ELECCIONES INTERMEDIAS EN EU

El fin del mundo y las elecciones en EU

Para algunos miembros de la sociedad electora, está en juego la democracia, la voluntad de dios y la libertad. | Johannes Jácome

Escrito en OPINIÓN el

Se celebraron las elecciones intermedias en Estados Unidos. Si bien los efectos políticos de los resultados ya son objeto de análisis por parte de expertos en la materia, me parece igualmente interesante observar las expectativas políticas, los mensajes que la sociedad estadounidense esperaba y consumía de sus candidatos y preferencias políticas.

En ese sentido, durante las campañas electorales, los mensajes que se transmitían y compartían entre el público de perfil conservador eran aquellos que, además de una narrativa sobre la necesidad de mejorar la economía del país, incluían referencias directas a dios, a un expresidente republicano, a la necesidad de controlar la migración y al derecho de poseer armas de fuego. De acuerdo con el New York Times, más de 100 spots publicitarios electorales hicieron alusión a las armas

Gobernadores y congresistas aparecían en videos promocionales realizando disparos con armas automáticas mientras se pronunciaban frases en inglés como “Bebés, fronteras y balas” o “con Dios y las Pistolas”.

Al mismo tiempo, durante los actos de campaña, se presentaban líderes religiosos y “profetas” anunciando el mensaje de dios en favor de uno u otro candidato o candidata. Dentro de esta dinámica destaca un video producido para el gobernador de Florida, en el que se narra como dios lo había mandado a la tierra después de percatarse, al octavo día de la creación, que el mundo lo iba a necesitar.

Por otro lado, dentro del público de perfil liberal se recibían y compartían mensajes concentrados en la necesidad de proteger el derecho al aborto, después de que hace unos meses la Suprema Corte permitiera a cada estado decidir sobre su legalidad, así como sobre la necesidad de salvar las instituciones y a la democracia misma, ante la presencia de aquellos que aseguran la existencia de un fraude en la pasada elección presidencial.

Probablemente esos sean los temas de mayor cohesión dentro de ese grupo social, a diferencia de otros asuntos en los que no existe un consenso general, y por lo tanto, se dificulta emitir un mensaje claro y unificado sobre la plataforma política liberal. Tal vez porque ese grupo no es homogéneo, sino una mezcla, a veces forzada, de movimientos sociales de tinte progresista, que rechazan los postulados conservadores, pero no necesariamente están de acuerdo con las posturas y principios de sus otros compañeros de filiación política. 

En especial, temas como la exigencia de algunos para la reducción del presupuesto de las policías, el “cancel culture”, algunas posturas de grupos transgénero, o políticas migratorias, observan opiniones en oposición y contradicción.

Por ejemplo, no pasó inadvertido que en la campaña en la que resultó electa para el Congreso de Estados Unidos la primera mujer nacida en México, se le atacara con sobrenombres como “Miss frijoles” o “Mentirosa recoge algodón”, desde un blog recipiente de aportaciones financieras de un candidato demócrata. 

Asimismo, fue explotado ampliamente por la sociedad más conservadora, el aparente cambio en el discurso pro migración por parte de funcionarios locales y, sobre todo, de una famosa joven congresista liberal por Nueva York, quienes se inconformaron por la llegada a su estado de algunos de los migrantes solicitantes de asilo, que habían sido originalmente ubicados en estados fronterizos y conservadores, mientras se desahogaban sus trámites. 

Como observador externo, uno tiende a pensar que se trata de un proceso para elegir funcionarios públicos. Pero, para algunos miembros de la sociedad electora, está en juego la democracia, la voluntad de dios y la libertad.

Si bien son los políticos quienes hablan de la tragedia que implica que les quiten sus pistolas, se desobedezca a dios o se cancele la democracia (en las urnas, por cierto), esos miedos son en realidad un reflejo del pensamiento de los votantes. Al final no hubo una victoria aplastante o derrota electoral significativa. Cada grupo, a pesar de los excesos en el discurso o acciones de sus políticos y candidatos, los prefiere, aún así, para evitar el apocalipsis inevitable en caso de que ganen los contrarios. Hablar de lo dividido de una sociedad ya resulta una obviedad. Observar los miedos y las ideas que dan origen a la división es lo sorprendente.

Imposible no pensar en los discursos de nuestros políticos y hacer una reflexión sobre las amenazas al futuro (reales e imaginadas) que tenemos los mexicanos.