad con la que maneja su discurso respecto a la reforma electoral verlo ahí sirve para dos cosas: que sepa que es en serio el llamado social y que sepa que es una causa que a todos nos atañe.
Había un grupo realmente grande de panistas, porque un día antes tuvimos la Asamblea Nacional y se dieron cita miles de militantes de todos los estados. Me tocó estar cerca de Marko Cortés y de Vicente Fox, que sin mayores espavientos, vestidos de blanco con algún distintivo rosa, se unieron sin necesidad de ir uniformados. Me llamó la atención la forma en que Fox sigue siendo una persona a la que festejan, felicitan y buscan para saludar, entre el Ángel y el hotel Fiesta Americana miles de personas le gritaban porras y lo saludaban de lejos, no vi ni un solo insulto o ataque, y estuve cerca de él (como a 20 personas) todo el tiempo.
En realidad, fueron pocos los que llegaron a ver el discurso de José Woldenberg porque era tal la cantidad de gente que cuando empezó, unos no habían ni logrado avanzar de la glorita del Ángel (y dicen que desde antes…) o sea, estaban como a 2 kilómetros de gente de alcanzar a oír.
No sé cuánta gente fue, no soy especialista en ello, pero es risible oír las cuentas de Martí Batres, Claudia Sheinbaum o López Obrador… dicen que entre 10 mil y 60 mil, pero no creo que fueran menos de medio millón… Entiendo que su estrategia sea intentarlo minimizar, pero cuando se exagera simplemente se cae en el ridículo… por eso justamente no deben ser ellos quienes cuenten los votos.
Hay varios mensajes claros: la gente no quiere la reforma de Morena y está dispuesta a salir a las calles para defender la democracia y al INE (las instituciones); dejó muy claro que hay oposición y que la oposición está de pie, deja muy claro que Morena va a perder la Ciudad de México en las siguientes elecciones y deja muy claro que López Obrador ni siquiera ha entendido qué es lo que no entiende, porque ahora anunció que hará su voluntad intentando legislar solo en leyes secundarias (ya que cuenta con los números para hacerlo).
Hace muchos años, desde el Ángel de la Independencia Vicente Fox gritó tres veces “despierta México” y poco después fue electo presidente. Hoy, cientos de miles de mexicanas y mexicanos alzaron la voz para seguir viviendo en una democracia y para decirle al presidente López Obrador que no somos tontos, que sabemos perfectamente que su propuesta es para perpetuarse en el poder y que no lo vamos a permitir.